Publicado el 2021-01-18 In Vida en alianza

Una pequeña Semana Santa en Lisboa y en todo el mundo

PORTUGAL/INTERNACIONAL, María Fischer •

“Celebramos una pequeña Semana Santa”, dijo el P. Juan Barbudo en la prédica de la misa de funeral del P. Tiago Frescata, el sábado 9 de enero de 2021, refiriéndose a estos tres días entre el fallecimiento de este Padre de Schoenstatt portugués tan querido, no solo en su país natal, sino también en Chile, donde trabajó los últimos años; en Paraguay, donde estuvo en su noviciado; en Argentina, donde pasó vacaciones como novicio; en Costa Rica y Panamá, donde estuvo para la Jornada Mundial de la Juventud exactamente dos años antes de su muerte. Al fallecer con apenas 48 años unió, durante días, no solo a los padres de su comunidad de España y Portugal y los familiares y amigos que pudieron estar en Lisboa en esos días, sino virtualmente a miles de personas de la familia internacional de Schoenstatt, unidos en el dolor, los recuerdos, la oración y el agradecimiento por su padre Tiago, casi sin importar si lo habían conocido personalmente o a través de los testimonios de sus amigos. Esta “pequeña Semana Santa” tuvo mucha luz de Pascua, que sigue brillando sobre nuestro Schoenstatt. —

 

Los números dicen algo: 36 comentarios en la versión española de los dos artículos publicados en esta “Semana Santa”, 6 en la versión en portugués. La ausencia de comentarios en las versiones alemana e inglesa es tal vez un tema de mentalidad. 1936 visitas a los dos artículos en español, 1572 en portugués, 421 en alemán, 34 en inglés; más de 6000 vistas de los dos videos de las misas de cuerpo presente y de funerales retransmitidas en vivo. Pero esto es solo la cantidad. La calidad de la repercusión de la vida y muerte del P. Tiago Frescata no se mide en números, sino en la vida despertada en los corazones de los que lloraron, recordaron, rezaron y sí, sonrieron en medio del dolor, contagiados por su sonrisa típica, que los celebrantes principales de las dos misas, el P. Diogo Barata y el P. Juan Barbudo, lograron evocar en las historias reales de la vida de “Tiago” que compartieron.

Tiago

Con rostro de niño y preguntas inteligentes

Agradecemos, una vez más, al P. Alberto Eronti por sus recuerdos de la ordenación sacerdotal del P. Tiago, que compartimos de nuevo y publicamos por primera vez en inglés y alemán, y por su saludo personal a la familia de Lisboa que nos permitió compartir. Se conoce a una persona en el testimonio de alguien que le acompañaba de cerca.

“Conocí a Tiago en Paraguay, durante el noviciado, hace unos 25 años”, comparte Ignacio Serrano, columnista de schoenstatt.org y miembro de la Federación de Hombres en Chile. “Lo recuerdo con rostro de niño y preguntas inteligentes. Recuerdo que a cada cosa que hacíamos él le daba una vuelta reflexiva con un tono de humor que yo disfrutaba mucho. Así, por ejemplo, si íbamos a cosechar limones o plátanos, él se preguntaba si acaso no era mejor recoger los que se habían caído al suelo, para que cada fruta pudiese cumplir el fin para el cual Dios la había creado y no se perdiera en el trayecto. Si lavábamos las ollas y sartenes o limpiábamos la cocina, él reflexionaba con cuánta prolijidad había que hacerlo, pues si bien Dios quería que sirviéramos trabajando, también quería que compartiéramos con la comunidad momentos de alegría y esparcimiento.
Ese era Tiago. Ese es el Tiago que ya no está, pues ha partido a la casa paterna. Ya no hay más preguntas ni reflexiones. Pero tampoco son necesarias, pues para él todas han sido contestadas. Tampoco hay más trabajo, ahora puede descansar en paz. Todo esfuerzo ya es innecesario. Tiago puede gozar de Dios y de los hermanos que están en el cielo. Todos estarán gozando de su presencia”.

Vigilia de la Juventud Masculina

Un momento muy especial fue la vigilia de la Juventud Masculina en el santuario de Lisboa, que durante estos días fue el centro vivo de los schoenstattianos presentes física y virtualmente. En vez de muchas palabras, compartimos el video de este momento de despedida, agradecimiento y esperanza.

 

Soñar juntos, construir juntos

El adorno navideño, el pesebre, las coronas con flores blancas rodeando el ataúd, los Padres de Schoenstatt de Portugal y España con el superior provincial, el P. Fernando Baez de Chile, presentes a pesar de la pandemia y de la nevada que justo en esos días cubrió a la Península Ibérica con la mayor cantidad de nieve de los últimos 30 años, el coro, y las fotos y símbolos que recordaron al P. Tiago  y que fueron cada día más: todo eso creó un clima navideño-pascual para los que estábamos, ya sea física o virtualmente, presentes.

Dos de las misas fueron transmitidas en vivo. En la misa de cuerpo presente de la tarde del 8 de enero, el P. Diogo Barata, superior delegado de los Padres de Schoenstatt en España y Portugal, quien conocía al P. Tiago desde la infancia, destacó la actitud del P. Tiago de “soñar juntos” y “construir juntos” – la Juventud Masculina de Portugal, la comunidad de los Padres de Schoenstatt en España y Portugal, el rol de Schoenstatt en la Iglesia y en el mundo actual.

 

El buen pastor

Un niño ante Dios que nunca dejó de sorprenderse, un sacerdote con corazón de pastor que cuidaba de aquellos que le fueren confiados: los jóvenes, con una generosidad y alegría inmensa. Así nos mostró el P. Juan Barbudo al P. Tiago el 9 de enero, en la misa de funeral, destacando además su vínculo con Nuestra Señora, su primer amor, y lo que su familia significaba para él.

Gracias a la excelente transmisión, pudimos incluso acompañar a la procesión hacia el santuario, pudimos ver al P. Tiago visitar una vez más este hogar de María, donde, así creemos, ya está, para siempre, para seguir cuidando a todos los que le estaban confiados y a muchos más.

Como dice Edda Fournau, misionera de la Campaña de la Virgen Peregrina de Daireaux, Argentina, que no lo conoció salvo por los testimonios: “Un abrazo enorme para tu familia, padre Tiago…
Desde allá intercede por nuestros niños y jóvenes para que sean fieles servidores del Reino…”

 

 

Huellas de una persona alegre, discreta, silenciosa

“Mi sentido pésame a la familia de nuestro querido padre Tiago. Ha llevado la cruz de su enfermedad con mucha fe. Su partida me conmueve, y acompaño a nuestros hermanos en la oración y en la Santa Misa. Descansa en paz, P. Tiago. Has celebrado tu última misa en esta, que es tu pascua a la vida eterna”, escribe Mons. Francisco Javier Pistilli Scorzara, obispo de Encarnación, Paraguay.

Una persona alegre y silenciosa, discreta, que dejó huellas. “Tuve la gracia de conocer a Tiago en el noviciado y más tarde lo encontré, siempre tan alegre y entusiasta, con una entrega a la Mater envidiable. Gracias, Tiago, te vamos a extrañar, como dice el P. Alberto”, escribe Monina Crivelli, de Buenos Aires, Argentina.

A Manuel Huapaya, de Perú, le queda el recuerdo de un encuentro de pocas horas: “Cuando recibí la noticia, quedé sorprendido. Conocí muy poco al P. Tiago, tuve la oportunidad de que se alojara en casa una noche que iba rumbo a la JMJ y su vuelo hacía una parada en Perú. Un sacerdote joven, con mucha vida y alegría interior. De seguro el Señor hoy le abre las puertas del cielo para recibirlo”. – “Gracias, padre Tiago, por acompañarnos en Panamá para la JMJ 2019. Estuvo presente en la escuela donde se congregaron todos los schoenstattianos para la Jornada Mundial de la Juventud. Desde el cielo acompañarás a los jóvenes para la JMJ de Portugal”, dice Carmen Franco, de Panamá. “Tuve la oportunidad de conocerlo en la JMJ de Panamá y estaba muy contento de que la próxima sería en su país natal y que colaborara con él para la organización del evento”, agrega Ligia Plata.

Son solo unos pocos de los muchos comentarios, saludos, pésames y recuerdos que se juntaron en estos días. Los invitamos a leerlos todos. Me gustaría terminar con el testimonio dejado por Cristián León, de Chile:

“Tuve la gracia de poder compartir contigo varias veces a lo largo de tu camino sacerdotal, desde tu toma de túnica en Tupãrenda hasta tu tiempo de convalecencia después de esa operación en Chile. Joven, alegre y extremadamente bondadoso y transparente, eres una gran pérdida para este mundo que necesita sacerdotes como tú. Pero Dios te quiso a tu lado antes. Tu vida honra al sacerdocio y aumenta la gloria para Schoenstatt”.

P. Tiago

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