Publicado el 2016-09-16 In Vida en alianza

Un carisma al servicio de la Iglesia, que se abre en muchas direcciones

ENTREVISTA al P. Marcelo Cervi, futuro rector del Santuario y Centro Internacional de Schoenstatt en Roma Belmonte

¿Qué representa Roma Belmonte?

El Santuario y el Centro Internacional de Schoenstatt Roma Belmonte fueron un regalo de toda la Familia Internacional de Schoenstatt a su Fundador, el Padre José Kentenich, con ocasión de la celebración de sus 80 años, en Roma en 1965. El Padre Kentenich vio en este lugar un símbolo concreto de la plena inserción de la Obra Internacional de Schoenstatt en la Iglesia, pues a Schoenstatt le faltaba, como movimiento católico, una visibilidad concreta en la ciudad de Roma, sede de la Iglesia Católica. Simbólicamente, el Santuario y el Centro Internacional de Roma Belmonte, recuerda la imagen del “delta” de un río. Tal como un río extenso y caudaloso recorre un largo camino hasta llegar al mar, Schoenstatt ha hecho un largo camino por diferentes culturas y pueblos: más aun, en sus diferentes comunidades alberga a todos los estados de vida cristianos y, por una comprensión siempre más profunda del papel de María y del Santuario en la formación del hombre nuevo, se presenta ahora a la sociedad humana y a la comunión con la Iglesia, con una apertura en forma de delta. Roma Belmonte quiere ser un lugar donde se pueda conocer, profundizar o experimentar toda la fecundidad de un carisma que se abre en muchas direcciones, al servicio de la Iglesia y en profunda comunión con Ella.

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¿Para quién es Roma Belmonte?

¡Es para todos! Ante todo, como un lugar para vivir la madurez de la idea original de nuestro Padre y Fundador: la “Confederación Apostólica Universal”, es el lugar privilegiado para la convivencia y el trabajo en común de las diferentes comunidades de Schoenstatt. Es el lugar de la verificación de nuestro “ser familia internacional”, también en el estudio y en la comprensión de todo el mensaje de Belmonte. Después, Belmonte, como púlpito del Padre Kentenich en Roma, aspira a ser un lugar de encuentro con su persona y su carisma, con su ser, sus ideas, su mensaje y su comprensión de la Iglesia, proféticamente anunciada cuando pronunció sus conferencias en Belmonte al final de Concilio Vaticano II, y ahora muy visibles en el actual pontificado.

Hay doscientos santuarios de Schoenstatt. ¿Por qué un Santuario en Belmonte?

Cada uno de los Santuarios de Schoenstatt tiene una misión precisa. Nacieron, en general, de una corriente de vida y anhelan ser una respuesta a determinadas situaciones de todos los hombres de todos los tiempos. El Santuario de Roma Belmonte ha nacido de la corriente de vida de experimentar la “familia internacional” en comunión plena con la Iglesia y como lugar para vivir un carisma comprobado al servicio de Ella. Además, este Santuario, junto con el Centro Internacional, anhela ser un “hogar” para todos los schoenstattianos que pasen por Roma. Ésta debe ser su “casa romana”, su punto de apoyo y su lugar de descanso “en familia”, con el hogar (Santuario), la Madre (nuestra Madre y Reina) y el Padre (el Padre Kentenich, nuestro Fundador). Aquí, cada uno debe sentirse en casa.

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El Padre Kentenich menciona muy a menudo a una Iglesia renovada, a una Iglesia nueva. En este sentido, ¿tiene este Santuario una misión especial y, si es así, cómo piensa concretarla en su nueva tarea?

En Roma Belmonte, nuestro Padre y Fundador habló concretamente de una visión de la Iglesia. Ya pasaron cincuenta años de ese mensaje y podemos ver como esta vigente. Él habló de la “Iglesia de las nuevas playas”, una Iglesia de estilo familiar, que sea “roca peregrina”: inamovible en sus principios y en su misión y, al mismo tiempo, acompañando al hombre de hoy, participando en su vida, siendo también alma de la cultura y del mundo. Este Centro Internacional debe dar a conocer este mensaje y colaborar efectivamente con la renovación de la Iglesia, a partir del carisma regalado por Dios al Padre Kentenich y, por él, a toda su familia espiritual. El Rector es, en cierto modo, un garante de que Belmonte cumpla su misión.

El P Kentenich habla del «sentir con la iglesia«. ¿Se siente, se vive, se celebrará en Belmonte con la Iglesia? ¿Cómo? ¿Cómo se expresa en Belmonte el amor a la iglesia?

En este santuario son visibles el amor a la Iglesia y la adhesión al Santo Padre, por ejemplo,  en la celebración cotidiana de la Eucaristía, ofreciéndola por las intenciones de la Iglesia, la recordación de los grandes eventos como sínodos, canonizaciones, mensajes del Santo Padre a toda la Iglesia Universal… El Centro Internacional también debe, con el tiempo, ser un lugar donde se encuentren los múltiples movimientos de la Iglesia para reflexionar y orar por su misión común y su ser “don” del Espíritu Santo para el tiempo actual.

Hablamos del Centro Internacional de Schoenstatt en Roma. ¿En qué se reconoce, para usted, lo internacional en él?

La internacionalidad es una marca característica de toda la Familia de Schoenstatt. El Centro Internacional debe ser el lugar de encuentro con este rasgo, no solo en las personas que lo han de frecuentar sino también en su presentación: informaciones disponibles en varios idiomas, material de formación e información propio de Schoenstatt (libros, impresos varios y santería) proveniente de distintos países, posibilidad de consulta sobre el pensamiento del Padre Kentenich en diversos idiomas, en una biblioteca “internacional”, etc. Algo muy característico de la presentación internacional de este Centro es la idea original de darle a cada habitación de la Domus Pater Kentenich, el nombre de un país donde haya Santuario, y que ese país se encargue de poner en ella un crucifijo y una imagen de la Mater que sean típicos de su cultura, como una clara manifestación del arraigo de Schoenstatt en esa cultura.

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Belmonte: cuatro nacionalidades en una foto – Uruguay, Brasil, Argentina, Italia. También presentes, aunque no en la foto: Cuba, Alemania, Ecuador

¿Cual es su preocupación más grande ante su nueva tarea?

Naturalmente, mi preocupación más grande es ayudar a que Belmonte cumpla su misión, es decir, que se plasme fielmente allí lo que ha querido nuestro Padre y Fundador; que realmente sea lo que hoy, nosotros, sus hijos, necesitamos para estar con él en Roma. Mi sueño también es que Belmonte se torne un punto de apoyo para todos, pero sobre todo para los schoenstattianos que pasen por Roma, que allí se sientan en su casa y puedan profundizar el carisma que comparten.

Usted asumirá el 22 de enero de 2017. ¿Qué sueño tiene para el 22 de enero de 2018 en Roma Belmonte?

Un único sueño: que pueda responder a muchas de las necesidades y expectativas de la Familia Internacional de Schoenstatt, pero, sobre todo, que pueda ver el Centro Internacional en pleno funcionamiento.

img_0106La entrevista fue realizada por María Fischer, schoenstatt.org

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1 Responses

  1. Kiki Tagle dice:

    ¡Qué profeta nuestro Padre que pensó hace años que teníamos que estar en Roma!

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