Publicado el 2020-05-05 In Alianza de Amor Solidaria en tiempos de Coronavirus, Schoenstatt en salida

Y la Reina cuenta con nosotros

ESPAÑA, Pilar de Beas •

Para mí comenzó el confinamiento el 10 de marzo debido a una neumonía que hasta hoy no sé si fue COVID-19.  Ya medicada y con el antibiótico puesto, empecé a tener una necesidad imperiosa de “hacer algo”. Incluso me puse en contacto con un hospital para ayudar (inocente de mí) a hacer llamadas a los familiares de enfermos, ya que lo que más me preocupaba desde el principio era la soledad de las personas que morían sin ninguna mano puesta en la suya. —

Aquí aprendí que, por la ley de protección de datos, no se puede llegar a casi nada. En mi santuario-hogar pedía cada noche a nuestra Madre que me ayudara a encontrar el camino para servir a los que más lo necesitaban.

Presentación de Shema

Volviendo a Valladolid

Una tarde vi en un chat de Eduvida, donde hay varios monitores de cursos prematrimoniales que habíamos ayudado a un párroco de un pueblecito de Valladolid de 1000 habitantes, que este sacerdote se encontraba solo en el tanatorio acompañando a un señor que, no pudiendo aguantar la soledad, había acabado con su vida. Me puse en contacto con el párroco y decidimos ayudarle a hacer llamadas telefónicas a personas mayores que estaban confinadas en sus casas. Este sacerdote nos dio muchos teléfonos, previo aviso y consentimiento por parte de las personas para hacerles tales llamadas.

La respuesta no se hizo esperar y surgieron voluntarios por todas partes, muchos más que personas mayores. Nos pusimos en contacto con Cáritas y residencias, pero por la dichosa ley de protección de datos no nos daban ningún número de teléfono.

Los testimonios de los mayores angustiados

Así fue como la Mater se coronó.  Los testimonios de las personas mayores son escalofriantes: “Que el Gobierno de España las quería matar porque eran mayores y no había aparatos para ellos…”, “Que no se podían poner malos porque no les dejaban ir a los hospitales…”, “Que si se ahogaban no tendrían a quien acudir…”. Todo ello era debido a que su único medio de entretenimiento era la televisión, cuyas noticias solo traen desesperación y miedo a tantas personas mayores. Esto fue lo que nos encontramos en cada llamada que hicimos.

Entonces nos marcamos un objetivo claro: se trataba de que, con tantos voluntarios, cada uno llamaría una vez a la semana a una persona, de manera que, si yo tenía a “Lola”, ella ya sabía que los miércoles la llamaba yo, que los lunes la llamaba otra y así siempre…

Shema

Esperan nuestras llamadas con una ilusión que no puedo describir en estas líneas: rezamos con ellas, cantamos, a las que no pueden leer por falta de vista se las leen historias y, lo más importante de todo, se les escucha y se les anima para que sigan ilusionándose cada día.

Está siendo un tiempo de crecimiento enorme para todos, voluntarios y mayores. Entre los voluntarios hay de todas las edades: jóvenes, padres, madres y hasta personas mayores que también quieren ayudar. Cada uno ha puesto todo lo que sabe para sacar esto adelante, e incluso unos jóvenes desde el “minuto uno” hicieron un logo con la palabra Shema, que en hebreo significa llamada.

 

Iglesia en salida

Algo que también me ha tocado mucho es que esto se convirtió desde el principio en un proyecto de Iglesia en salida. Los voluntarios vienen de diferentes movimientos y congregaciones. Nosotros no los buscamos, sino que acudieron por el boca a boca. Además del apostolado en común, nos une compartir una misma fe.

Cuánto me gustaría poder compartir los testimonios de unos y otros. Los mayores ya están pensando en cómo organizar el día de nuestro encuentro físico, en el que todos podamos “ponernos caras”, porque nos conocemos mucho en el corazón, en el compartir cada semana tantas cosas que vivimos y anhelamos, pero aún no nos hemos visto físicamente.

Eso sí, habrá gran fiesta, pero sin olvidar a tantas personas que han muerto en el camino de esta “peste del siglo XXI”, un coronavirus que se ha llevado a miles de personas. No podemos olvidar a muchos que hemos conocido y querido, pero también a otros que, sin haberles conocido, han sido los grandes héroes de esta pandemia.

Ojalá antes de esa celebración del poder compartir podamos tener una gran misa para unir nuestros corazones con aquellos que están en el cielo disfrutando del Señor y en los brazos de nuestra Reina. Seguramente ella sí habrá estado acompañando a los que murieron solos.

Para mí este es el Schoenstatt que quería nuestro padre fundador

Shema

Pilar de Beas

Para mí este es el Schoenstatt que quería nuestro padre fundador y por el que entregó toda su vida, por el que se jugó los años de exilio y el campo de concentración de Dachau. Como hijos suyos, tenemos que ir al mundo y, desde luego, cuando estás en el camino correcto, la Mater abre las puertas de par en par.

Siento que nosotros no hemos hecho más que entrar por esa puerta que se abrió y la resultante creadora fueron los 300 voluntarios y casi 50 personas mayores en un mes. Ahora Soledad Menéndez está dando respuesta al Shema de Argentina y Chile.

La verdadera corona no es un elemento material

Shema

Soledad Menéndez

Hemos coronado a la Mater, pero he entendido que la verdadera corona no es un elemento material que se le pone en la cabeza a nuestra querida Madre, sino todo el capital de gracias, el sufrimiento y cada una de las vidas de nuestros mayores que han sido los auténticos héroes y heroínas de esta historia. Cada uno de ellos, sin saberlo, han “coronado” a nuestra Reina con una corona de sufrimiento, dolor, soledad y, en muchos casos, de desesperación. Creo firmemente que esta es la gran corona que a la Santísima Virgen más le ha emocionado como Madre nuestra que es.

Nada sin ti, nada sin nosotros, porque nosotros somos simples instrumentos en sus manos.

Rezamos: Reina de la salud, cuenta con nosotros. Y la Reina cuenta con nosotros.

Contacto con el Grupo Shema: shema@schoenstattianos.org

Video: Pilar de Beas, iniciadora de Shema

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2 Responses

  1. Miguel Ángel Rubio - Madrid dice:

    Enhorabuena por la iniciativa.
    Y no solo por la acción apostólica en sí. No se trata de un apostolado más entre tantos, sino un ejemplo de apostolado de liderazgo. Es decir, ha logrado implicar a muchos otros, con un claro poder de convocatoria. Pero además, se han sumado personas que no pertenecen al Movimiento; esto es poner en práctica la CAU.
    Todo un modelo a seguir.

  2. Claudia Concha dice:

    ¡Los felicito!

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