Encuentros en el Camino

ESPAÑA, Luis Ortiz/mf •

Luis es un venezolano que tuvo que huir, pero en el refugió donde se quedaba se encontró con una imagen de la Virgen Peregrina y se transformó en su misionero al llevarla a las personas en la calle, a refugiados… El 11 de julio se cumplió su sueño de llegar a España y hacer el Camino de Santiago de Compostela. Nos cuenta de sus encuentros con otros peregrinos…  y con la Virgen que recorre las calles de España bajo la consigna: “Madre, ven”. Apenas ahora que se comunicó con schoenstatt.org supo que detrás de esa consigna está otro corazón misionero schoenstattiano. —

Este es el relato de Luis:

Por la Virgen

¡Por la Virgen! Así exclamaba un grito en mi corazón cuando ya el cuerpo no sentía fuerzas para caminar. Después de recorrer 500 km hasta Santiago de Compostela puedo recoger muchas gracias derramadas por Dios por María.
El Camino de Santiago se parece mucho al camino de la vida. Nosotros somos caminantes, peregrinos en el tiempo, y para recorrer bien el camino necesitamos darle sentido a nuestra vida.
Cada día íbamos siguiendo las flechas amarillas que nos mostraban la ruta para llegar a la meta y dar el abrazo al apóstol, que es lo más parecido al abrazo que Dios nos regalará cuando nos encontremos con Él en el cielo.

Encuentros con peregrinos de muchos lugares del mundo

Una gracia hermosa del camino es que se producen encuentros con peregrinos de tantos lugares del mundo, todos con diferentes historias y motivos para caminar, con los que entablaba una conversación, aunque no los conociera, y a los que lo me permitían les hablaba de la Virgen. Luego entendí que la Virgen acercó a ella a sus hijos solo para que supieran que siempre está ahí presente para ellos. Algunos se quedarán por siempre en mi corazón, como Begoña, mujer de caridad infinita; Leo, mujer que lleva en su corazón dolores gigantes y que los pone en manos de Dios durante el camino; Luis y Nohemí, con una gran fe y un amor a la Virgen y a la Providencia increíbles, los veía en el camino y era como ver a María y a José. Oremos por ellos. Encontré al señor Dionicio, quien regala flores mientras sigue vigilante a su rebaño de ovejas. Cuando miró a la Virgen Peregrina sus ojos se llenaron de brillo, besó la imagen y pidió por su nieto David. La Virgen se ha coronado como reina del Camino de Santiago, reina de todos los caminos de nuestras vidas. Siento mi corazón lleno de gozo de alegría en el Padre, que me permitió llevar a su Madre a caminar. Ser los pies de María que visita a Santiago es simplemente un regalo de Dios, del que me siento indigno pero obediente y con amor acepto.

Se cruzaron los caminos

Doy un “sí” a Dios y a María porque en el camino también ocurre un encuentro con uno mismo y con Dios. Son muchas horas caminando, en las que tienes tiempo para pensar en ti, en tu vida y dar sentido y plenitud a tu vivir diario. Gracias a Dios pude sentir su presencia en mi caminar. Al llegar a la catedral de Compostela caía un diluvio, pero salió el sol y llegó una imagen de la Virgen que traían en andas. Fue un momento emocionante, porque lo sentí como la bienvenida a casa. Luego, tras una larga espera, la vista nos lleva al altar mayor, que rodeamos por un lado para dar el abrazo al apóstol Santiago. Fue allí cuando comprendí que valió la vida y el esfuerzo llegar a Santiago y salió de mi alma un grito ¡por la Virgen! El camino no nos deja igual que antes.

Cómo ella teje los caminos de sus pequeños

“¡No lo sabía!”, me comenta Luis, al relatarle del promotor de “Madre, ven” y enviarle el artículo reciente sobre la llegada a Santiago. “Me siento conmovido y sin palabras, ahora me doy cuenta de que es la misma imagen de la que escuché en el camino (por el vi­deo). ¡Dios ha sido grande con nosotros!”.

“¡Es increíble cómo ella teje los caminos de sus pequeños!”, comenta Ambrosio Arizu al enterarse de lo que vivió este misionero venezolano. Es en la calle que se hace Iglesia, que se hace Schoenstatt en salida.