Publicado el 2015-10-15 In schoenstattianos

Un angelito en el cielo

PARAGUAY, Sara Ramírez •

Mi nombre es Sara, tengo 26 años y una familia hermosa con mi marido Víctor y nuestro hijo Thiago. Cuando esperábamos a la segunda hija, Luana, a los tres meses de gestación los médicos notaron que algo andaba mal. Nos hicimos muchos estudios y visitamos varios médicos porque nadie sabía qué pasaba ya que el líquido amniótico disminuía y no tenía pérdidas. A los cuatro meses de gestación se detectó que la niña tenía un solo riñón y que era multiquístico. En ese momento nos dieron la noticia de que Luana solo llegaría hasta ese mes, ya que no tenía el líquido suficiente para vivir en el útero. Nuestro mundo, como familia, se vino abajo.

La bendición para embarazadas

Un familiar nos comentó que en el Santuario de Schoenstatt de Asunción todos los día 25 se celebraba una Santa Misa para embarazadas. Desde ese día deposité el 100% de mi fe y esperanza en la Mater; cada 25 íbamos al santuario con mi familia, recibíamos la bendición del sacerdote con tanta fe…Y así pasó el tiempo y mi embarazo ya llegaba a los nueve meses, era el milagro de nuestras vidas: los médicos no podían explicarse como Luana seguía con vida con tan poco líquido, no había explicación científica… Lo que si decían era que iba a nacer con deformaciones ya que al no tener líquido no se desarrollaba bien. Pero al tener la prueba de amor con que nos bendecía la Mater ya no creíamos lo que nos decían.

Nació Luana

Llego el día esperado, el nacimiento de Luana: la pudimos ver y escuchar su primer llanto, la pudimos sentir y abrazar con vida. Nació perfecta, sin las deformaciones que pronosticaron los médicos. Pero ese angelito hermoso se fue al cielo a la hora de haber nacido: sus pulmoncitos no funcionaban bien y fue a descansar con mamá María brindándonos su protección.

Nuestro milagro

Es imposible no llorar al redactar esto, sentir en carne propia un milagro como este no tiene explicación. Desde aquel día hasta hoy, la Mater es la que fortaleció en todo sentido a nuestra familia; cada 18 es día de fiesta para nosotros, lo esperamos con ansias, como también cada 25 para participar en la Santa Misa y pedir especialmente la bendición para Paula, la hermanita que nos envió Luana y que ya vive seis meses dentro de mí.

Esta es la historia del amor de la Mater para con nosotros: nos demostró que no hay diagnóstico médico que pueda contra la misericordia de Dios, nos dio la dicha de poder ver a nuestra hija con vida y encontramos en ella la fuerza para seguir educando en la fe a nuestros hijos.

Fuente: Revista Tupãrenda, Paraguay

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1 Responses

  1. Conchita Rodriguez dice:

    Querida Sara, que hermoso testimonio el que nos has regalado. Y dicen que Dios no esta con nosotros, que no comparte nuestro día a día. Y lo más grande, os regalo la cercanía de la Mater, a través de las dos horas que disfrutásteis de vuestra pequena Luana. Pero ella tenía que partir a la CASA PATERNA, para que junto a Nuestra MAMA, pueda cuidaros y mantener firme vuestra Fé y la de todos los que creemos en «ese paso de Dios en vuestra vida». A través de vuestro testimonio, podemos seguir renovando cada día la alegría de compartir nuestra vida con Dios que sale a nuestro encuentro cada día y en cada momento. Me ha emocionado, conmovido y recorrido un gran escalofrío por todo el cuerpo. GRACIAS

    Siempre estará , desde ya, vuestra bonita familia en mis oraciones y en mi Santuario Hogar
    Conchita

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