Me llamas: Santidad de la vida diaria

La aplicación pedagógica de la Alianza de Amor en la vida práctica ha desarrollado la doctrina de la «santidad de la vida diaria» en la historia de la Obra de Schoenstatt. Esta expresión designa una forma de piedad laical llamada a dar luz al mundo a cristianos activos que vivan en sus familias y en la sociedad de acuerdo al mensaje evangélico. Se trata, en definitiva, de la redención del mundo en todos sus ámbitos.

La espiritualidad de Schoenstatt estuvo marcada desde el prinicipio por un realismo sencillo, buscando superar una religiosidad puesta por las nubes o sólo practicable y practicada en nichos protegidos, pero que fracasa ante los desafios de la vida diaria. La vida diaria, los deberes cotidianos en la familia, en el colegio o en la universidad, en los lugares de trabajo y en el convivir con los demás, no son un obstaculo para la santidad, sino al contrario: el lugar para vivirla y crecer en ella. Esto exige a los que siguen esta espiritualidad a no dejar su fe y sus convicciones cristianas en la puerta de las empresas, de los parlamentos y universidades, sino vivirlas en una verdadera santidad de la vida diaria.

Causas segundas

Cuando en la vida diaria, en mi trabajo, experimento al mundo y la relación con los demás como algo malo y huyo a una vida espiritual, no puedo vivir en su sentido pleno la Alianza de Amor que es una alianza que une el cielo con la tierra.

Sentirse en el cielo junto a Dios y en el hogar en el diario vivir no es una contradicción . En la vida, sentirse en el cielo significa sentirse acogido y protegido por la gente, sentirse en casa en un lugar, de modo que puedo experimentar y sentir el amor y la protección de Dios en forma vital, sensible. El Padre Kentenich  llama a esto causas segundas. La vida desde el amor de Dios, es decir la vida desde la Alianza de Amor, hace que nuevamente vea en mi diario vivir las huellas de Dios y que vincule a otras personas y lugares con este amor.

Fuente: P. Esteban Uriburu: Schoenstatt
P. Engelbert Monnerjahn:Schoenstatt. Una introducción
Hildegard Fischer:  Dios en mi vida diaria