Por Matěj Pur, Liga Checa de Hombres •
Hace algunos años, la teóloga italiana Alexandra von Teuffenbach reveló al mundo entero una visión del exilio del Padre Kentenich. Todo Schoenstatt protestó porque ella era demasiado parcial en su trabajo, y todo el mundo sabía que no era para tanto. Hace algunos meses, el profesor chileno, y Doctor en Filosofía de la Federación de Hombres, Ignacio Serrano del Pozo, de la Universidad Andrés Bello, ha dado una respuesta, publicada (en castellano) en Teología y Vida 64/2 (2023), p 195-221[1]. El Padre Kentenich sale mejor parado, pero lejos de ser inocente. —
El artículo de Del Pozo, aprobado por el Consejo de Expertos, muestra que los informes del inquisidor jesuita, Sebastián Tromp, demuestran que no dudaba de la pureza del fundador, ni siquiera en relación con los supuestos abusos sexuales a una hermana. Además, no dudaba de sus buenas intenciones y escribió sobre sus excelentes dotes intelectuales, su espíritu apostólico y su corazón. Sin embargo, tenía un problema con ciertas acciones que, en su opinión, conducían a un ambiente sectario en el Schoenstatt de entonces (y quizás ya no).
Por ejemplo, en el muy discutido asunto del examen del niño (Kindesexamen) de las Hermanas de María de Schoenstatt, afirma que, aunque el Padre Kentenich está convencido de que no está haciendo nada malo, la otra parte o su sucesor pueden no percibirlo así. Según Tromp, el hecho de que un sacerdote se reúna en privado con una mujer célibe ya es problemático en el espíritu de la época. El Padre Kentenich debería justificarlo descubriendo un método de sublimación inmune a las tentaciones sexuales. Pero Tromp lo califica de ingenua obstinación del fundador.
Peor aún es la posición del Padre Kentenich como estandarte de la paternidad de Dios Padre, que Tromp rechaza completamente y pide a Kentenich que ajuste las diversas formulaciones para que quede claro a qué Padre se refiere en cada momento. Kentenich se negó, lo que dio lugar a excentricidades desde el punto de vista actual, como el cuadro de Irma Ulmer, de Uruguay, en el que Dios Padre tenía rasgos notables del Padre Kentenich. El Movimiento utilizaba frases como «Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya» o el frecuente «por él, con él y en él» como paráfrasis del final de la Plegaria Eucarística. Y aquí, según el testimonio de las Hermanas y de los Palotinos, se refería a Kentenich y no a Dios.
Según Tromp, este culto a la personalidad empezó a parecerse a la veneración de Hitler o Mussolini. Insistir en que Schoenstatt es la obra predilecta de Dios o hablar del tesoro de la fe schoenstattiana tampoco ayudaba. Tromp busca una explicación en la arrogancia del Fundador, que empezó a verse a sí mismo como un profeta infalible y que no volvió de Dachau como un héroe tranquilo, sino como un demagogo fanático al que hubo que corregir a tiempo.
El Padre Kentenich ya acusaba a todos los que no estaban de acuerdo con él de estar infectados con el virus del mecanicismo y del bolchevismo, lo que no le era de mucha ayuda. Del Pozo señala que más que la búsqueda de la verdad y la lucha por ella es el hecho de que el Padre Kentenich, según Tromp, tenía ciertas ideas fijas. Sólo en su primera respuesta a la visita episcopal mencionó ocho veces tales acusaciones.
Según Del Pozo, Tromp debería haber hecho preguntas teológicas más fundamentales, para que Kentenich reconociera que la Iglesia, que Tromp defendía, es una comunión con Cristo como cabeza y se manifiesta en el Papa y los obispos bajo su autoridad. «Usted, Padre Kentenich, se porta mal ante los obispos que, como representantes de Cristo, son lo segundo más importante en la Iglesia. Por eso piensa mecánicamente y entrega a la gente al bolchevismo. Tenga cuidado de no ser asesinado por las mismas armas con las que ataca a los demás», Tromp utiliza incluso el vocabulario de Kentenich lleno de causas y pensamiento mecanicista.
Es un problema teológico y no pastoral que el decreto del Santo Oficio le pida al Padre Kentenich en primer lugar que muestre respeto por la autoridad de la Iglesia y que deje de usar términos confusos que podrían ser entendidos por alguien como una separación de Schoenstatt de Jesús y su Iglesia.
Una comisión independiente de expertos debe aclarar esto. Pero, según la diócesis de Tréveris, no será creada por Schoenstatt, porque las conclusiones de un grupo así no son suficientes para renovar el proceso de beatificación.
Artículo completo escrito por Ignacio Serrano del Pozo (español)
[1] SERRANO DEL POZO, IGNACIO. Las razones de un destierro: a propósito de las acusaciones de Alexandra von Teuffenbach contra el fundador de Schoenstatt. Teol. vida [en línea]. 2023, vol.64, n.2 [citado 2023-11-13], pp.195-221. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492023000200195&lng=es&nrm=iso . ISSN 0049-3449. http://dx.doi.org/10.7764/tyv642.e3
Original: inglés. Traducción: Roberto González, Bonn, Alemania
Estimado Roberto:
Agradecería que pudieses traducir para Matěj Pur, de la Liga Checa de Hombres, esta breve nota: «ni demagogo fanático, ni abusador ni elefante en el salón de nuestro movimiento».
Antes que nada, por amor a la verdad, a la Iglesia y al Movimiento de Schoenstatt, resulta apresurado, y por lo tanto injusto, que Matěj diga que el Padre Fundador, Jose Kentenich, es culpable. o «este lejos de ser inocente».
Aun faltan muchos elementos de estudio que sopesar y rezar.
El contexto histórico de nuestra Santa Iglesia antes y después del Concilio, tan complejo en los actores de la Sagrada Congregación del Santo Oficio, que por ejemplo, tanto hizo sufrir a Padre Pío, el contexto histórico de la guerra más terrible de la humanidad y sus repercusiones en el Movimiento, las muchas opiniones a favor y en contra de los obispos alemanes, el análisis de la conducta del Padre Kentenich luego de las observaciones, recomendaciones y prohibiciones luego que regresa del exilio, que sin duda han de tener alguna relación con la copiosa Providencia en el crecimiento del Movimiento hasta el presente.
Conocer estos hechos históricos, que son parte del actual debate y obtener conclusiones apresuradas, creo, no es una conducta diligente, ni mucho menos misericordiosa hacia todos los actores. Nuestro Señor dijo: «nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público».
Definitivamente, falta más información y una actividad organizada constante que permita una puesta en común, desde arriba hacia abajo, canalizar la posibilidad de preguntar y recibir respuestas, expresar de forma sencilla y resumida lo que en una primera etapa es complejo de expresar, para nuestra generación y las venideras. Estas publicaciones son muy necesarias pero son insuficientes, y no permiten un verdadero avance.
Cuando converso del Padre Kentenich, de éste debate en especial, tengo la impresión que casi todo queda en un fuero íntimo, no hay una puesta en común. Todos, los de una y otra postura, los que se quedan perplejos sin emitir opinión, hemos recibido abundantes bendiciones gracias a su intercesión, en nuestras vidas, vocaciones e hijos.
Sabemos que Schoenstatt es un río de agua viva tan generosa gracias las bendiciones que la Mater dispensa desde el Santuario para el bien de la Iglesia: es muy pronto para condenar y desechar.
Espero que pronto estemos avanzando en esta encrucijada, de una forma más orgánica, dinámica, en el nivel de comprensión de los más sencillos y numerosos del Movimiento.
Pedro Dubié Orienti
Solo para aclarar: el articulo de Matěj Pur es un resumen del trabajo de Ignacio Serrano, Chile. «Este artículo se llevó a cabo gracias a una estadía de investigación en CERES ( Centrum für Religionswissenschaftliche Studien) de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania), estancia patrocinada por la fundación ICALA ( Stipendienwerk Lateinamerika-Deutschland ). Agradezco también el apoyo encontrado en Schönstatt, Vallendar.» Enlace en el artículo.