Mural

Publicado el 2024-05-07 In Vida en alianza

Un mural, una juventud que tiene la llave del santuario y un espacio para el futuro

ARGENTINA, Maria Fischer •

En la tarde del sábado 4 de mayo, nos encontramos con Lilita y Carlos Ricciardi, colaboradores de schoenstatt.org y miembros del primer curso de la Federación de Familias de Argentina, en la entrada de la Casa de la Familia de Schoenstatt en la ciudad de La Plata. En el frente está el nuevo mural, completado recién en febrero. Nos encontramos para entrevistar a la artista, Sofia Yoma, de la Juventud Femenina de Schoenstatt, y Fran Elisei, de la Juventud Masculina. La idea fue pedirle a los dos que compartieran la motivación detrás del compromiso de diseñar y pintar esta obra y conocer el significado de los símbolos elegidos. Sofía y Fran nos regalaron un testimonio de la vitalidad y del compromiso de una juventud que se siente portadora del Santuario y de la misión de Schoenstatt. —

Entrevista

Entrevista a Sofía Yoma y Fran Elisei. En el fondo, el santuario de La Plata

Cómo nació la iniciativa

Fran Elisei: En realidad, antes de este mural había otro que lo había pintado Teresita Bulfón, la nieta de Marisa y Marcelo Bulfón. Ya llevaba bastantes años y de poco a poco se fue deteriorando. El año pasado, yo era el jefe de la Juventud Masculina, y con los chicos que hacían el mantenimiento de la Casa de Familia, empezó a surgir la inquietud de poder dar una nueva identidad al frente de la casa y poder pintar un nuevo mural. Nos daba lástima que el mural anterior se iba deteriorando. Así que tomamos la iniciativa, y lo primero que hicimos fue conversarlo con la familia, con el consejo, a ver si nos apoyaban. Una vez que tuvimos toda la aprobación, buscamos un artista que nos pudiera acompañar. Ahí aparece Sofía, estudiante de arte, que ya estaba hace un tiempo en la Juventud Femenina, y se ofreció con mucha generosidad para hacerlo.

Mural - Juventud Femenina

Mural – Juventud Femenina

El mural habla de los ideales de la Juventud de Schoenstatt

Mural, detalle JF

Mural, detalle JF

Con el santuario en el centro, justo sobre el portón de la Casa de Familia, a ambos lados hay una representación de los ideales de la Juventud Femenina y Masculina de Schoenstatt, mostrados en una gran semejanza pero con acentos propios. 

Sofía Yoma: Se organizó una jornada con toda la Juventud de Schoenstatt para acondicionar la pared, el portón, lijarlo y prepararlo. Después empezamos, por un lado, a conseguir la pintura, que se logró con el financiamiento de la juventud, de la familia y donaciones de grupos de vida; por otro lado, comencé a pensar los bocetos. Ahí empecé a hablar con los jefes de cada juventud para ver qué era lo que no podía faltar; digamos, qué símbolos, qué representaciones nos identifican.

En la juventud femenina hicimos alegorías sobre los símbolos que nos identifican y que hablan de nuestro ideal como juventud. Por eso, está la mano del padre y la niña, que es una alegoría a nuestro ideal: “Hijas del padre, forjadoras del Reino”. Habla de la fe, de la confianza, de cómo nosotras vivimos en la Juventud Femenina nuestra fe, con plena confianza y entrega, sabiendo que somos pequeñas.

Después están las azucenas, que salen de dicho por el padre Kentenich, de María como una azucena y nosotras como un jardín de azucenas. Representa esta búsqueda de ser pequeñas Marías, de seguir su ejemplo. Hay otra flor, porque me gusta mucho la botánica y porque siento que nos representa como juventud, y hay chicas abrazadas.

Para pintar esto, le saqué una foto a mis hermanas de grupo de vida. Este abrazo habla de cómo vivimos nosotras la fe en la juventud, siempre juntas, acompañadas y es un gesto que realizamos cada vez que nos consagramos a la Mater, así que tenía que estar, e incluso representa en sí al Movimiento, al carisma del Movimiento.

Luego hicimos un pino en conmemoración de Teresita, ya que queríamos que su huella del mural anterior esté siempre en la pared. Por eso, el pequeño pino. Y luego, las hojas que van volando hacia el Santuario.

mural

Mural, Juventud Masculina

Fran: La juventud masculina tiene dos ideales que la identifican fuertemente. Uno es el ideal nacional de la JM que lo terminamos de discernir y definir en el año 2018: “Con María, pasión que transforma”. Y el otro es el ideal de la juventud de La Plata, que se definió en los años 2000 y que es, “Comunidad de líderes, fuego de la Nueva Argentina”. En esos dos ideales está condensada la identidad y la misión más profunda de la juventud.

Lo que expresan los símbolos, como decía Sofía, es lo que nosotros queremos compartir, lo que vivimos nosotros adentro, pasando las puertas, pasando el portón, y cómo poder expresarlo, a través del arte de Sofía, a la gente que está fuera.

Los símbolos que más nos identificanson: el abrazo como parte de la expresión comunitaria, de la fuerte vivencia comunitaria por mantener una casa que está en el centro de la ciudad. Nosotros estamos acá todo el tiempo, no sólo los fines de semana, cuando tenemos reuniones, sino que, de los 80 o 90 jóvenes que seremos en la JM, siempre hay 30 o 40 dando vueltas todo el tiempo por acá, por la casa.

Las cruces negras nos recuerdan nuestra herencia, a los que comenzaron con la historia del movimiento y que para nosotros son también un ejemplo y una bandera que la llevamos en alto.

El fuego es parte de la identidad porque, como expresa el ideal nacional, nos sabemos muy apasionados; pero también es parte de la misión de cómo contagiar ese fuego, que está condensado en el Ver Sacrum. Es un símbolo que Schoenstatt se lo ha apropiado mucho, pero que también nosotros, como juventud y como Juventud Masculina platense lo tenemos muy presente. Creo que, en casi todos los santuarios, está el ver sacrum detrás y nosotros como JM encontramos cualquier excusa para poder reunirnos en torno al fuego del ver sacrum.

Hay un detalle que es bastante especial: La mano de uno de los jóvenes que está abrazado, está sosteniendo una cruz espada. Ese el llavero de la llave del santuario que tenemos nosotros. Parte de la identidad también de la juventud platense tanto de la femenina, como de la masculina es que la familia confía mucho en nosotros y nos han confiado la llave del santuario. Entonces, además de estar acá todo el tiempo en la casa, la vida de la juventud pasa mucho por el Santuario, todo el tiempo, porque tenemos la llave, lo podemos abrir y ayudar a mantenerlo también. De hecho, también de las tareas de limpieza del santuario y muchas de las misas nos ocupamos nosotros. Está todo muy en conexión y, como decía Sofía, no es casualidad que entre la juventud femenina y la juventud masculina el nexo y la puerta estén en el Santuario.

Mural - Juventud Masculina

Mural – Juventud Masculina, con el detalle de la llave del santuario

El santuario en el centro del mural y de la vida

Sofia: Del ver sacrum están saliendo las llamitas hacia el santuario y del otro lado, las hojas de las azucenas, en este anhelo de ir hacia el santuario, de habitarlo, conquistarlo.

El portón fue hecho más colectivamente. Cuando lo estábamos diseñando, la idea era representar esta búsqueda de que la Casa de la Familia, donde vivimos la Alianza de Amor en comunidad, sea una extensión del Santuario (NR: En La Plata el santuario se encuentra frente a la casa de la Familia).

Por eso está el Santuario con las puertas abiertas y están los dos corazones que intenté hacer alusión al corazón de la Mater y al nuestro en esa Alianza de Amor, este intercambio de corazones, este entregarle nuestro corazón.

Para hacer el entorno, les pedí a toda la juventud que me mandaran una foto de qué era lo que más le gustaba del Santuario. Siempre llama mucho la atención las plantas, cómo las madres cuidan este jardín que hace que sea tan armónico, tan pacífico y este cobijamiento del Santuario. Por eso también está conectado con que cuando abrís el portón parece que estás entrando al Santuario, en esto que hablamos de que la casa de la familia es una extensión.

El santuario

El santuario con las puertas abiertas, centro de la vida

Un lugar de paz en medio de la ciudad

¿Por qué acá atrás del Santuario se ve un fondo verde, amplio, casi como una montaña?

Sofia: Quise representar lo que para mí es este ambiente tan calmo, ahí me tomé mis licencias. Las flores de clivias, las santa ritas, los árboles son elementos que están en el Santuario. En el fondo, tenemos la reja (NR: que separa el predio del santuario con el del arzobispado de La Plata) porque estamos en medio de la ciudad, pero para mí, cuando estás en el santuario, no ves las rejas, ves las plantas, ves otras cosas. Entonces, ahí quise representar, como yo lo veo y lo siento, que es algo infinito y conectado con el cielo… realmente está conectado al cielo.

Fran: Creo que sucede en cualquier Santuario de Schoenstatt, la gente que llega dice que es un lugar de paz. Si hay una definición que da todo el mundo, es que es un lugar donde se experimenta paz. Y es sorprendente que, en el Santuario de La Plata, que está en el centro de la ciudad, igualmente la gente lo expresa de esa manera. Gente que pasa, peregrinos que llegan y que no conocen nada del movimiento, pero llegan al santuario, se conectan al santuario porque lo encuentran como un lugar de paz.

Y lo lindo del jardín con la abundancia de clivias y que están reflejadas en el mural, es que, acá está ubicado al revés de la mayoría de los santuarios donde el jardín está detrás del mismo. Aquí en La Plata, el jardín tan florido se ve cuando uno sale del Santuario, todo lo que se ve es verde.

Es una expresión de esa paz que se experimenta, que te hace sentir que estás en otro lugar. A la vez, no es que el Santuario está desconectado de la ciudad, sino que al estar en el centro también despierta mucha vida. Llega gente todo el tiempo y nosotros, como juventud intentamos mantenerlo abierto porque realmente son mucho los peregrinos se acercan. Eso pasa un montón. Gente que no es religiosa, pero igualmente lo encuentran. Siempre los martes me encuentro con un hombre que se llama Nahuel, que tiene un comercio aquí cerca. Siempre que va al negocio, todos los días antes pasa, si lo encuentra abierto, pasa por el Santuario, y como él, hay un montón que encuentran ese espacio.

Sofía: Quizás el portón fue lo más colaborativo, todo fue con compañía, siempre alguien me acompañó a pintar, me cebaba mate o con lo que sea, pero el portón fueron jornadas de las juventudes con cantatas, con pijamadas en la Juventud Femenina. Éramos un montón pintando el portón porque era esta idea de construirlo colectivamente, de nuestra mirada colectiva sobre el Santuario. Así que eso fue lo que más en conjunto hicimos.

Mural

Mural

Un trabajo en comunidad

¿Cuánta gente participó? ¿Cuánto tiempo les llevó?

Sofia: Mucho tiempo. A mediados de agosto de 2023 empezamos a hablar de la idea, llevó mucho tiempo conseguir los materiales porque son muy caros y había que conseguir dos pinturas distintas, al agua y esmalte sintético. Además, yo venía en los ratos libres de mis clases en la Facultad de Artes. Entre cursadas, capaz tenía cuatro horas y me venía a pintar. Después de cursar o los domingos después de las reuniones con mi grupo de vida, venía a pintar. Así fue desde agosto hasta febrero de este año.

Fran: Todas las decisiones en torno al mural se tomaron en comunidad, fue todo conversado con la familia, incluso también la familia colaboró con materiales. Pero la elaboración la confiaron a nosotros. Mucha confianza y mucho compromiso.

Sofia: Se agradece muchísimo la confianza, muchísimo. Personalmente fue muy enriquecedor. Yo había entrado hace poco a la Juventud Femenina, en abril del año pasado. Tenía muchas amigas, ya sabía del Movimiento, pero no estaba dentro, así que fue un signo de confianza y me permitió involucrarme en el movimiento de otra manera.

Durante la entrevista

Intercambio después de la entrevista

Hacia los 60 años del Santuario

El año que viene el Santuario cumple 60 años. ¿Qué piensan, qué planes tienen? En el lado izquierdo de la pared aún hay espacio…

Fran: La familia viene haciendo un camino de preparación largo. Hicimos un triduo de preparación y todos los años intentamos trabajar una gracia (del santuario) distinta, pero nos ha quedado un lugar aun en blanco en la pared y se podría incorporar algo más, incluso algunos detalles más, pero, a su tiempo.

Esa es una corriente de vida que viene marcando fuerte la vida de la familia en este tiempo, no solo por el triduo y la preparación con las gracias, sino porque creo que también nos ha unido mucho como familia y es algo que se experimenta. El mural es signo de eso, pero también es signo de muchas de las iniciativas que han ido surgiendo en la familia: cómo hemos ido colaborando entre todos para ocuparnos del cuidado del santuario, de la limpieza y mantenimiento de la casa, iniciativas para organizar mejor la comunicación y todas las cosas que tienen que salir de la familia. También hay mucha más apertura hacia la diócesis, algo que históricamente costaba por no tender los puentes. Son cosas que han nos han permitido crecer como familia. Creo que todo está relacionado con todo, todo es bastante orgánico en la vida de la familia y fluye me parece por la misma corriente de vida. También en la pastoral del Santuario, hay muchos espacios de colaboración en familia.

Mural

Mural

Un santuario y una casa abierta 

En el santuario

En el santuario

Fran: El año pasado, invitamos para el 9 de julio, día de la independencia argentina, a unos ex combatientes de la guerra de Malvinas (1982). Yo había hecho el vínculo y vinieron a compartir una charla con nosotros. Una parte de las vivencias que ellos vivieron en la guerra me recordaron mucho a la historia de los primeros congregantes y tuvimos una charla muy linda.

Nosotros con la JM, siempre hacemos ñoquis los días 29, y una vez los invitamos a unos “ñoquis” (Nota: El 29 de cada mes las familias argentinas tienen la costumbre de comer ñoquis.) Ese día seríamos 40, 50 jóvenes. Comimos juntos y ellos estaban impresionados porque todos estaban conversando en un clima de tanta confianza, de tanto entusiasmo. Comentaron “ustedes están cuidando este lugar y no están destrozando todo”. Para mí fue muy reveladora la mirada de alguien de afuera, porque a veces uno por hacer tanta vida dentro del movimiento, da por obvias muchas cosas. La mirada, de alguien de afuera te abre un poco la mente.

Sofía: Cuando estábamos pintando en la calle, la gente se sorprendía muchísimo. Les llamaba la atención, me veían tan chica. Preguntaban y nosotros les contábamos.

Hubo momentos en que hicimos un enchastre con la pintura en la vereda, pero siempre limpiábamos. Muchas señoras de la familia siempre venían, y cuando yo pensaba que nos iban a retar por haber ensuciado, ¡No! Ellas, muy amorosas, nos ayudaban a limpiar también. Por eso también me parece importante que nos refleje como familia, porque eso llama la atención. La unidad hoy en día, y más de distintas edades, llama mucho la atención y es un super testimonio para compartir. 

Fran: Creo que esta vivencia comunitaria, en otro momento hubiese sido una pavada, pero hoy es como una contracorriente cultural, porque el mundo está muy individualista. Yo creo que la vivencia, tan fuertemente comunitaria es casi revolucionaria. Así que cuando uno vive cosas tan lindas dentro de la juventud de Schoenstatt y con la familia, y después lo comparte con amigos u otros que no participan de ninguna actividad similar, piensa “ojalá tuvieran algo así, ojalá pudieran experimentar algo así”, porque lo que se vive es inexplicable.

Sofía: A mí no me deja de sorprender la compañía, sobre todo de la juventud, a mí me emocionó muchísimo. Había tardes que hacía mucho frío, realmente mucho frío, y yo mandaba un mensajito y venían a acompañarme, aunque a veces no pintaban. Me llamaba mucho la atención que vinieran, que hagan un viaje para venir a hacer unos mates, pero lo hacían. Creo que no hubo vez que no estuviera sola, y si no, estaba la gente que pasaba por la calle. Pero me llamaba mucha atención de la juventud.

Un mural con final abierto

Aún queda un espacio blanco en la pared. “Open end”, dice Fran. Aún hay algo que estamos anhelando, que estamos esperando, aún no está todo terminado. El lugar del futuro. El lugar de la juventud.

Cruzamos la calle, Fran nos abre el portón hacia el santuario, rezamos y compartimos un momento, mientras entran y salen peregrinos. Aquí, en este santuario con sus casi 60 años, hay vida y hay futuro. Gracias, Sofía y Fran, gracias Juventud de Schoenstatt, y gracias Lilita y Carlos por facilitar este encuentro.

Vista desde el santuario

Vista desde el santuario


Transcripción: Juan Zaforas, Madrid, España.

Colaboración: Lilita y Carlos Ricciardi, La Plata, Argentina; Claudia Echenique, Buenos Aires, Argentina

Fotos: Lidia Barrera, Carlos Ricciardi, Maria Fischer

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2 Responses

  1. Hna. M. Andrea dice:

    Faltaría representar la rica historia de la conquista del Santuario de La Plata, desde la decisión de Mons. Plaza cuando aún no existía el Movimiento, pasando por las peregrinaciones a pie desde Nuevo Schoenstatt que hicieron las Hermanas por la liberación del Padre, las ordenaciones sacerdotales (nueve) que realizó osadamente Mons. Plaza y que posibilitaron la fundación de los Padres de Schoenstatt y muchísimos otros etcéteras de la época previa al nacimiento del Movimiento en La Plata. Las dificultades con algún obispo no fueron por «falta de puentes» sino por la no aceptación de Schoenstatt por él mismo y por parte del clero platense. No tomar como «natural» que el actual arzobispo apreció mucho al Movimiento en Mar del Plata, su anterior sede, y que uno de sus auxiliares ¡es miembro de la Federación de presbíteros de Schoenstatt! Sería muy oportuno que dialogaran con los que vivieron personalmente esa historia… Muchos, quizás la mayoría, nos miran desde la eternidad… ¡Felicitaciones por tan linda iniciativa y sobre todo por el amor al Santuario!

  2. Ma. Piedad Medina M. dice:

    Qué hermoso que la juventud argentina haya encontrado el secreto de la unidad en la diversidad de nuestra querida Fa. de Schoenstatt Cada generación vuelve a fundar el Santuario con su propia originalidad. Viva la Mater! Viva nuestra Juventud! CUIP!

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