pincel

Publicado el 2020-12-03 In José Kentenich, Temas - Opiniones

El “pincel sobre el fresco de nuestra orgullosa civilización…” mariana y misionera

Daniel Martino, Argentina •

Ha pasado ya tres semanas de la carta de Paz Leiva, tan aguda y tan directa. Luego leí las siguientes. Y todo me ha parecido importante. —

 

Recuerdo que el Viernes Santo de este año, en la celebración de la Pasión de Jesús que presidió Francisco en San Pedro, algunos escuchamos al padre Ramiro Cantalamessa que tuvo a su cargo el sermón. Destaco lo que él contó para aplicar a la pandemia y al momento que vive la humanidad. No puedo dejar de aplicarlo todos los días desde hace cinco meses a la situación del padre Kentenich y de Schoenstatt como familia.

La historia que contó fue así. Si no lo leyeron o no lo escucharon, pongan atención por favor: “Mientras pintaba al fresco la catedral de San Pablo en Londres, el pintor James Thornhill, en cierto momento se sobrecogió con tanto entusiasmo por su fresco que, retrocediendo para verlo mejor, no se daba cuenta de que se iba a precipitar al vacío desde los andamios. Un asistente, horrorizado, comprendió que un grito de llamada sólo habría acelerado el desastre. Sin pensarlo dos veces, mojó un pincel en el color y lo arrojó en medio del fresco. El maestro, estupefacto, dio un salto hacia adelante. Su obra estaba comprometida, pero él estaba a salvo.

Así actúa a veces Dios con nosotros: trastorna nuestros proyectos y nuestra tranquilidad, para salvarnos del abismo que no vemos.

Pero atentos a no engañarnos. No es Dios quien ha arrojado el pincel sobre el fresco de nuestra orgullosa civilización tecnológica. ¡Dios es aliado nuestro, no del virus! «Tengo proyectos de paz, no de aflicción», nos dice él mismo en la Biblia (Jer 29,11).”.

Ensució de color lo que nos parecía obra terminada

Como schoenstattiano desde hace 52 años no puedo dejar de afirmar que el mundo estaba avanzando mucho más rápido que Schoenstatt. Y cuando Francisco fue elegido papa, de alguna manera nos quedamos más tranquilos y también más lentos. Y a esa velocidad que nos daba un papa que habla nuestro lenguaje, que nos entiende, empezamos a mirarnos demasiado en el espejo. A tranquilizar la misión. A ralentizar el ritmo. A apasionarnos con lo que estaba hecho, con nuestra historia (mal contada pero linda), con las obras y el crecimiento que estábamos teniendo. Pero “mirándonos en el espejo” estábamos por caer al precipicio… y apareció el “pincel sobre el fresco de nuestra orgullosa civilización…” mariana y misionera. Y ensució de color lo que nos parecía la obra terminada. Y horrorizados, nos dimos cuenta que no sabemos ni siquiera cómo era la historia del padre Kentenich.

Y esta mujer nos dijo que era un desastre. Y empezamos a darnos cuenta que nos faltaban muchos datos, que nos habían omitido información, que los Reyes Magos no existen…

Como hombres y mujeres libres

Bueno, lo de Paz Leiva debemos entenderlo y atenderlo. Lo de Alexandra von Teuffenbach nos importa de la misma manera. Dios la usó para que no nos cayéramos al abismo. Ella ensució los frescos… pero no nos hemos caído al precipicio desde el alto andamio.

Estamos felices y esperanzados en conocer la verdad. El tan post moderno “relato” que vivimos como desgracia de este tiempo, se nos acercó demasiado. Nos contagió y caímos en esa trampa barata de los tiempos de transición de época.

Alexandra von Teuffenbach fue y seguirá siendo la revista de chismes que nos gusta leer porque es sencilla, y nos trae cosas dichas hace muchos años, pero que nunca nos comentaron…. Y tal vez haya cosas muy ciertas que realmente sucedieron; no lo sabemos. Hay que investigar y estudiar con seriedad. Tenemos las mejores posibilidades y tal vez las únicas para hacerlo como hombres y mujeres libres.

Un salto de conciencia

Todos además nos habíamos estado enamorando de nuestra visión de las cosas, del empalme con la renovación que Francisco propuso y gestiona para la Iglesia del presente. Y de repente el susurro de la Mater a esta asistente del artista, la insta a mojar el pincel en la pintura, y arrojarla sobre el fresco, ensuciar y dañar la obra, pero salva la vida de nuestra Familia, ya que en lugar de caernos tontamente, damos un salto de conciencia y empezamos de nuevo por lo básico: la verdad completa, el esfuerzo por saber la verdad, estudiar y poner en práctica los principios, creer en nosotros mismos, agigantar nuestra necesaria vida de Familia.

Nada te turbe

Dónde llegarán las comisiones de estudio, de análisis, no lo sabemos. Ahora, leamos e investiguemos, busquemos material y esperemos tener un encuentro con toda la verdad. Si el padre Kentenich es investigado con seriedad sabremos todo. Y la “verdad nos hará libres”. Y ahora leo y entiendo porque el P. Kentenich pedía tanto que estudiáramos sus ideas. No sólo para conocerlas sino también para criticarlas y ver lo valioso que nos deja todo ese esfuerzo.

Si la Mater está detrás de todo esto, sabemos bien con Santa Teresa que te dice muy tranquila: “Eleva el pensamiento, al cielo sube, por nada te acongojes…Nada te turbe… A Jesucristo sigue con pecho grande y venga lo que venga nada te espante”.

 

Schoenstatt

Foto: Pedro M. Dillinger

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3 Responses

  1. Nora Pflüger Totti dice:

    Excelente artículo, Daniel. Pero me permito agregar, ya que has citado tan oportunamente a Santa Teresa, que hasta hace pocos años tampoco «nos contaban» (es decir, no se le daba demasiada difusión pública) que la Santa de Ávila fue acusada ante la Inquisición de «conducta perversa», de «azotar a las monjas», de haber tenido «trato carnal» con hombres y de haber dado a luz hijos naturales, acusaciones que dejan lo de Kentenich a la altura del poroto. Y que la acusadora fue una de sus propias monjas, que había tenido que salir del convento por no adaptarse a la vida carmelita y que se fue resentida. Teresa supo defenderse de las acusaciones con gracia e inteligencia. Te digo esto no para sacar conclusiones sobre lo del Padre Kentenich, sino para que sepamos que estas situaciones, en la Iglesia, no son nuevas…
    Te recomiendo la miniserie «Teresa de Jesús» , que está en Youtube, en archivos de la TV española. Es imperdible.
    Nora Pflüger Totti, La Plata, Argentina

  2. Miguel.rodriguezmedina1965@gmail dice:

    La verdad nos hara libres

  3. Lena Castro Valente dice:

    Se me llenaron los ojos de lágrimas… Yo escuché en vivo la homilia de Cantalamessa. Me acuerdo que me gustó muchísimo pero ya no recordaba esa «parábola». Soy schoensttatiana desde hace 42 anos lo he recorrido todo con el Padre Kentenich…la Verdad tiene que relucir….pero al leerlo se nota que todo esto lo vive con un grande amor y es por eso mismo amor que anhela que toda la Verdad brille como un cristal transparente y recta como la copa de un pino. La Misión que nos fue entregada se ha quedado, en muchos casos dentro de los Santuarios ..
    Ahora tendremos que salir a los campos de batalla de la Vida y Anuncio de la Buena Nueva del Evangelio y el Reino Mariano del Padre llevando el Santuario en el corazón y no quedandonos nosotros en el Santuario.
    Muchas gracias por su artículo .
    Unida en la Alianza

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