La normalización de lo insólito

Publicado el 2021-12-24 In Temas - Opiniones

La normalización de lo insólito

Por Eduardo Jurado Béjar, Ecuador •

La normalización de lo insólito: Es el título de la columna de Fabián Corral, en el Diario El Universo, de Guayaquil, del 23 de diciembre de 2021. “Ha desaparecido lo insólito, lo extraordinario e inusual… Lo que fue improbable es ahora parte de la vida cotidiana, acápite de cualquier noticiario que se mira sin conmoción”. —

Camp Chavez, Port-au-Prince, Haiti, February 24, 2017

Haití

Aunque el columnista se refiere a la tragedia o al despropósito político que golpea nuestras democracias, yo quiero hacer sus palabras mías y dar una mirada a lo que sucede, por ejemplo, hoy en Afganistán y en Haití. Las tragedias que viven nuestros hermanos allá donde no los vemos ni oímos, se olvidan cuando llega la siguiente novedad, o el siguiente escándalo que nubla la mente y suscita alguna pasajera indignación.

Hambrunas, guerras, desplazados, epidemias y catástrofes, son hechos que, hasta hace poco, eran motivo de conmoción y quedaban por largo tiempo en la memoria. Hoy, porque la noticia ocurre en “tiempo real”, por la frivolidad con la que se asume la vida y por la vulgarización de nuestra capacidad crítica, estos episodios desaparecen rápidamente de nuestra memoria.

La normalización de lo insólito nos convierte en consumidores de noticias y de escándalo, anula nuestra sensibilidad y propicia el cinismo ante la renuncia a la capacidad de sorprenderse.

Nos estamos convirtiendo en una sociedad ganada por la indiferencia y el sarcasmo, sin memoria, sin historia, sin idea de sí misma. Vivimos entre el tumulto de los hechos, la ausencia de dirección y el infinito aburrimiento de masas de consumidores apurados con las compras navideñas.

San Juan Pablo II en la audiencia general del 25 de agosto de 1999, al referirse a las «estructuras de pecado» dijo “es un hecho incontrovertible que la interdependencia de los sistemas sociales, económicos y políticos crea en el mundo actual múltiples estructuras de pecado. Existe una tremenda fuerza de atracción del mal que lleva a considerar como «normales» e «inevitables» muchas actitudes. El mal aumenta y presiona, con efectos devastadores, las conciencias, que quedan desorientadas y ni siquiera son capaces de discernir”.

Es que la “normalización de lo insólito” -como dice Fabián Corral-, “pasa por una ética que se queda sin piso, por unos valores que se derogan y unos escrúpulos que se extinguen”, y agrego yo, por una fe que se apaga. El P. José Kentenich nos diría que esto es consecuencia del mecanicismo, del hombre sin Dios, de una cultura nihilista, que separa la vida de la fe y lo natural de lo sobrenatural.

Que esta Navidad nos invite a hacer una pausa dentro de la vorágine activista de estas fechas, que pensemos en nuestros hermanos desconocidos, que en otras latitudes ¡padecen lo impensable!


Eduardo Jurado Béjar es Doctor in Business Administration, miembro cofundador de la Comunidad Internacional de Empresarios Schoenstattianos.

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