samietz

Publicado el 2021-01-18 In José Kentenich

Webinar de la JM sobre las preguntas sobre José Kentenich

ALEMANIA, P. Hans-Martin Samietz •

Veintidós personas (líderes de grupo de la Juventud Masculina (JM), miembros de la central de la JM y un invitado) escribieron, el sábado pasado por la tarde, poco antes de las dos y media, la serie numérica «870 8299 6990» y la contraseña «Generación» bajo el aviso «Participar en una reunión» en la pantalla del Zoom de sus terminales. El tema de la reunión fue: «Información sobre el estado de la evaluación científica y la clasificación de las publicaciones más recientes sobre posibles trasgresiones por parte de José Kentenich”.

En los días posteriores a la conferencia anual de la Juventud Masculina, yo, el P. Hans-Martin, he trabajado ampliamente en el libro «Vater darf das”(El padre puede hacerlo) (von Teuffenbach 2020), en cinco biografías de Kentenich, publicadas en alemán hasta ahora (1975, 1980, 1999, 2005 y 2019), y en tres artículos publicados en la revista Regnum desde 2019 (Schmiedl (2019/2020) y Schlickmann (2021)). El objetivo de mi aportación fue, en primer lugar, dar una visión general de las categorías de acusaciones contra José Kentenich, de las que se habla en cartas y recuerdos escritos de testigos contemporáneos documentados en el libro «El padre puede hacerlo».

Tratar de clasificar – ganar distancia

Durante unos 90 minutos, desglosé la naturaleza de las acusaciones según la frecuencia con que se mencionaban en el libro:

  1. Monopolización del poder (20 menciones)
  2. Cercanía emocional y corporal problemática
  3. Supresión de la libertad personal (13 menciones cada una)
  4. Irritante estilo personal de José Kentenich para confrontar (12 menciones)
  5. Promoción de su propio culto a la persona (11 menciones) y
  6. Desobediencia/falta de respeto a las autoridades eclesiásticas/comunitarias (9 menciones

Luego di una visión general de los acontecimientos históricos importantes que pueden haber influido en la correspondencia y la anotación de los recuerdos:

  • Visitación diocesana (1949)
  • Fin del mandato de la Hna. Anna Pries (1949)
  • Primera visitación apostólica (1950 – 1953)
  • Segunda visitación apostólica (1964)
  • Apertura del proceso de beatificación (1975)
  • Celebraciones públicas en torno al centenario del nacimiento de José Kentenich (1985).

Finalmente, puse los textos documentados en el libro en un contexto histórico más amplio:

  • Proceso de emancipación de la Obra de Schoenstatt de la Comunidad de los Palotinos
  • La preocupación de los obispos alemanes desde los años 30 por integrar los impulsos de Schoenstatt y de los schoenstattianos en la pastoral ordinaria
  • El desarrollo de las costumbres en la Comunidad de las Hermanas de María y
  • La importancia del encarcelamiento de José Kentenich (1942 – 1945)

por estos desarrollos.

¿Cómo hablar hoy del valor de la vinculación afectiva?

Después nos tomamos mucho tiempo en la reunión para discutir las impresiones, ideas y preocupaciones que surgieron entre los participantes de la reunión con este impulso introductorio.

Nuestras discusiones giraron intensamente en torno a la cuestión de hasta qué punto la vinculación simbólica del anhelo de Schoenstatt sobre “la vinculación a Dios a través de la vinculación a las criaturas” en la persona de José Kentenich (tal vez necesaria desde el punto de vista didáctico), ha dado lugar a un sistema, que ya con el P. José Kentenich, (pero sobre todo después de su muerte a través de los schoenstattianos) ha producido comportamientos intrusivos e incluso violencia espiritual.

Probar unas nuevas gafas

Si en Schoenstatt la validez de los ideales está tan ligada a la persona, como en el caso de José Kentenich, entonces hoy, necesitamos, como complemento para un futuro de la espiritualidad de Schoenstatt, la perspectiva de la prevención de la violencia psicológica y por supuesto también de la violencia sexual. En Schoenstatt todavía nos cuesta mucho que el valor de la «vinculación afectiva» se complemente con el valor de la «prevención de la violencia psicológica y sexual».

«¡Por tanto, miremos de cerca!». Así fue como un participante lo formuló en la discusión cuando surgen corrientes y vinculaciones en nuestros campos de apostolado que gustan y quieren ser percibidos como ideales.

Con esta voluntad de mirar a través de las gafas de la prevención de los abusos a nuestra tan valiosa pedagogía de corrientes y vínculos, debemos ir al futuro de nuestro compromiso con y a través de la espiritualidad de Schoenstatt. Este es un pequeño resultado de nuestra discusión en el webinar de la JM el sábado por la tarde sobre las preguntas que rodean a la persona de José Kentenich.

 

Original: alemán, 17.1.2021. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España


*El término Webinar es un neologismo que combina las palabras “web” y “seminario”. Se refiere a cualquier contenido en versión video cuyo principal objetivo sea educativo y práctico.
Foto: lo escrito en el papel dice: «vinculación afectiva» – «prevención de violencio sexual»

 

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1 Responses

  1. Es muy valioso y positivo conversar para ampliar la mirada, para sumar la visión -siempre subjetiva (de un sujeto)- y lograr una mirada más completa y amplia. El error frecuente es la descalificación, especialmente para la mentalidad orgánica propuesta en la propuesta kentenichiana. Lo es, porque parte del falso supuesto qué, aunque hay un solo hecho, un sólo objeto, todos deben ver lo mismo y basta hacer el sencillo experimento que dos personas se pongan frente a frente y entre ellos pongan uno de sus celulares prendidos y que uno de ellos le pregunte al otro ¿qué ves? …y después de lo obvio y del qué más, empiecen a describir lo que ven. Uno dirá: veo unos íconos y se pondrá a describirlos, mientras el otro extrañado comenzará a describir la contracara del celular. ¿Se están mintiendo? ¿Hay una sola mirada? ¡No! …cada uno tiene su mirada que depende de la posición física que tiene respecto del objeto o del hecho. Ambas son totalmente verdaderas y tienen la OPORTUNIDAD de, creyéndose, respetándose, construir una mirada más grande (de 360º), más profunda y más completa; en palabras de Frankl: mejor, mayor y superior. Y, aún más. No sólo distintas miradas físicas (por el ángulo en que se ve); también distintas miradas morales (por las experiencias familiares que se han tenido), incluso distintas miradas éticas (de acuerdo a las creencias que se tengan). Y todas son respetables, auténticas y verdaderas.

    Unos podrán hablar de relativismo, otros de complementación, otros de integración, otros de sinergia (ver Peter Senge); nosotros hablamos de visión orgánica y lo hacemos en la imagen que todos somos como las partes de un cuerpo, donde cada uno es una parte, una mano, un órgano, cada uno con su tarea y sin por ello ser parte del cuerpo.

    En este caso nos referimos a la polémica que Teufenbach hizo explotar, con recursos inhabituales para ella. Sin calificar las denuncias de las que ella se ha hecho portadora, más bien sin poder comprender sus intenciones, nos hace bien conversar del ABUSO del poder. Esto supone primero mirar sanamente el poder, sin condenarlo a priori. Hablo del poder de la fuerza, de la posición, de la conciencia; estos tres poderes: la fuerza, la posición y la consciencia son la base del ejercicio del poder. El poder es intrínsecamente BUENO y nos trae muchos beneficios que necesitamos. El poder nos protege, el poder nos acoge, el poder nos ordena y tranquiliza, el poder nos hace crecer y vivir sanamente. El poder es bueno, uno de cada cinco naturalmente esta llamado al ejercicio del poder, “a mandar”; los otros 4 están llamados a obedecer, a dejarse conducir. Mientras lo hagamos, de un lado y otro, teniendo en cuenta que cada uno tiene todos los derechos de hijo de Dios, que todos somos iguales en dignidad y distintos en modalidad, todo andará tranquilo y bien. El problema se suscita en los límites, cuando sentimos qué hay cosas injustas, que no merezco y no corresponden. Entonces emerge, con fuerza de la naturaleza, la emoción de la ira (rabia), cuya base es la calificación injusta de algo. Y, “como un rayo”, se desarrolla en nosotros un proceso biológico automático, con adrenalina y otros compuestos del sistema nervioso, que nos ponen en estada de alerta defensiva u ofensiva, reduciendo nuestros frentes normales de atención, desde 8, a 4, a 2 y si, no hay control a 1, para quedar “ciego de ira”. Este “es un proceso irracional” y cuyo dominio es considerado, por muchos, como la excelencia del control de si mismo, que estando en trance de descontrol por la ira, sea capaz de rodearlo para iluminarlo con la razón y recuperar el control. Un último antecedente interesante y moderno: el 80% de las veces, erramos en la interpretación de la intención de los hechos que nos alertaron, y estamos atrapados por la ira, en la trampa de no saber preguntar.

    Hablamos, en particular del abuso de la fuerza, de la posición, de la conciencia en nuestras acciones sexuales, que es el abuso sexual y lo que ha venido a denunciarse y nos reúne para iluminar. Lo primero que es necesario precisar ¿cuál es el abuso? …se entiende que alguien con poder excedió, para su beneficio, sus límites del poder de fuerza, de posición ó de consciencia. Son temas difíciles y delicados, pero no son temas nuevos. Hay muchas experiencia en internados y en muchas situaciones con menores que han fijada, desde fines del siglo antepasado (1890) una serie de normas del abuso de menores y para los que existen procesos investigativos y judiciales para evitar su repetición. Se trata de juzgar las intenciones verdaderas (inconscientes y conscientes), del que manda y del que obedece, a fin de que cada uno se haga cargo de las consecuencias que han producido sus actos (involuntarios y voluntarios) de los que somos responsables y debemos exponer las respuestas.

    Afortunadamente, en las últimas décadas, en el mundo, ha disminuido -significativamente- la tolerancia al abuso de poder de la fuerza, de la posición y de la consciencia. Tengo mucha esperanza de los procesos que, en todas partes se han desatado, no sólo en infanticidios y feticidios, también en colusiones y en privilegios, en colusión de ocultamiento. Pero nada es negro o blanco, todo tiene colores y está entre la presencia de todo color y la ausencia de todo color, y nosotros estamos impetrados a iluminar para ver, para tomar posición ante los hechos y representarla, buscando ampliar la mirada.

    Yo creo que ninguna de las Hermanas aludidas han mentido y creo que todas, al igual que yo, tiene una mirada y una perspectiva personal, o sea subjetiva, del sujeto que sufre con lo qué pasa. Lamento lo que ellas y el padre han sufrido, lamento lo que las demás hermanas y padres han sufrido, lamento lo que Schoenstatt ha sufrido y lo que ello he sufrido; por eso me animo y los animo a CONVERSAR para AMPLIAR LA MIRADA, ACORDAR y REALIZAR desde las posibilidades que cada uno tiene, evitando el “hay que” para privilegiar un “voy a”. Que Dios nos bendiga, la Mater nos cuide y nuestro Padre nos guíe.

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