se trata de nosotros

Publicado el 2020-10-31 In José Kentenich

Se trata de nosotros: canonícenlo ustedes

Monina Crivelli, Argentina •

Honestamente debo decir que no me impactan mucho todos los últimos acontecimientos en torno a la figura del Padre “descubiertos” (?) por esta historiadora, a la que le pido disculpas por no recordar su nombre.—

No es que quiera minimizar las cosas o ignorarlas, al contrario, como decía el padre: “dones son tareas” y las dificultades también lo son. ¿Dificultades para quién o quiénes? Para nosotros. Siento personalmente que todo esto no se trata del P. Kentenich, sino que se trata de nosotros. Nos interpela directamente a nosotros.

Una vez más, el Padre nos pregunta como su Familia: ¿me siguen? O sea, ¿están dispuestos a dar un paso o un salto más en su santidad? Y ¿cuál es mi respuesta a eso? ¿Estoy dispuesto una vez más a acompañarlo a Dachau o en su exilio? ¿O me quedo cómodamente a un costado rasgándome las vestiduras o lamentándome ante tantas mentiras y calumnias a su persona? ¿Me preocupa más que esto demore o intervenga de forma negativa en su proceso de canonización o tomo el toro por las astas y, siguiendo las palabras que nos dijo Juan Pablo II, asumo esta situación nefasta como parte de MI “canonícenlo ustedes”? No sea cosa que nos transformemos en exégetas de los “hitos” de la Familia y no nos atrevamos a un nuevo “hito” de carácter personal esta vez.

Nada le gustaría más al padre, estoy segura, que en vez de defenderlo reaccionemos de manera proactiva, luchando con más fuerza y entusiasmo aún por la santidad de la vida diaria, por encarnar de manera excepcional el carisma y legado del Padre. A la luz de la fe práctica en la Divina Providencia, siento que “ha llegado la hora de tu amor” para nosotros.

“Ladran, Sancho, señal que cabalgamos” – Dios quiera que sea así porque nos hacemos cargo del desafío y mostramos al mundo entero que somos hijos audaces del Padre que saben mostrar en su actuar hoy el verdadero rostro del él.

 

mostrar su rostro en mi vida

Seamos hijos audaces del Padre que saben mostrar en su actuar hoy el verdadero rostro del él

Etiquetas: , , , , , ,

7 Responses

  1. Antonio Muñoz dice:

    Me quedo con esa frase, canonicenlo ustedes, si sus seguidores son santos, el padre será canonizado!

  2. Dolores Arnaude dice:

    Creo que estos «ataques» son señal clara de que una Gran Bendición está por venir a toda la Familia de Schoenstatt.

    Mientras tanto sigamos trabajando unidos, cada uno en la misión confiada realizando nuestra tarea con abnegación, espíritu heroico en la entrega desinteresada por nuestra Madre y su Obra y así pronto veremos «los milagros de Gracia» ya que Ella es la Gran Misionera y nosotros sus pequeños instrumentos.

    «Nada sin Tí, Madre,
    nada sin mí,
    nada sin nosotros»

  3. Cristina White dice:

    Adhiero totalmente!!!!

  4. P.miguel Rodriguez dice:

    Buenisimo comentario… estoy de acuerdo….creo que el padre nos vuelve a decir….vas conmigo…seamos hoy portadores de su mision….creo es mas fundamental…la mater hace el resto….adsum

  5. Silvia Sibay dice:

    Monina, gracias por tus palabras, que comparto totalmente.
    Experimenté en mi vida el cambio desde que conocí su pedagogía, que me ayudó a buscar ser cada día un poco mejor. La santidad de la vida diaria es camino a recorrer de los schoenstattianos y que debemos compartir.
    No espero descubrir en el padre Kentenich un ser perfecto, pero creo que los frutos buenos provienen de árboles cuidados y abonados.

  6. Concha Rodriguez dice:

    Monina, estoy TOTALMENTE de acuerdo contigo. Es nuestra hora. Gracias por este artículo que nos interpela: «estamos tan cómodos en nuestro club».

  7. Lena Castro Valente dice:

    Totalmente de acuerdo. Siempre dije que, para mi, la canonización del Padre no se haria sin que sus hijos fueran canonizables. No sé si todo es verdadero o falso pero, estoy segura que debo seguir luchando por mi santidad y la de toda la Familia con un Padre que es profeta y pedagogo y tiene un mensaje claro para todos los tiempos.

    La santificación propia
    se torna amor a la Familia
    Y le ayuda a cruzar
    alegremente toda oscuridad;
    atrae sobre ella
    los ojos regocijados del Padre
    y es para ella báculo certero,
    el más seguro amparo.

    Esa santificación
    se orienta al apostolado
    y de él vive,
    e inflama con su ardor
    el celo por las almas;
    es un lazo potente, indestructible,
    que nos une
    a través de ciudades y de campos (Hacia el Padre 491,492)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *