SANTUARIO ORIGINAL, Javier Lucín •
Haber vivido este 18 de octubre en Schoenstatt tuvo una connotación especial, ya que veníamos de conmemorar, el 4 de octubre, el centenario de la muerte de José Engling y de recorrer sus pasos. Gracias a la Alianza de Amor, José Engling logró tal nivel espiritual que ofreció su vida por la fecundidad del santuario.
Ese día se vive en Schoenstatt un ambiente animado y todos se preparan para recibir a muchos peregrinos de todas partes. Todo comenzó con la Misa por la mañana, dónde se hizo énfasis en la vida de nuestro hermano en alianza, su entrega, su esfuerzo por la autoeducación y la forma en que comprendió la alianza de la mano de nuestro padre fundador.
Un rosario en peregrinación
Por la tarde rezamos un rosario peregrinando por algunos lugares de Schoenstatt, partiendo del santuario de la Federación de Señoras. Al final tuvimos una ceremonia en la iglesia de Peregrinos que culminó en el Santuario Original, donde se quemaron las papeletas que tenían escritas las aportaciones al Capital de Gracias, y renovamos nuestra Alianza de Amor.
El santuario como corazón de la Iglesia
104 años de Alianza de Amor parecen muchos, quizás una persona no viva lo suficiente como para ver detenidamente cómo cambia todo.
Sin embargo, ante los ojos de Dios, es solo un pequeño paso del camino el que debe recorrer nuestro santuario para ser el corazón de la Iglesia que el fundador preveía.
Durante una de las charlas acerca de José Engling, se nos decía que ahora tenemos otra guerra, porque la que él vivió era muy evidente, externa, y en nuestro caso es mas interior. No es tan sencillo mirar el horror a nuestro alrededor, para eso hay que acercarse a Dios, a nuestras vivencias, encontrarnos con el prójimo y buscar nuestra fuente de santificación.
La Mater proveerá perfectamente
Celebrar en el Santuario Original fue un momento de gran alegría para quienes estuvimos en Schoenstatt, cada uno traía ofrecimientos y seguramente partió renovado. De mi parte, que participé como voluntario, siempre me queda la impresión que la Mater nos hace un camino, que realmente quiere que estemos bien en la parte espiritual y en la parte personal. El intercambio es muy notorio cuando colaboramos con nuestro tiempo y talento para que su obra crezca. Ella es muy generosa regalándonos sus gracias.