Frases del P. Kentenich

Así como fuera en los primeros tiempos del cristianismo, y como debió serlo siempre, la Iglesia ha de ser el alma de la cultura del mundo de hoy. Vale decir, no separar la Iglesia de la cultura, no separar la Iglesia del mundo. No; porque la Iglesia debe convertirse en alma de la cultura en su totalidad, alma de la cultura confusa, de la cultura de orientación totalmente mundana, de la cultura influida por el demonio. Así se ve la Iglesia a sí misma.

8.12.1965, Roma