César Fernández-Quintanilla, España •
1914: la aviación está en sus inicios; en este año tiene lugar el primer vuelo comercial entre Tampa y St. Petersburg, en Florida. Se inicia la Primera Guerra Mundial. Acaba de fallecer el papa Pío X, un papa caracterizado por gobernar la Iglesia con mano firme en una época en la que ésta se enfrenta a un fuerte laicismo, así como a numerosas tendencias del modernismo. En Schoenstatt, el P. José Kentenich sella por primera vez una Alianza de Amor con María con un grupo de jóvenes congregantes. —
Si trato de imaginar la vida de una chica de 20 años en esa época, veo una imagen en color sepia. Con sus largos y sombríos vestidos, raramente sale a la calle si no es acompañada de familiares o amigas. En alguna ocasión especial asiste a un baile, donde hace furor el foxtrot, un baile recién introducido de América. Su padre acaba de adquirir un Ford T en el que de vez en cuando saca a la familia a pasear por Madrid. Su perspectiva vital pasa casi ineludiblemente por el matrimonio y el cuidado de su familia.
Ford T, 1915
1969
Han pasado dos generaciones, dos guerras mundiales y varias revoluciones: la bolchevique, la sexual (con mayo del 68) y la musical (con los Beatles). Surge el ecologismo y en los Estados Unidos se crea la Agencia de Protección del Medioambiente. Fallece Mao Zedong y China inicia su camino hacia el desarrollo económico. En noviembre de este año se establece el primer enlace entre la universidad de California y la de Stanford mediante un sistema de información completamente novedoso (el origen de lo que hoy conocemos como Internet). El hombre llega por primera vez a la Luna (¡aún no ha vuelto a hacerlo!) y el espacio se empieza a llenar de pequeños satélites artificiales. En la Iglesia Católica el papa Pablo VI continua el Concilio Vaticano II iniciado por Juan XXIII. Al finalizar el mismo se hace cargo de la interpretación y aplicación de sus mandatos, a menudo caminando por una delgada línea entre las expectativas contrapuestas de los distintos grupos dentro de la Iglesia católica. La magnitud y la profundidad de sus reformas afectan a todas las áreas de la Iglesia, superando claramente las políticas similares de reforma de sus predecesores. En Madrid se bendice el primer santuario de Schoenstatt en Pozuelo.
Si pienso en la vida de una joven de esa época, inmediatamente me doy cuenta de que no tiene nada que ver con la de la chica de hace dos generaciones. Vestida con pantalones vaqueros o minifalda va a diario a la universidad y los fines de semana a fiestas en las que baila el rock. El 18 de octubre su madre le lleva en su pequeño Mini Morris a la bendición de un santuario en las afueras de Madrid. Hay pocos asistentes, pero se palpa su entusiasmo por la misión. Al finalizar el acto su madre le deja el Mini para que salga de excursión con su novio. Aunque la revolución sexual de los 60 ya empieza a notarse en sus vidas, ellos siguen manteniendo unas relaciones castas. Su perspectiva vital en ese momento incluye el acabar su carrera, encontrar un trabajo, casarse con su novio de toda la vida y tener cuatro hijos.
Morris Mini, 1969
2024
Han pasado otras dos generaciones, esta vez en paz (muy relativa). La globalización y el desarrollo de los transportes y comunicaciones han hecho el mundo más pequeño. Estamos inmersos en una auténtica disrupción digital que está cambiando la economía, la educación, la ciencia. La inteligencia artificial abre la posibilidad de cambios aún más profundos. China ha pasado a ser un líder mundial. El cambio global plantea retos que no somos capaces de resolver. La sociedad se aleja cada vez más de los valores trascendentes, de la Iglesia, de la fe. La Iglesia Católica sigue transitando por las huellas del Vaticano II. El Papa Francisco, con sus reformas de la curia romana, sus gestos de acogida y diálogo con personas de diferentes ideologías y formas de vida y sus posiciones personales en algunos temas complejos y controvertidos, vuelve a estar situado en esa delgada línea entre las expectativas contrapuestas de distintos grupos.
La Familia de Schoenstatt ha crecido y se ha construido un segundo santuario en Madrid. Pero sigue siendo un Movimiento pequeño con poco impacto en la Iglesia y en la sociedad española.
La joven de mi historia hoy disfruta de la música de Taylor Swift, pero sigue escuchando con agrado (y bailando cuando llega el caso) la música de los 60 y 70. Finalmente ha conseguido que sus padres le compren un Fiat 500 para ir a la universidad y pasar los fines de semana con su novio. La revolución sexual ha profundizado sus efectos, con nuevas variantes como son la ideología de género. Aunque de vez en cuando se pasa por el santuario de Serrano a hacer una visita a la Virgen no está involucrada en ninguna actividad apostólica. En su perspectiva vital el desarrollo profesional ha pasado a ocupar un primer lugar y el matrimonio y la familia han quedado relegados a un segundo o tercer término.
2024
Realizar los ajustes necesarios
Como decía una canción de mi época: “Gira il mondo gira…”. Y, aparentemente, gira cada vez más deprisa. Sin embargo, yo me atrevería a decir que los cambios vitales que tuvieron lugar en los años 60 y 70 fueron más profundos que los que tuvieron lugar en los 55 años posteriores. Si se hubiera podido criogenizar a la chica de 1914 y se despertara en el 1969 se encontraría con un mundo totalmente diferente, incomprensible e inmanejable. En cambio, la chica de los 70, al despertarse hoy en día, seguiría llevando el mismo vaquero y camiseta, disfrutaría la música de Taylor Swift y le encantaría conducir su propio “fitito”. Únicamente le costaría ponerse al día en el uso del móvil, el internet y las redes sociales.
En ese sentido pienso que los impresionantes avances tecnológicos de estos últimos tiempos no han ido acompañados de cambios sociales, culturales y religiosos de la misma magnitud. Los grandes procesos de cambio que surgieron en los años 60 del pasado siglo han seguido su curso, adquiriendo nuevas formas y adaptándose a las nuevas realidades. Pero queda aún pendiente el realizar los grandes ajustes necesarios para este cambio de época.
Dentro de Schoenstatt esa tarea de cambio, por diversas razones, se vuelve aún más imperiosa.
Sin duda, el presenciar desde primera fila los fascinantes acontecimientos que tuvieron lugar en los años 60 y 70 fue un enorme privilegio. Pero no es tiempo de nostalgias. Es tiempo remangarse y afrontar los retos presentes.
Interesante análisis. Sumaria: En la Iglesia la adhesión de muchos al Santo Padre y las reacciones de oposición ultraconservadoras de algunos, así como la importancia del cuidado de la casa común (Laudato si), la fraternidad universal (Fratelli tutti) y la explícita declaración ahí de la incompatibilidad del neoliberalismo (hoy en expansion) con la fe cristiana. En Schoenstatt: lo expresado por Alexandra Von T. sobre Kentenich. Saludos.
Muchas gracias Cesar por este recorrido vertiginoso por la historia de los últimos 100 años. Efectivamente estamos todavía digiriendo la irrupción del postmodernismo social y cultural que surge después de la IIGM y se consolida a partir de los años 70. Este postmodernismo que va configurando un tipo de ser humano «líquido», modelable, que apuesta por la subjetividad del «yo» y que huye que la realidad. cuando se habla del 31 de mayo se define el amar, pensar y vivir orgánico como la forma de luchar contra las «herejías antropológicas de nuestro tiempo: materialismo y comunismo», pero eso era en los años 50 del siglo pasado. ¿cómo materializar HOY ese pensar, vivir y amar orgánico para responder a los tiempos «líquidos» de hoy en día? ese debería ser el debate de nuestro tiempo. Ese sería el servicio de Schoenstatt a la realidad de HOY. Qué bueno sería poder abrir espacios de encuentro donde hablásemos del hoy y del mañana.