SÍNODO SOBRE SINODALIDAD, Maria Fischer •
En esta asamblea, el aula sinodal tiene una disposición diferente a la que solía tener en los otros sínodos anteriores. Se ha abandonado el formato de anfiteatro utilizado en las asambleas anteriores y se ha adoptado el uso de mesas redondas, en las que 12 personas en cada mesa se sientan una al lado de la otra, cara a cara, ojo con ojo, y están compuestas por obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos. —
Están reunidos por las lenguas comunes en las que pueden comunicarse, para poder dialogar y discernir juntos. El relieve de Cristo Resucitado de Nervi y el icono de la Salus Populi Romani han servido para decorar la ‘nueva’ Aula del Sínodo, donde tienen lugar los Grupos de Trabajo y las Congregaciones Generales.
En la ceremonia de apertura de la asamblea sinodal en el Aula Pablo VI, el 4 de octubre de 2023, el Papa Francisco dio la bienvenida a los más de 400 participantes, expertos y facilitadores y les recordó que el sínodo es una expresión de la Iglesia. Según el Santo Padre, caminar juntos es la naturaleza y la misión de la Iglesia. Por lo tanto, un sínodo es una oportunidad para que la Iglesia muestre al mundo su relación con el Espíritu Santo, una oportunidad para convertirse en una Iglesia que escucha, una Iglesia de la cercanía y compasión. Es también un momento para que, como pueblo de Dios, sin dejar a nadie atrás, dejemos que nuestros problemas salgan a la luz en el diálogo, sin miedo, sin tratar de escondernos o de justificarnos.
Parece que le gusta…
En torno a la mesa… la visión del P. Kentenich de la Iglesia hecha realidad
Ver estas fotos de las mesas redondas pobladas de todo tipo de representantes del Santo pueblo de Dios y no entusiasmarse es imposible para todos aquellos que arden por la Iglesia visionada y anhelada por el II Concilio Vaticano; e igualmente imposible para cada schoenstattiano ardiendo por la imagen de la Iglesia diseñada por el P. Kentenich en las Conferencias de Roma en 1965 (aunque parece que los últimos somos una especie en peligro de extinción dada la respuesta cero a la invitación de redactar una serie de columnas sobre la Iglesia sinodal y la imagen del P. Kentenich de la iglesia posconciliar).
Un rasgo de esta Iglesia posconciliar, como la nuestra y con la cual se compromete el P. Kentenich, es la de “todos sentados en torno a la mesa compartiendo sus experiencias y vivencias personales para inspirarse y motivarse mutuamente para su compromiso evangelizador en el mundo real”. No es una cita literal, sino resumen, fruto de una intensa investigación científica, no de las conferencias de Roma sino del modelo comunicativo que, según el Profesor Westerbarkey, de la Universidad de Münster, anticipó aquel modelo comunicativo que expresa y realiza la Iglesia postconciliar.
La expresión “sentarnos en torno a la mesa” sí es una expresión literal del P. Kentenich, del año 1938. En ese año asumió la redacción de una revista para las Hermanas de María en el exterior. Ellas se habían quejado por lo publicado en aquella revista, con aportes escritos desde la lejana Alemania, de manera teórica, sobre cómo vivían y debían vivir ellas, sin sentir, como dice el P. Kentenich en aquel discurso, el calor, el sudor, la dificultad de idioma… Él tampoco lo conoció. Pero les pidió relatar sin filtro. Y después redactó, de estas historias reales, las ediciones de la revista. ¿Suena a revista MTA? Cierto.
El sínodo en torno a la mesa
Ahora vemos a los 400 participantes del Sínodo sobre la sinodalidad de la iglesia en torno a mesas. En cada mesa, 12 personas, con y sin gorros rojos o morados (= solideo, piólelo, gorro con cresta) se sientan y se escuchan mutuamente. Mujeres, hombres, sacerdotes, laicos, obispos, cardenales, religiosos, religiosas y el Papa en medio. No hablan primero de los divorciados vueltos a casar, de los abusos o de la ordenación de mujeres – temas ardientes, sin lugar a dudas – sino de la grieta más grande en la iglesia: la que hay entre escuchar y hablar. Cierto, aún faltan miembros del pueblo de Dios con sus únicas experiencias e historias reales: amas de casa, médicos, mendigos, paramédicos, bomberos, ancianos, víctimas de abuso, políticos… Pero es un inicio.
Una historia “sinodal” real
Cuando aún esperamos encontrar autores para las columnas sobre los demás rasgos de la Iglesia posconciliar en el marco del Sínodo, pedimos una columna testimonial.
Mi “mesa redonda” estaba en un Hogar de Ancianos, y estábamos cuatro mujeres, todas vinculadas a una persona gravemente discapacitada desde que sufrió una grave hemorragia cerebral hace cuatro años. Como hace unos días era su cumpleaños, la joven peluquera, que la peina una vez al mes y a la que conoció como educadora en la casa de niños donde vivió durante años, le había preparado una tarta. Así estábamos y hablamos. En verdad, nadie de nosotros tuvo tiempo. Pero nos quedamos. Esta joven, con toda la naturalidad, entre tarta y café, contó de sus tres ahijados, como cuida de ellos, y que había creado una libreta de ahorros para cada niño, con sus propinas; que también cuida de su tía abuela con demencia, y que nunca va a dejar de visitar y peinar a su ex educadora… Luché contra las lágrimas. Fue un momento de quitarse los zapatos, de descalzarse porque estábamos ante “tierra sagrada” … Dios estaba presente.
Como está presente en el murmullo que llena el aula sinodal durante estas semanas. Y también cuando nos sentamos a la mesa, contamos y escuchamos.
