MÉXICO, Patricia de la Garza de Silveyra •
Este sábado 10 de septiembre de 2016, en unas 110 ciudades mexicanas, más de un 1.250.000 personas aplicamos nuestro derecho ciudadano de expresarnos públicamente, para hacer oír nuestra voz en apoyo a la familia en su forma natural, al matrimonio entre hombre y mujer y al derecho a educar a nuestros hijos conforme a nuestros principios y valores.
En Monterrey, en paz total, íbamos vestidos de blanco y con globos rosas para las mujeres y azules para los hombres, sin disturbios ni afectando a otros. Caminamos hombro a hombro con personas de diferente religión, nivel educativo, socioeconómico y laboral, siempre pensando en conservar la infancia y niñez puras, sin incentivos e ideas fuera de la edad, y libre de ideologías impuestas.
Acudimos a este llamado personas de todas las edades, que nos reunimos en escuelas, barrios, parroquias, parques de varios municipios adyacentes a Monterrey, para salir hacia el centro de la ciudad. Fuimos muchos los que quisimos participar.
Los medios de comunicación dijeron que éramos más de 10.000 personas, siendo que la Explanada de Los Héroes -lugar donde nos reunimos-, tiene capacidad para 50.000, y el lugar estaba a tope. Sin importar el número real, me queda el orgullo de saber que estuve ahí, viviendo de cerca esta proclamación pacífica. Me sentí como en el Ángelus con el Papa los domingos en el Vaticano…
Todas las porras, exhortaciones y los cantos fueron proactivos, con el mensaje de que permaneciera la familia como la célula básica de la sociedad. Se presentaron testimonios de familias pequeñas de 3 y 4 personas; otra familia de una mamá viuda con sus tres hijos; una familia numerosa donde sus 10 miembros son músicos y nos alegraron tocando mazurcas y marchas… Todos dando el Sí a la vida y a la unión familiar. Fue una tarde de real convivencia, sin conocernos entre nosotros previamente, aun viviendo en esta misma ciudad.
En ningún momento se mencionó algo en contra de diferentes maneras de pensar en cuanto a otras formas de unión entre personas, ni se tocaron temas políticos.
La gran manifestación nacional será en la Ciudad de México el 24 de septiembre. Allí se proclamarán estas mismas razones, y todos caminarán hacia la rotonda del Ángel de la Independencia, lugar símbolo nacional de festejo y convocatoria para quienes marchan por un ideal.
Sabemos que esta defensa apenas inicia, pero hemos aprendido a unirnos en pos de un llamado hacia la protección de la familia. Oramos para que en todo el mundo reine la unión familiar, pues sabemos que es una situación, un reto global. Seguiremos inconmovibles, unidos como Iglesia en salida, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret.
