PARAGUAY, Ani Souberlich y equipo de CMT •
La jornada tuvo lluvias intermitentes, 40.000 peregrinos arribaban al santuario, en filas, con pilotines, paraguas o con cualquier prenda con la que cubrían sus cabezas; pero la meta era llegar hasta ese punto principal de Tupãrenda, el santuario de María, este 18 de octubre. Allí donde la Mater acoge y recibe a sus incontables hijos fieles en este día especial, la fiesta de la Alianza de Amor, en los 60 años de Schoenstatt Paraguay, los 38 años del primer santuario de la Nación de Dios y los 105 años de aquella primera Alianza en el Schoenstatt original.—
Como en años anteriores, la Casa Madre de Tupãrenda (CMT) tuvo su stand en el espacio de la gran fiesta de Tupãrenda. Para la mayoría de los participantes, era su primera experiencia y se incorporaban con ciertas dudas. Rápidamente, con el transcurso de las horas, se integraron con los peregrinos, quienes al llegar a la “Carpa de CMT” intercambiaban palabras con ellos.
Algunos de los jóvenes en el stand, como por momentos llovía con intensidad, se ofrecían a trasladar a varios peregrinos hasta la Iglesia Santa María de la Trinidad, con sus paraguas. De esa forma, mostraron la hospitalidad de ser los anfitriones. Llegaron peregrinos de todos los rincones del país, inclusive de los países vecinos: Argentina y Brasil, que a pesar del clima disfrutaban de la gran fiesta mariana.
Sentir familia
El lema de este año invitaba, de manera especial, a mostrar el rostro y la calidez de la familia. Familia es algo que estos adolescentes desconocen en su mayoría, pues fueron abandonados o porque sus padres (mamá y papá de muchos de ellos) están privados de libertad, y esa experiencia los aleja de sentirse amados o tener por lo menos una idea de lo que es la familia cristiana.
El programa de la CMT no intenta sustituir esto, pero creemos que trabajando en su desarrollo personal se logrará fortalecer aspectos y valores en ellos para que puedan ofrecer un modelo mejor para la propia familia que desean constituir el día de mañana, y así romper el círculo vicioso de sus progenitores.
“Como equipo de educadores de CMT, que día a día acompañamos a cada participante en su proceso de cambio a lo largo de los 9 meses del programa, podemos decir que ese cambio en sus vidas se puede apreciar visiblemente. Y es un orgullo para nosotros ver cómo Ella va obrando milagros de transformación, dando paso en sus vidas, al nacimiento del hombre nuevo”, comentan desde el equipo de educadores. Ellos también se fueron preparando para esta fiesta con la novena que rezaron todos los días en CMT.
María, la Madre de la vida y esposa de la Sagrada Familia, nos regala en Alianza con Ella, el don y la gracia para sobrellevar realidades fuertes, pero siempre con la fuerza para salir adelante.
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“Rezamos todos los días con mi esposa por él, y hoy se ven los frutos…”