Publicado el 2019-11-08 In Temas - Opiniones, Voces del tiempo

La violencia en Chile

CHILE, Patricio Young •

Estamos consternados por la situación de violencia producida en nuestro país con quemas de estaciones del metro, municipalidades y otras instancias públicas, como también el saqueo e incendio de supermercados, multitiendas y pequeños locales comerciales. —

Algunos explican que esta es una manifestación de rabia, otros que es propia del lumpen y otros de una acción organizada de anarquistas y antisistemas. Los saqueos son expresión de lumpen, como se ha constatado en las posteriores detenciones, con personas común y corriente que en jerga chilena “se avivaron” (NR: se pasaron de listos, se aprovecharon).

Ahora, han existido violaciones a los derechos humanos y actos muy violentos con funcionarios de la policía.

Pero vayamos más al fondo. Esta violencia manifiesta es también el resultado de la violencia institucional, representada en la gran desigualdad social. Es cierto que el país ha crecido y ha bajado considerablemente los índices de pobreza llegando en 2018 al 8,6 % de la población. Pero la desigualdad crece. La CEPAL indica en 2017 que el 1 % poseían el 26,5 % de la riqueza, mientras el 50 % de los hogares de menores ingresos tenían el 2,1 %, y el 10 % concentra el 66,5 % de la riqueza del país, donde nos encontramos la mayoría de los schoenstattianos.

Esta violencia se expresa en mala atención de salud, en educación, en jubilaciones paupérrimas. Más aún, un estado que hace años viene respondiendo a los conflictos sociales solo después de barricadas e incendios de neumáticos y poco o nada a través de un diálogo. En definitiva, vivíamos en una sociedad violenta, que así no era viable.

Los dejamos solos por años

Fernando Chomali, arzobispo de la diócesis de Concepción, al referirse a la violencia de los saqueadores señaló: “Quienes saquearon los supermercados en estos días son parte de nuestra sociedad: estudiaron en las escuelas y colegios y, algunos de ellos, -muy endeudados-, en las universidades que las políticas públicas generaron. Lo más probable es que sus abuelos (en muchos casos, pilar de sus familias) estén esperando hace años una operación y muchos murieron en el intertanto. Nuestros saqueadores sienten que no le deben nada a Chile, salvo penurias y humillaciones. Los dejamos solos por años. Eso nos debiese avergonzar”.

En otro párrafo del documento, nos interpela fuertemente. “No seamos hipócritas, nosotros engendramos a los saqueadores, son de los nuestros, y tomará mucho tiempo revertir la situación. Asumir nuestra propia culpa en el ámbito que nos corresponda, pedir perdón y reparar el mal causado es lo primero, así como volver a hablar de virtud, de austeridad y de sencillez”.

En definitiva, nadie puede mirar para el lado y menos nosotros, los schoenstattianos. Todos por acción u omisión hemos sido responsables de esta situación.

Todo esto puede explicar la rabia y la violencia, pero en ningún caso justificarla.

Sabemos que la violencia es una espiral que no genera situaciones mejores que las que pretende solucionar. Sin embargo, si queremos terminar con la violencia debemos superar las realidades y estructuras sociales generadoras de ésta.

“Lamentablemente en nuestra época, tan rica por muchas conquistas y esperanzas, no faltan poderes y fuerzas que acaban produciendo una cultura del descarte; y ésta tiende a convertirse en mentalidad común. Las víctimas de dicha cultura son precisamente los seres humanos más débiles y frágiles —los “nasciturus”, los más pobres, los ancianos enfermos, los discapacitados graves…—, que corren el riesgo de ser “descartados”, expulsados por un engranaje que debe ser eficiente a toda costa (Papa Francisco, 7/12/2013).

Por lo mismo, si esta violencia es estructural, se requiere entonces revisar el modelo y en particular, la Constitución que la sostiene. Por ejemplo, en ella hay aspectos que afectan la participación social, que no permite la existencia de plebiscito, la subsidiaridad del estado que le permite hacer solo lo que los privados no pueden, el sistema presidencialista que para muchos debiera cambiarse a semipresidencialista y mucho más.

Participar con la esperanza de crecer

Pero esta crisis es muy esperanzadora porque es propia del crecimiento. Porque el país tiene más riqueza, debe saber distribuirlo mejor. Para ello, hay muchos que quieren que se establezca un “estado de bienestar” que asegure a todos, un nivel mínimo, pero de calidad, en salud, educación y pensiones.

En el país han surgido espontáneamente Cabildos autoconvocados para levantar las necesidades y propuestas desde la ciudadanía. Hoy, con la anuencia del gobierno. Allí debemos participar y estar presente todos. De lo contrario, mañana no tendremos derecho a quejarnos si algo no nos parece.

No quiero desigualdad entre mis hijos

Todo esto surgió el 18 de octubre, qué clara diosidencia. Dios y nuestra Mater nos están hablando claramente en la voz de millones de chilenos. ¡Esta gran desigualdad no la quiero entre mis hijos! Aquí está hoy nuestra tarea, ayudar a generar condiciones de una mayor justicia social.

“Que cada uno mire dentro de su propia conciencia y escuche la palabra que dice: Sal de tus intereses que atrofian tu corazón, supera la indiferencia hacia el otro que hace insensible tu corazón, vence tus razones de muerte y ábrete al diálogo, a la reconciliación” (Papa Francisco, Vigilia de oración por la Paz, 7/9/2013).

“No es el enfrentamiento lo que ofrece perspectivas de esperanza para resolver los problemas, sino que es la capacidad de encuentro y diálogo” (Papa Francisco, 25/8/2013).

La paz es fruto de la justicia y el diálogo.

 

Foto: iStock Getty Images, ID 1065178846, Hydromet

Protestas en Chile: ¿Donde está Schoenstatt en todo esto?

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10 Responses

  1. Matias dice:

    Gracias Patricio. En lo personal, comparto el diagnóstico pero no la solución. Lamentablemente, acá hay utilización de la extrema izquierda y con beneplácito de la izquierda, para obtener los cambios que no obtuvieron en las urnas. Hay muchos «deber ser» de los schoenstattianos acá. Yo incluyo entonces, «no debemos» ser ingenuos. ¿Quiénes han promovido la renuncia del presidente? (que asumió recién el año pasado). La extrema izquierda. Son los mismos que promueven y lideran los cabildos. ¿Será de extrañar, entonces, que los resultados de estos, definan una sociedad marxista? No. Y habrán participado muchas personas con buen espíritu. Esto no quiere decir que no haya que hacer nada. Hoy, se puede cambiar la Constitución, y existe una vía democrática e institucional. Y debemos apoyar con todo nuestro esfuerzo e intelecto para que eso se realice. Pero no debemos «prestar ropa» a los movimientos extremistas de izquierda.

  2. Martin dice:

    La Constitución de Chile hoy en día – está muy en línea con la Doctrina Social de la Iglesia. En particular sobre el rol subsidiario que comenta. En lo personal, no estoy en contra de cambiar la Constitución, pero siguiendo los mecanismos democráticos, en particular, a través del congreso. Pero sí me preocupa que se justifique el cambio a la Constitución, pues hay mucha violencia. Es lo que la izquierda de Chile (salvo excepciones), está predicando. De nuevo en lo personal, no se debería transar con la violencia (que parte de la gente, y no parte del Estado).

  3. Lena Castro Valente dice:

    Patricio
    Tuve el privilegio de traduccir sus dos artículos al PT. Dejé en lá pagina PT un comentario al primero y al segundo, ahora, quiero darle las gracias por tener el valor de escribir lo qué piensa y por saber pensar y analisar la realidad en medio a la cual vive y que ahora explotó delante de los ojos de los qué se hicieran «ciegos» y de los pocos qué tenian los ojos «abiertos» . Escribir còmo escribe sobre el Schoenstatt chileno solo se puede hacer desde el amor más grande al mismo y por eso lo escrito será desgarrador para Ud. Tengo que decirle que el Schoenstatt de Lisboa ( no del país còmo un todo) es igualito al de Bellavista – clasista, enredado en si mismo, contento de lo qué hace sin entender lo mucho que queda por hacer – pero qué vá, somos un country club donde lo pasamos genial entre nosotros y caminamos hacia nuestra santificación. Los qué pensamos distinto ….por qué solo me viene una palabra? Descarte

    • Matías dice:

      Hola Lena. ¿De dónde es ud? Creo que se equivoca, e incluso ofende, al describir Bellavista. Saludos!

      • Lena Castro Valente dice:

        Matias
        Yo soy de Lisboa Portugal. Y lejos de mi ofender a Bellavista de donde ha tomado aliento nuestro Schoenstatt de Lisboa – nuestro Santuario es Cenaculo de la Família del Padre y la Rama de las Madres es Corazón de la Família del Padre. Le suena algo. P. Jaime Salazar, P. José Manuel Lopez Herrero, P Jaime Fernández, P. Eduardo Aguirre , P. Mariano Irureta, P. Jaime Ochagavia, P. Gonzalo Castro y un largo etc. Bellavista para mi es tierra del padre, Chile no es un país más en el planeta. Ya estuve 3 veces, 2 en Bellavista… Pero de vosotros sí que heredamos el ser clasistas… Las piedras fundamentales del Santuario de Campanario menos la de Lourdes han sido por mi recogidas y enviadas a Chile. Tengo que decir más? Yo quiero a Chile pero no soy «ciega». Bendiciones

        • Matías dice:

          Bueno sra. Lena. Si conoce a toda esa buena gente, compartirá que Bellavista no tiene nada de clasista. No se cómo será Lisboa, sinceramente les deseo que sean como Bellavista.

          • Estimado Matías, puedo entender muchas cosas, pero no puedes ir contra la verdad. Bellavista es Clasista. A nuestro Santuario no llega mayoritariamente la gente pobre, sino la mayoría son del 10% de mayores ingresos que posee el 50% de la riqueza del país. Es lamentable porque nos estamos moviendo en una burbuja.
            Tengo 53 años en Schoenstatt y en ese Santuario hice mi alianza. Por lo tanto seamos claros y no nos contemos cuentos. Unica manera de poder crecer y enfrentar una situación como la que estamos viviendo

          • Matías dice:

            Uy es difícil responder si ya asume que ud. tiene la verdad. Trataré. Primero, una clarificación de concepto: No es lo mismo ser del 1%, del 10% más rico, que ser clasista. Podría pasar que alguien del último quintil ( el más pobre), sea clasista.

            Yo no hablaré no de mi verdad, sino de lo que he visto en BBVV: que TODOS son bienvenidos, y que efectivamente van personas de TODOS los niveles. Desde la organización en que trabajo, hemos incluso realizado jornadas con obreros de la construcción ahí.

  4. Ernesto Aguirre V. dice:

    Pienso que sería interesante que personas probas y entendidas en el tema nos pudieran informar acerca de la Constitución, sus detalles y desde una mirada cristiana cómo podríamos aportar a mejorarla. Estos encuentros los podríamos tener en nuestros santuarios.

  5. Ana Josefina dice:

    Gracias por este llamado a mirar lo que está pasan do, Dios nos habla por las circunstancias…
    Qué bueno que como.schoenstattianos escuchemos, participemos y busquemos con otros, descubrir los cambios necesarios en favor de una mejor calidad de vida.!!!
    En alianza, cariños!!

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