Maria Fischer •
Hoy, mientras buscaba algo completamente diferente, encontré una carta escrita al padre Kentenich hace más de 20 años. Una carta en la última página de una revista de Schoenstatt del año 2003, que hace tiempo que dejó de existir. La autora formaba entonces parte del equipo editorial de esta revista (Brücke, Rama de Mujeres Profesionales de Alemania) y con esta carta quería promover algo, más de diez años antes del jubileo de 2014. —
Y mientras leo la carta, pregunto si le habrá llegado al padre Kentenich. A nosotros. Entonces, o tal vez ahora. Es hora de decantar. No mirando hacia 2014, sino a lo que viene en nuestro tiempo.
He estado dándole vueltas a mi cabeza con el tema de la apertura de espíritu y el centenario de tu fundación. Y no sé qué desear para el 18 de octubre de 2014.
No, lamentablemente no es la apertura de espíritu lo que me caracteriza, ni la firme confianza en que la mano de Dios nos enviará suficientes puertas abiertas, sino, creo, que es la incertidumbre.
Quiero que el 18 de octubre de 2014 no sea “un jubileo cualquiera” bien organizado.
Quiero que estés orgulloso de tu familia de Schoenstatt y de tu fundación, que ha entrado en un nuevo milenio sin que tú la dirijas físicamente.
Quiero que digas en el cielo (y en nuestros corazones): “Este es exactamente mi Schoenstatt, tal como lo quise para 2014”.
Quiero que puedas decir con alegría: “¡Mi querida Familia de Schoenstatt!”.
A veces me imagino que el jubileo no podrá tener lugar en Schoenstatt porque toda la Familia de Schoenstatt esté en Roma; no porque queramos ir en peregrinación para conmemorar el centenario de Schoenstatt, sino porque la Iglesia invite a toda la Familia de Schoenstatt al Concilio Vaticano III para ayudar a dar forma a la Iglesia de una nueva manera…
A veces desearía que el jubileo tuviera lugar en una estación de tren de una gran ciudad para que pudiéramos llevar la Alianza de Amor, como la buena nueva del tercer milenio, a los marginados de nuestra sociedad y que allí creciera una Iglesia nueva y viva que nos inflamara de nuevo, y que sólo queremos celebrarlo “in situ”…
Termino volviendo al tema de la apertura de espíritu. Querido Dios, envíanos puertas abiertas que no podamos ignorar incluso cuando estemos ocupados con nuestros planes. Habla en cada corazón individual y en toda la Familia de Schoenstatt que nuestros corazones ardan y, con confianza, pongas la realización del jubileo en nuestras manos.
Hildegard
El diseño es anticuado. El jubileo de 2014 pasó. Pero la carta toca algo que los schoenstattianos de España han abordado varias veces este año.
Original: alemán 14.2.2024. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España
