Publicado el 2020-06-30 In Laudato Si

Para una alianza con la creación

Entrevista con Ulrich Grauert, Suiza, sobre Economy of Francesco •

«Soy una de los 2000 jóvenes que fueron seleccionados para Economy of Francesco en Asís», me escribió Valentina Alarcón, una ingeniera de Chile, en el chat de una videoconferencia sobre la justicia social y el nuevo orden social, que fue organizada por un grupo de schoenstattianos chilenos, motivados por el pensamiento social de José Kentenich. «Tenemos que hablar de esto específicamente», le respondo, «conozco a alguien de Suiza que también está en ello”. Se trata de Ulrich Grauert, CEO de Interholco AG, uno de los principales productores internacionales de madera de África, con más de 50 años de experiencia en la adquisición y producción sostenible de madera en el continente africano. Junto con su esposa, Melanie, son cofundadores y directores de la IKAF (Academia Internacional Kentenich para directivos),  y editores de la versión alemana de “Vivir la Alegría en el Trabajo”,  desde hace algún tiempo también en buen intercambio con la «Economía de Comunión» del Movimiento de los Focolares. —

Valentina está preparando una contribución sobre su trabajo, hasta ahora, para «Economy of Francesco«, el encuentro internacional de 2000 jóvenes comprometidos, economistas, emprendedores y artífices del cambio, (en edad de la Jornada Mundial de la Juventud, hasta 35 años), que el Papa Francisco había convocado para marzo de 2020 en Asís, y que ahora, debido al coronavirus, está planeado que sea a mediados de noviembre. La ciudad de San Francisco de Asís se organizará con este fin en 12 “villas” donde se debatirán las grandes cuestiones de la economía de hoy y de mañana y se propondrán soluciones. Éstas son: Trabajo y cuidado; administración y don; finanzas y humanidad; agricultura y justicia; energía y pobreza; vocación y lucro; política para la felicidad; CO2 de la desigualdad; negocios y paz; mujeres para la economía; negocios en transición; vida y estilo de vida. Los participantes de «Economy of Francesco» son  jóvenes investigadores, estudiantes, posgraduados; empresarios y directivos; innovadores sociales, change makers, promotores de actividades y organizaciones locales e internacionales; que se interesan por el medio ambiente, la pobreza, las desigualdades, las nuevas tecnologías, las finanzas inclusivas, el desarrollo sostenible: se interesan por las personas.

Valentina se había enterado de la «Economy of Francesco» a través de una entrada en Instagram, en la que alguien expresó su pesar por no encajar ya en el grupo de edad. Luego, para su gran deleite, descubrió que ella misma todavía podía presentar su solicitud.

Ulrich Grauert tiene «mucho» más de 35 años y también ha logrado entrar y por ese motivo, lo entrevistamos.

Foto: Economy of Francesco

Foto: Economy of Francesco

¿Cómo te enteraste de “Economy of Francesco”?

Una colaboradora del departamento de marketing, que es muy sensible a los temas que nos preocupan, como la sostenibilidad, me avisó y dijo que deberíamos participar como empresa. Luego, investigamos e hicimos contactos, pero no llegamos a ninguna parte. Después fue un tema de diálogo en nuestros contactos con “Economía en Comunidad” del Movimiento de los Focolares, que son coorganizadores. También se discutió en círculos de Schoenstatt. A mi simplemente me fascinó que tantos jóvenes, jóvenes empresarios, que quieren más, que quieren ayudar a formar un nuevo mundo, se reunieran. Al principio pensé que podría participar con mi esposa, pero me di cuenta de que no era posible «simplemente participar”. A través de nuestros contactos de los Focolares, con los que años atrás organizamos una conferencia en el evento “Juntos por Europa: SI, por una economía justa” en Loppiano, averigüé que también se invita a “Senior Consultants”, mentores o asesores para las 12 villas, para apoyar con su experiencia, manteniéndose en segundo plano. Ahora estoy involucrado a título personal, pero por supuesto sólo puedo hablar de lo que estamos haciendo con nuestra empresa en África. Dije que me pondría simplemente a disposición y estaría allí durante la semana.

También tuve una experiencia en la FAO en Roma, donde el tema era la sostenibilidad en la agricultura y silvicultura tropical. Hubo una reunión de jóvenes el día anterior, a la que no pude asistir. Se informó sobre el evento en sí, y uno de los participantes se convirtió en un estudiante de máster en nuestra compañía.

¿Qué te llama la atención en la forma en que los jóvenes abordan el tema?

Ya lo veo con nuestros propios hijos, los jóvenes piensan sobre este tema de una manera completamente diferente a la que nosotros solíamos hacerlo cuando jóvenes. Piensan de manera muy diferente sobre el futuro, preguntando específicamente: ¿Qué estoy haciendo y qué no estoy haciendo? ¿Cuál es mi “footprint» personal en mi vida hoy en día? Esta atención me fascina. Sin esta generación no podemos avanzar, y podemos aprender mucho de ella. También es un dar y tomar, nuestra experiencia y su consciencia y su mirada más atenta. Espero que esta reunión me dé nuevos impulsos, más claridad, tal vez, un nuevo enfoque.

Por ejemplo, una joven ha plantado un huerto en su balcón, de tan solo dos metros cuadrados; pero ¡parece más grande que el de nuestro jardín! También ha comprado una planta de compostaje, con la que ella misma hace abono, y nos ha enviado fotos de las primicias de su jardín… No teníamos esta forma de pensar en aquel entonces. Detrás de todo esto, está la inquietud, cómo vivo yo, qué “footprint” dejo. O alguien que no tiene todavía un permiso de conducir y dice: no lo necesito. O no necesito un auto, lo tomo prestado cuando realmente lo necesito. ¡Para nosotros fue lo primero: conseguir el permiso de conducir! No es que los jóvenes no tengan la misma sed de libertad que nosotros entonces, pero se expresa de forma diferente. Siempre está detrás el pensamiento: ¿cuál es el impacto si compro eso, si conduzco, si vuelo? También veo una mayor madurez en esta consideración: ¿Qué pasa si…? Todos tenemos que repensar masivamente.

¿Dónde ves las posibilidades o la necesidad de complementación?

Ayer mismo tuve una apasionante conversación con jóvenes sobre la responsabilidad corporativa en las grandes empresas. Uno de los temas era Nestlé. Es un tema muy controvertido en la actualidad. ¿Qué se informa sobre esta o aquella empresa en las redes sociales? ¿Qué es formar opinión y no siempre honestamente investigado? ¿Qué información, hechos e informes independientes hay? ¿Dónde están las empresas que se esfuerzan por cambiar y quieren corregir los errores y abrir nuevos caminos?

Especialmente hoy en día tenemos que repensar cómo lidiar con los errores. Para mí es importante tener una “cultura de errores”, donde es posible cometer errores, por supuesto no intencionalmente. Llamar a las cosas por su nombre, pero también aceptar un cambio de corrección después y avanzar juntos. No hay que mezclar todo y pensar que para las empresas se trata solo de la codicia por el beneficio y las mayores ganancias posibles, más allá de las pérdidas. Sobre todo, participar uno mismo, no señalar con el dedo desde el exterior, sino adoptar un enfoque constructivo e ir por nuevos caminos juntos, asumir la responsabilidad de dónde estoy, dónde puedo actuar. De lo contrario, no llegaremos a ninguna parte. Sobre todo, las discusiones no deben convertirse en ideológicas. Necesitamos relacionarnos con la realidad. Este intercambio y esta complementación son importantes y valiosos para mí.

Aquí es donde la palabra «cultura de alianza» entra en juego: Queremos buscar un intercambio honesto y sincero, dejar a un lado nuestra visión de túnel y ver las conexiones más claramente en la complementación mutua, y luego encontrar soluciones y cambiar las cosas. Schoenstatt nos lleva a un pensamiento más complejo, a un pensamiento en contextos, a un pensamiento y actuación en red. Sólo juntos podemos abordar y resolver los grandes y complejos problemas, como el cambio climático. En mi opinión, se necesita una estrecha colaboración entre el sector privado, las empresas, las ONG, los consumidores finales, los gobiernos, la ciencia, la juventud, el sector financiero y también, la Iglesia. No sólo cada uno para sí mismo – eso también es importante – pero sobre todo constructivamente juntos, no uno contra el otro. De esta manera, la «cultura de Alianza» puede cobrar vida y ayudar a encontrar respuestas y caminos viables para las grandes preguntas de hoy en día.

 

Ulrich Grauert. Foto: Interholco AG

¿Qué quieres tú aportar en Asís?

Me gustaría inspirar entusiasmo por la silvicultura sostenible en las regiones tropicales, especialmente en la Cuenca del Congo, en África, la conservación a través del uso sostenible – estos son temas que me conmueven. No podemos simplemente poner una campana sobre el bosque primigenio y no tocarlo, sino que debemos preservarlo a través del uso sostenible y el mantenimiento de la biodiversidad, a través del cuidado, a través de la gestación desde un punto de vista ecológico.

Estás a punto de leer Laudato Si’ por segunda vez. ¿Qué es lo que te atrae?

Junto con mi esposa tratamos de leer un poco más cada día. Mientras leemos, siempre nos atascamos en una frase y nos preguntamos: ¿Qué significa esto para mí personalmente, muy concretamente? ¿Qué puedo aportar en este sentido o cambiar en mí?

Pienso, por ejemplo, en el debate sobre el ciclo vital, es decir, cuánto tiempo durará un producto, cuándo y cómo se eliminará, la cuestión de la separación de los desechos, el reciclaje, el desechar o reparar. Consideramos, por ejemplo, ir de compras más en el entorno, o la muy «banal» cuestión de en qué envase compramos la leche, que luego tenemos que desechar de nuevo. O sea, la inquietud: ¿cómo y dónde vamos de compras? ¿Qué “basura” traemos a la casa, que luego tiene que salir de nuevo de alguna manera y en algún momento?

Hace tres semanas, nuestra vieja grabadora de casetes se averió. Sólo la necesitamos para los casetes viejos para los nietos. En realidad, queríamos tirarlo. En el pueblo hay un “repair-café”. Reparan los aparatos electrónicos de forma gratuita. Se trata de una iniciativa realmente ingeniosa del gobierno suizo junto con los pensionistas que reparan profesionalmente los aparatos electrónicos en su tiempo libre. Ahora la grabadora de casetes funciona de nuevo.

Pero también está la alegría de que, como empresa, con nuestra madera de África, tenemos un producto que tiene un ciclo vital muy cerrado: esta madera puede ser usada para construir casas de madera, así como muebles o hermosas terrazas de madera que duran mucho tiempo. Mucho más tiempo que las terrazas de plástico o de madera local que tienen que ser tratadas químicamente. La madera ayuda a proteger el clima. Los árboles y los bosques son un arma eficaz contra el cambio climático: extraen el dióxido de carbono (CO2) del aire y almacenan el carbono en la madera y también en el suelo del bosque. El carbono se almacena entonces en la madera, en el producto, hasta el «fin de la vida» de la casa de madera, o la silla de madera o la terraza. El buen Dios ha hecho un invento ingenioso. Y al final del ciclo vital de un producto de madera, se puede convertir directamente en «compost». A diferencia de otros productos, el ciclo vital es cerrado.

Laudato Si’ me fascina, no hay unilateralidad ni polarización, porque todo está interrelacionado, y también hay espacio para las cuestiones económicas. Todavía estamos considerando cómo podemos contribuir como IKAF a la realización de las inquietudes de Laudato Si’.

Laudato Si’ es sobre el medio ambiente, pero también sobre el ambiente interior, también sobre el ser humano y su dignidad y sus derechos. Tuve que pensar en esto en una conversación con alguien que acaba de perder su trabajo porque ahora, debido al COVID-19, no era ni es posible viajar. Eso duele.

En Laudato Si’ se refleja claramente lo que está sucediendo en el mundo en este momento, lo que tiene que suceder, y que nuestro conocimiento teórico en Schoenstatt sobre el contexto orgánico ahora debe ser puesto en práctica de manera concreta, y que no debemos cerrar los ojos, pero que todos podemos contribuir, aunque tal vez sólo sea en lo pequeño.

Lo que me gusta de Laudato Si’’ es la referencia a Francisco de Asís, hermana tierra, hermano sol – se trata de nuestra alianza con la creación. Esto es muy tangible para nosotros en África en esta conexión con la naturaleza que encontramos allí todos los días, por ejemplo, a través de los productos medicinales que provienen de la selva, de los árboles, o donde también se hace evidente que no se permite la agricultura allí, o que los animales deben ser protegidos allí, o que la caza está permitida en algunas partes porque es importante para la población local y su sustento.

Laudato Si’ nos hace pensar y también nos anima en nuestro modelo de negocio, en el que se incluye conscientemente toda la biodiversidad y su preservación. Sabemos que tenemos una influencia en el mundo animal, en el mundo vegetal. Siempre se trata de un acto de equilibrio entre lo que es económicamente factible y lo que es ecológicamente deseable, y eso no es fácil. Esta es la gran tensión creadora en el mundo de la que habla el padre Kentenich.

¿En qué «villa» trabajas en Economy of Francesco?

La «villa» se llama Agriculture and Justice, Agricultura y Justicia. Entre otras cosas, trata sobre el papel de la agricultura y la silvicultura para hacer frente a los enormes cambios climáticos, el crecimiento de la población mundial y los crecientes conflictos territoriales. El cambio climático está robando el medio de vida de millones de personas en todo el mundo. Los derechos laborales, el derecho al trabajo, la protección de los pueblos indígenas, los desafíos relacionados con la seguridad alimentaria, la producción de biocombustibles y las nuevas tecnologías son sólo algunos de los retos a los que se enfrentan la agricultura y la silvicultura mundiales: ¿Cómo podemos combinar la justicia con la agricultura y la silvicultura sostenibles para preservar nuestro planeta? ¿Cómo hacen frente los agricultores y silvicultores a los desafíos y oportunidades económicas de los mercados mundiales globalizados, en tiempos de grandes cambios climáticos? Estos son los temas.

En el tiempo de preparación, ahora alargado, hay muchos seminarios en la red sobre los temas de nuestra “villa”. He participado en dos de estos seminarios web, y hay más de 100 personas asistiendo a cada uno de ellos durante todo el tiempo.

¡Muchas gracias por tu tiempo! Y pronto hablaremos de lo que estás haciendo con tu empresa en África en el espíritu de Laudato Si’.

La entrevista fue realizada por Maria Fischer, redactora de schoenstatt.org

Seminarios abiertos entre COVID-19 y Economy of Francesco

Los seminarios “On-Life”,  que se transmitieron a través de las redes sociales de The Economy of Francesco , fueron un gran éxito: «Moving towards a post-Covid better world» (“Avanzando hacia un mundo mejor después del Covid”) es una iniciativa on line organizada por el Comité Científico de Economy of Francesco para examinar una serie de cuestiones y retos que afronta la economía en la actualidad.

Este ciclo de seminarios se inició el 1 de mayo con la filósofa canadiense Jennifer Nedelsky, conocida internacionalmente por su propuesta «Trabajo a tiempo parcial para todos, cuidado para todos». El Día del Trabajo, la profesora Nedelsky entabló un diálogo con jóvenes economistas y empresarios sobre temas que abracaban desde el trabajo, la atención y las relaciones hasta posibles escenarios futuros. Más de 1000 personas siguieron la transmisión en vivo desde todo el mundo: Italia, Argentina, Costa de Marfil, Corea, Portugal, Camerún, Polonia, Colombia, Nigeria, Brasil, España, Suiza, India, Chile, Bélgica, Irlanda, Sudáfrica, Botswana y Cuba. También se logró una amplia participación en el segundo seminario con el padre Vilson Groh, un sacerdote que vive y trabaja en nombre del diálogo y la intercultura con los pobres en una favela brasileña de Florianópolis. Basándose en su experiencia personal, abordó el tema de la pobreza en el mundo y en la sociedad global actual, con especial énfasis en la educación, la justicia social y el desafío ecológico integral.

 

Aquí se pueden ver los seminarios (en inglés)

Original: alemán 27.6.2020. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España/mf/ce

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