ARGENTINA, Teresa Fiorucci •
El domingo 19 de diciembre, 4° domingo de Adviento, en la Misa en la ermita de City Bell, representamos el pesebre. Es una actividad que no podemos dejar de hacer. Se repite el guion, pero cambian los actores. —
Es una vivencia muy emotiva y significativa. Participan todos los que, de alguna manera, estuvieron trabajando en el año en la Ermita. Es acción de gracias por lo que pudimos hacer y catequesis para todos, es un regalo vivirlo.
Un agradecimiento para un año difícil
Mabel Stuts comenta:
“Este año, el pesebre realizado en la ermita se vivió con una enorme emoción, participaron desde el más pequeño hasta el más grande. Cada uno pudo aportar su granito de arena, formando así, juntos, una montaña. Muchos lo hicieron en silencio, algunos casi no pudieron ver, e incluso ni fueron mencionados en los agradecimientos. Pero el escenario fue hecho con mucho amor y dedicación por los participantes del taller de escritura, los jóvenes de la Juventud Femenina y Juventud Masculina. Colaboraron todos, los que se ofrecieron previamente y otros que a medida que iban llegando, se iban ofreciendo para participar y colaborar – los niños, los sacerdotes celebrantes, los ángeles, pastores, María, José, el Niño, las estrellas, los reyes; en la liturgia, los lectores, el audio, el coro… La gente que asistió lo vivió con un gran respeto y silencio. Estuvieron muy atentos en el momento de vivirlo. La homilía fue muy bien escuchada por los presentes. Damos gracias a la Mater, a Dios, por este año tan difícil pero que, con amor, terminó bien. Un verdadero agradecimiento al Señor”.
En el templo verde
“Una vez más, este domingo como en años anteriores, la presentación del pesebre fue un momento muy especial que vivimos en la ermita”, dice Anahí Aguilera. “Como suele decir el padre Javier Arteaga, gozamos de este hermosísimo templo verde, que lo tenemos en los jardines, y en el que participan tantos chicos. Como siempre, reflejando el trabajo y el amor de tantas personas, vivimos un momento especial, un momento que nos hizo vivir, realmente, el nacimiento del Niño Jesús. Estoy feliz de haberlo compartido con esta comunidad hermosa y quiero dar un profundo agradecimiento a cada uno de los que participaron.
¿Hay ermita hoy?, esta pregunta de uno de los chicos de la catequesis se transforma en lema. En adviento, en Navidad, sí, “hay ermita”, para todos. Y la ermita se transforma en Belén…
