P. Enrique Grez •
El Tornaviaje era el trayecto de regreso a la península para los españoles que habían emprendido el viaje al Nuevo Mundo. En los galeones no sólo venía el oro y la plata de América. Entre la carga venía también la preciosa cultura que se estaba fraguando. —
Anónimo Novohispano, Dominio público, via Wikimedia Commons
La exposición que nos propone el Museo del Prado para este otoño del 2021 es un festín cultural. Se trata de una muestra amplia, con más de 100 trabajos procedentes de toda América Latina. Si bien hay obras de carácter histórico, civil o decorativo, se impone el género del arte sacro como expresión cumbre del genio iberoamericano.
Un aspecto que salta a la vista es que la mayoría de los objetos presentes en la exposición vienen de museos, conventos y catedrales españolas. Esto da cuenta del inmenso volumen de obras producido en la América Colonial y de cuán bien fue acogido este arte en la península. Abundantes materiales de la exhibición vienen de parroquias y comunidades españolas que no sólo custodian, sino que siguen usando estas piezas en sus ritos y prácticas. Entre otros hay crucifijos de tamaño natural, pinturas de diferentes advocaciones marianas, ornamentos para la misa, joyas para vestir Vírgenes y objetos de sacristía. Se trata de un arte para ser usado, disponible para las agencias de sus dueños. Todo un consuelo en estos tiempos de extrema patrimonialización.
En la medida que recorremos las salas y pasillos se nos aparece ese fascinante mundo de antaño, poblado de santos, beatas y devotos, animales exóticos, tejidos brillantes y frutas lujuriosas, bosques, minas y ciudades construidas sobre las misteriosas ruinas de otras. Así se nos devela un mundo híbrido, como lo llama García Canclini, donde hay intercambios calculados y negociados en muchos niveles.
La antigua Europa entrega lo suyo a través de la Academia y las técnicas del Viejo Mundo que emigra en las mentes, corazones y manos de los españoles. Los pueblos originarios aportan lo propio, sus materiales nobles, sus saberes y cosmovisiones. Los criollos y mestizos revuelven ese guiso en el que todo se cuece a fuego lento. En este arte latinoamericano hay una medida fusión de materiales (plumas, pigmentos, maderas, metales), técnicas (desde incrustaciones de insectos hasta el chiaroscuro barroco), símbolos (animales locales como la llama y europeos como el caballo), devociones (la Copacabana americana y la Inmaculada española), y pragmáticas (los objetos se pueden usar ya sea para procesiones, devociones privadas, la supervivencia de la cultura vencida o la validación social de los retornados).
Tomemos un solo ejemplo. En una de las últimas salas encontramos el ciclo sobre la vida de la Virgen. En ella se nos muestran varias escenas de su vida: su Concepción, la Presentación y Asunción, entre otras. Son cuadros enconchados, fabricados con técnicas que funden estilos procedentes de la China, México y España. Del oriente vienen el uso de la madreperla y los ornamentos floreados con pajaritos y corales falsos. La Nueva España aporta la factura delicada, los rostros dulces y el dibujo que realza la redondez del cuerpo. Europa suma los temas y composiciones cristianos. Se nos presenta un carnaval de negociaciones culturales en toda la línea; un ensamblaje precioso destinado al culto cristiano pero lleno de guiños a las culturas de los mestizos.
Los americanos vivimos preguntándonos quienes somos. Variados en nuestro pasado y nuestro presente, no acabamos nunca de reconocer las abundantes, doloridas y gozosas fuentes de nuestra cultura. Lo nuestro es amerindio, pero también asiático y africano, y por supuesto ibérico… lo que es “mucho decir”: un poco romano y fenicio, griego, celtíbero y judío, musulmán, visigótico y quién sabe cuánto más. ¿Cómo llegamos a ser eso que estamos siendo? En esta presentación de arte intercultural vemos, como fotografías, escenas de aquel lento proceso. Aquí se trenzan, en una danza de códigos y materiales, nuestros muchos pasados y la infinita esperanza que brotan de nuestro “ser-entre-medio”. No deja de ser una bella enseñanza para el presente.
Ficha Técnica
TÍTULO: Tornaviaje. Arte iberoamericano en España
LUGAR: Museo del Prado, Madrid. España
DURACIÓN: del 5 de Octubre de 2021 hasta el 13 de Febrero de 2022
COMISARIO: Rafael López Guzmán
DESCRIPCIÓN: Exposición con obras de arte de origen hispanoamericano
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INFORMACIÓN:
La presente columna trata sobre una muestra de arte que se lleva a cabo en una ciudad en particular. Se entiende que no todos los lectores pueden visitarla. Para que la distancia no sea un impedimento al goce, se sugiere la visita a la página web del museo, donde se pueden admirar algunas de las obras más destacadas. Asimismo, la columna es una invitación a la contemplación de obras de arte afines que estén más a mano.
