Columna P. Enrique Grez López

Publicado el 2021-09-24 In Columna - P. Enrique Grez López, Temas - Opiniones

Loxandra. Madre y Reina

P. Enrique Grez López •

La tapa del libro de Maria Iordanidu muestra una granada madura, roja y rebosante de jugo. Es un signo de lo que nos encontraremos en las doscientas páginas que siguen: la vida de una mujer que se despliega ante nosotros con una vitalidad incontenible. Loxandra es una madre que arropa en torno a sí a los hijos propios y ajenos, pero también a los parientes, vecinos y hasta a los gatos del barrio. —

Loxandra

Cubierta libro: Recogida de www.acantilado.es © 2021 Editorial Acantilado

Es una cocinera golosa, pero también una modista astuta, capaz de crear un vestido nuevo con los retazos olvidados de su costurero. Es una ortodoxa griega de Estambul, la ciudad acariciada por el sol y el mar, que para ella siempre será Constantinopla.

Cada tanto hace sus peregrinaciones a la Virgen de Baluklí. Va, recoge el agua santa que cura todos los males y le cuenta sus penas, que en realidad son las de su familia.

Loxandra es una madre, pero en sentido coloquial podríamos decir que es una reina: una mujer encantada y encantadora que preside la vida de su familia con su buen humor, talante y sentido común.

Loxandra tiene visiones, imaginaciones geniales digamos.

Desde que Klío (su hija) se había quedado preñada, el bebé era una realidad para Loxandra. Y era una niña. La veía sentadita en el vientre de su madre, como en un trono. Con sus bucles pequeñitos, con sus manos chiquititas, esperando el momento de nacer para gritar: «¡Cucú, abuelita!».

Otras veces se la imaginaba en su propio vientre, y entonces sentía náuseas, le daban mareos y tenía antojos”.

Imagen de la Virgen de Baluklí.

Imagen de la Virgen de Baluklí. Recogida de wikipedia.org Autor: Χρήστης Templar52

La autora nos saca una sonrisa cuando nos describe el panorama desde los ojos, la nariz y el paladar de Loxandra. Así, este mundo imaginado se nos vuelve muy tangible. Esta matriarca legendaria imagina al bebé en el vientre de su hija como al Niño Dios sentado en las faldas de la Virgen María. De ahí su dignidad, su belleza y su capacidad de portar buenas noticias. Es una visión estupenda. Por otro lado, ella es tan capaz de ponerse en el pellejo de su hija que incluso ya mayor, le vienen los síntomas del embarazo. Aunque lo de antojada no cuenta porque esa característica es permanente.

Maria Iordanidu (1897-1989) es capaz de sacarnos no una sino una serie de sonrisas mientras leemos. No es poco en estos días. Se trata de un humor sencillo, que no hace daño y que nos lleva a la reflexión de algunas preguntas esenciales: la vida, la familia, nuestras necesidades. El texto me recuerda a mis abuelas. Esto que Iordanidu nos cuenta no es ficción, probablemente se trata de una maravillosa elaboración de la historia de su familia. En América este género lo ubicaríamos cerca del realismo mágico, pero en las puertas de aquello que mal nos hemos acostumbrado a llamar oriente se trata simplemente de una lección de humanidad y fe encarnada. Encarnada sí, en materia que se come y unge, como los dolmás y el agua santa de Baluklí que Loxandra consumía con igual placer.


Ficha Técnica
AUTOR: María Iordanidu (2018)
TÍTULO: Loxandra
EDITORIAL: Acantilado
COLECCIÓN: Narrativa del Acantilado, 301
TRADUCTOR: Selma Ancira
PAPEL: Sí
EBOOK: Sí

 

 


Con esta primera columna el P. Enrique Grez López inicia un ciclo de aportes a schoenstatt.org. El objetivo es presentar textos de crítica cultural en un amplio registro de plataformas y, eventualmente, movilizar al lector a tomar un libro, ir al cine o encender la radio. Si esta experiencia de acercamiento a la belleza, o a un cierto sentir común, provocara el inicio de una conversación sobre la dimensión material de nuestra fe, la satisfacción del autor estaría colmada.

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