ITALIA, Gian Francesco Romano •
Domingo 30 de mayo, en la Solemnidad de la Santísima Trinidad, un pequeño grupo de familias jóvenes que estuvo acompañado por el Movimiento de Schoenstatt en Roma, finalmente selló la Alianza de Amor con María. Después de aproximadamente dos años de preparación, entre formación, pandemia, reflexiones y reinicios, seis matrimonios decidieron confiar a María, la Madre, Victoriosa, tres veces Admirable de Schoenstatt, su camino familiar. —
El camino… accidentado
La propuesta de sellar la Alianza de Amor con María nació desde el otoño del 2019. En aquel momento el grupo, después de un período de adaptación, acababa de elegir un nuevo “matrimonio guía” y vio en la propuesta de la Alianza, la oportunidad para relanzarse con un objetivo común y rico de significado, tanto en lo espiritual como en lo comunitario.
El inicio del camino estuvo fuertemente probado por la pandemia: la buena voluntad de mantener la unión entre los matrimonios – nacida entre el mismo grupo de amigos – se manifestaba en las reuniones hechas online pasando por las diversas plataformas (Skype, Zoom, Jitsi…); pero la convivencia espontánea se resentía mucho y también la capacidad de lograr vivir con autenticidad las reuniones.
Al final, después de un año de espera, sin sentirse aún conscientes, ni verdaderamente motivados para hacer la Alianza, las familias se dieron un año más de tiempo para prepararse.
El reinicio
Dirigidos por el P. Facundo Bernabei, responsable nacional del Movimiento, y acompañados en el nuevo año también por la Hna. Asunción, superiora de las Hermanas de María del Santuario “Cor Ecclesiae”, las familias reiniciaron en el otoño del 2020 con el mismo objetivo del año precedente, y con el mismo problema: el coronavirus. Pero esta vez la determinación tomó la delantera.
Desde el inicio, nos esforzamos lo más posible en organizar reuniones – al aire libre y con seguridad – de tal forma que permitieran un cierto intercambio humano, así como profundizar la identidad del grupo y de cada matrimonio y al mismo tiempo entender la promesa implícita en la Alianza de Amor.
Después, especialmente en los últimos encuentros, se decidieron los detalles y cada matrimonio se hizo cargo de una pequeña parte de responsabilidad en la organización del gran día, dando así testimonio de su voluntad de “abandonarse” en esta apuesta y confiar en María, siguiendo el carisma de Schoenstatt.
El día de la fiesta
Con la duda de si el clima sería clemente (después hubo sol todo el tiempo), y con la preocupación de cómo vestirse, objeto de una larga discusión diplomática, finalmente cada matrimonio renovó sus propios votos matrimoniales, rezó la oración familiar propia y compartió la oración del grupo, antes de recibir los símbolos tradicionales de la vela y la medalla y de firmar el libro de la Alianza sobre el altar – como familia : una novedad para todos, incluso para aquellos que, como individuos, habían ya sellado la Alianza de Amor con María.
“La Virgen, vestida del sol de su Hijo nos ha demostrado todos sus cuidados: un día bellísimo, la presencia de Francesco y Graziella – el primer matrimonio guía – la música de fondo de las voces de los niños… Sus oraciones son el espejo de su interior. ¡Les aconsejo custodiar sus oraciones como un tesoro precioso! Vivimos un momento de gracia. ¡Que el Señor haga fecundo su grupo y la Virgen los proteja y les dé el don de la fidelidad a la Alianza!”, expresó el padre Facundo a los matrimonios.
Y dado que el grupo, primero sólo como un juego, después siempre más seriamente, decidió llamarse “Mística con la Mastica”, al final se hizo homenaje a la identidad comunitaria con una merienda-aperitivo-cena en jardín del santuario.
Original: italiano, 11.06.2021. Traducción: María Luisa de Maccaferri, Monterrey, México
