Publicado el 2019-07-29 In Proyectos

Proyecto Triciclo: avanzando en el cuidado de nuestra casa común

URUGUAY, www.providencia.org.uy•

En 2018 inició el “Proyecto Triciclo” en el Centro Educativo Providencia, liderado por Lucía Ferrés, educadora y que es además tallerista de teatro en el Club de Niños y el Liceo. “El objetivo de este proyecto ha sido principalmente fortalecer la conciencia ambiental de la comunidad y buscar acercarnos a formas de vida más sustentable”, afirma Lucía. El nombre “triciclo” tuvo varias connotaciones, “por un lado, hacer referencia a las tres «R»: Reducir, Reutilizar, Reciclar; por otro lado, tomar la idea de ciclo, que nuestra acción repercute en otros, y también lo que hagamos nos afecta y/o nos ayuda a nosotros mismos, a tener una mirada global. Y, finalmente, tomar la imagen del triciclo como algo que avanza, que se mueve, que camina”. —

Desde 2008 hay iniciativas concretas que surgen de educadores, como talleres de concientización ambiental en el Club de Niños y en el Centro Juvenil. En 2012, comenzamos a clasificar los residuos para reciclar el papel junto a Repapel. En 2016, volvió a iniciar el taller de huerta con mucha fuerza y nuevos proyectos. En 2017, hubo un concurso de recolección de tapitas, que se donaron a Tapitas Oportunidades. Luego de este proceso, en 2018, se formalizó la intención de ser una institución con un eje en gestión ambiental a través de la consolidación del Proyecto Triciclo, “Queríamos darle más fuerza a esto, entonces elegimos que hubiera una persona en el equipo que pudiera dedicarle horas a pensar el proyecto ambiental en Providencia y que articulara iniciativas en los distintos programas para fortalecer la mirada ambiental”, afirma Lucía Ferrés.

Un cambio en la forma de gestionar los residuos

Año a año, el Proyecto Triciclo se pone un objetivo práctico y concreto en el cual trabajar. “Como el tema ambiental es muy grande, nos propusimos dar nuevos pasos paulatinamente. el año pasado decidimos empezar por mejorar la gestión de los residuos”, cuenta Lucía. Se incorporó un cambio en la forma de gestionar los residuos, “para empezar a clasificarlos, compostar todo lo orgánico, reciclar todo lo posible, y que la basura que generamos sea la menos posible”. Todo lo orgánico va hacia la huerta que cuidan los estudiantes en el taller de huerta. “Ahí va todo lo crudo, cáscaras, yerba, todos los desechos orgánicos de la cocina de Providencia y ahora también de las casas de educadores y chiquilines”. Después hay un segundo grupo, con todo lo reciclable, donde se agrupan los residuos secos y limpios que se puedan reciclar (plástico, cartón, metal); de estos se separa un tercer grupo con el papel para entregar a Repapel. Por último, el cuarto grupo es la basura, que cada vez es menos. “Antes no teníamos una gestión formal de nuestra basura y ahora empezamos a trabajar con una cooperativa de vecinos del barrio a quienes les damos todo lo reciclable y la basura. Lo reciclable lo reclasifican y lo venden y la basura se lleva a la usina”. Si bien antes en el Club de Niños ya se separaba el papel y en la cocina se separaba lo orgánico, con el Proyecto Triciclo logramos que en todos los espacios de Providencia se clasifiquen los residuos.

Agua y energía

Este año, como el tema de la gestión de residuos está comprendido y se está realizando de forma sostenible, decidimos dar un paso en la gestión del agua. A su vez, hay una intención de, durante el segundo semestre, enfocarnos en las energías renovables, “empezar a preguntarnos ¿cómo podemos gestionar mejor la energía?, ¿cómo podemos ser más eficientes?, ¿cómo podemos buscar maneras de usar alguna energía renovable?”, agrega Lucía.

El Proyecto Triciclo tiene para nosotros un gran sentido educativo y reflexivo, “de generar instancias, talleres, espacios con los chiquilines, reflexionar sobre este tema, pensar acciones, visualizar qué problemáticas tenemos alrededor, qué podemos hacer, qué estamos haciendo que no favorece el entorno, que no nos favorece a nosotros, que no favorece al barrio”, explica Lucía. Estos espacios son articulados por los distintos educadores de Providencia y se integraron a la propuesta global de centro “no como algo que cae aislado, sino que se incorpora a la vida de la institución, en un proyecto de aula a través de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), en los talleres, etc.…”. En el Club de Niños se da en los proyectos ABP y en el espacio de “valores”. Por ejemplo, la temática del proyecto de ABP con los niños de tercero y cuarto del Club de Niños está enfocada en la gestión del agua, “y a partir del proyecto surgieron muchas ideas de los chiquilines respecto a qué poder hacer para optimizar el uso del agua, desde armar un sistema para  empezar a juntar el agua de lluvia para usarla para ciertas cosas, o poder organizar una limpieza comunitaria con los vecinos y las familias”. Ahora se presentó una iniciativa a los Fondos de Iniciativas de Niños y Niñas (FINNA) organizados por INAU para poder organizar una jornada para continuar la limpieza de la Playa Capurro.

En el Liceo hay un espacio de sensibilización a principio de año en el tránsito educativo (en febrero antes del inicio de las asignaturas formales), también se trabaja en las “horas provi”, que es una materia semanal que tienen todos los grupos en el liceo en la cual trabajan aspectos grupales, temas de convivencia y, sobre todo, de participación. A su vez, este año hubo un concurso fotográfico con los alumnos de segundo y tercero de liceo, y un recorrido por el barrio con los de primero donde “hicimos un diagnóstico de la situación ambiental del barrio y de ahí surgió la idea de hacer un mural en agosto. Son como mojones para que todos tengan alguna actividad donde se trabaja la temática”. Asimismo, en el liceo se incorporó un taller opcional “Triciclo” durante la tarde, “hay un grupo de 20 chiquilines que son los responsables de sostener todos los procesos de reciclaje en el Liceo, y pensar acciones nuevas para seguir creciendo en la temática, semana a semana van surgiendo miles de iniciativas”. Más allá de los grupos y actividades concretas, el tema está presente en la vida diaria de la institución, “porque todo el equipo está muy metido en esto; en el comedor estamos atentos a esto, en el patio también, en el aula…”.

Mamá, papá, tenemos que empezar a separar la basura

Por otro lado, un objetivo fundamental del Proyecto Triciclo es poder trasladar la reflexión y las prácticas a la comunidad, “poder fomentar en la comunidad, empezar por sus familias y trasladarlos a los vecinos en general”, explica Lucía. Eso se está dando en lo cotidiano de manera espontánea, ya que los chiquilines trasladan sus inquietudes, reflexiones e iniciativas a sus familias. “A las familias les están llegando acciones que los chiquilines empiezan a incorporar en sus casas, propuestas de «mamá, papá, tenemos que empezar a separar la basura», algunos se han llevado tachitos para traer lo compostable a Providencia, y eso es algo muy valioso”.  A su vez, a los chiquilines del taller triciclo les motiva mucho hacer acciones que generen un impacto en la comunidad. En lo que va del año hemos realizado varias acciones: los chiquilines fueron a limpiar la Playa Capurro y las cuadras del barrio en el mes del medio ambiente; también realizan acciones de concientización para fomentar el reciclaje. “El paso que estamos dando es ir de la gestión de los residuos solamente acá en Provi a la gestión de los residuos en el barrio”. Para concretar esta idea, los estudiantes presentaron una iniciativa al Fondo de Iniciativas de Niños y Niñas (FINNA) de INAU para poder tener contenedores en Providencia y que funcione como un centro de reciclaje barrial.

El Centro Educativo Providencia “es un centro que tiene un interés fuerte por el medio ambiente, y hemos hecho un gran proceso de concientización”. Todos los años damos un paso más para mejorar nuestra convivencia y avanzamos en una gestión medio ambiental responsable. El cuidado del medio ambiente es un esfuerzo en el que estamos todos comprometidos: estudiantes, familias, y todos los educadores de Providencia. Como afirma el Papa Francisco en la encíclica “Laudato Si”: “Nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos”; el Centro Educativo Providencia, se compromete en la construcción de un vínculo amigable y responsable con el mundo en el que habitamos.

 


El Centro Educativo Providencia está ubicado en el Cerro Oeste (Montevideo, Uruguay). Surge en 1994 a raíz del trabajo conjunto de familias del barrio y miembros laicos del Movimiento Apostólico de Schoenstatt. Al percibir la necesidad de un espacio educativo para los niños y adolescentes, voluntarios y vecinos comenzaron a desarrollar actividades educativas. El Centro Educativo ha ido creciendo y promoviendo la participación de más niños y jóvenes constituyéndose en un espacio socio-educativo de referencia en la comunidad.
Actualmente trabajamos con 400 niños, jóvenes y sus familias. A través del trabajo conjunto de técnicos especializados, educadores y voluntarios, se busca impactar en la vida de los niños y adolescentes para que sus oportunidades educativas y laborales se vean aumentadas día a día. En definitiva, se busca que los niños y jóvenes encuentren un espacio donde desarrollen sus potencialidades en libertad y encuentren un espacio donde plasmar sus sueños e iniciativas.

Pagina institucional de Providencia

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