CHILE, reflexión de la Presidencia Nacional •
En un mensaje dirigido a toda la familia de Schoenstatt de Chile, y con el pedido de la Secretaría nacional y el Director del Movimiento a la redacción de schoenstatt.org de difundir, la Presidencia nacional de ese país ofrece siete puntos de reflexión y orientación acerca de la situación socio-política que se vive en estas semanas en Chile. Han sido días no solo de confrontaciones en las calles del país, sino también de intercambios, a veces intensos y acalorados, entre schoenstattianos. —
Hay muchos que encuentran en las protestas multitudinarias un llamado fuerte a escuchar más atentamente a las voces del tiempo y promover, personal y comunitariamente, “una conversión personal y comunitaria con consecuencias sociales” y un desafío “a cuestionarnos a la luz de esta voz del tiempo (nuestras opciones pastorales, nuestro estilo de vida, nuestra corresponsabilidad social)”. Reflejo de este “despertar” son los artículos publicados en Schoenstatt.org con sus muchos comentarios y respuestas, no solo desde Chile.
Bellavista, 10 de noviembre de 2019.
Querida Familia,
desciende a los caminos de Nuestra Patria
para que, siguiendo vuestras huellas, encuentre la paz verdadera y estable.
Patria, sólo tendrás salvación si, en amor, te unes a María y a su Hijo”. Amén
- Vivimos un proceso que nos ha mostrado de manera progresiva y acelerada un profundo malestar social: hay necesidades, heridas y fracturas sociales que buscan canales de expresión, espacios de reflexión y caminos de solución. En ese sentido, el desafío que tenemos, dentro de la diversidad que representamos, es ser signos de encuentro y esperanza. La cruzada por vínculos sanos, también se refiere al entramado social y esta crisis nos muestra la necesidad de sanar vínculos no sólo al interior de las familias y de la Iglesia, sino de todos los ámbitos de la vida: el trabajo, las relaciones ciudadanas, el espacio público, la economía, la política, la salud, la educación, el futuro en oportunidades y posibilidades. Hay un desafío por la dignidad de la persona y de las relaciones humanas. Hay un clamor por justicia social, que reclama el reconocimiento de la dignidad de cada persona.
- Grandes protagonistas de este proceso han sido los jóvenes, lo que muestra toda su fuerza y convicción por ser actores de cambio, pero también en su faceta más compleja, una radicalización en la que subyace frustración e intolerancia. Muchos jóvenes se mueven por impulsos y por las redes, lo que nos desafía a un diálogo que los ayude a moverse por ideales y el bien común.
- Nuestros santuarios y ermitas han sido espacios de oración, de encuentros y mucho ofrecimiento, también deben ser espacios para el diálogo y el encuentro, para mirar proféticamente los acontecimientos, para discernir juntos, para buscar caminos colaborativos y compromiso por la Patria, espacios de paz y para la paz.
- El proceso que vivimos no es circunstancial ni pasajero, de allí que es una oportunidad para una conversión personal y comunitaria con consecuencias sociales, el país no puede ser el mismo, cada uno de nosotros tampoco. Un proceso que está mostrando frutos, en la apertura y disposición para concretar los cambios que apremian. Un proceso que también nos desafía como Familia a cuestionarnos a la luz de esta voz del tiempo (nuestras opciones pastorales, nuestro estilo de vida, nuestra corresponsabilidad social). Hay que redescubrir, valorar y aplicar el pensamiento social de la Iglesia y de nuestro fundador.
- Hemos visto y vivido impotentes los lados oscuros de este proceso: la violencia, la destrucción, el agotamiento y la intolerancia, la pérdida de vidas humanas, los heridos y una fuerza pública sobrepasada. Detrás subyace una carencia de liderazgos, polarizaciones no resueltas y un vacío de sentido trascendente, que lleva al enfrentamiento, a la destrucción de los bienes públicos, del espacio público, de los símbolos públicos, de los espacios y símbolos de culto y de fe. Esa violencia no puede seguir, porque hiere nuestra alma nacional.
- Es un proceso que nos llena de esperanza por expresar tantos anhelos y necesidades reales, pero también de incertidumbre por su desarrollo y consecuencias. De allí que como Presidencia nos hemos hecho eco del anhelo y necesidad de coronar a la Mater: unir nuestro desvalimiento al poder de la Mater, para que Ella se manifieste con su poder de Madre, Reina y Educadora de nuestra patria.
Al finalizar nuestro encuentro la coronamos con las palabras de Nuestro Padre hace 70 años en Bellavista. A todos les invitamos a unirse a esta corriente, que será el sustento para buscar caminos y comprometernos por Chile. - Por último, les compartimos una de las oraciones que surgieron de nuestro encuentro: Reina,
En esta hora de esperanza y oscuridad,
corónate como Reina del encuentro y de la paz, para que surja un Chile nuevo:
más justo, solidario y fraterno, una Patria Familia.
Amén.
Presidencia Nacional de la Familia
Schoenstatt – Chile
Reflexión Presidencia Nacional 10-11-2019