Publicado el 2021-03-04 In Vida en alianza

¡Queremos ser Santuarios Vivos!

COSTA RICA, Giuliana Lanzoni Domian •

El pasado 27 de febrero, apenas para iniciar el mes de marzo con broche de oro, la Rama de Universitarias de la Juventud Femenina de Costa Rica se reunió para empezar el 2021 con fuerzas renovadas. El encuentro tuvo lugar en la Casa Sede de la zona este del país, un bello lugar en lo alto de una montaña con clima fresco y rodeado de vegetación. —

La Jornada de Inicio tenía como objetivo revelar el nuevo lema del año para las universitarias y abrir las puertas para nuevas chicas que quisieran integrarse a los grupos de vida. Hubo una convocatoria de aproximadamente 30 chicas, un buen número a pesar del contexto de la crisis por COVID-19.

En los años anteriores, era común que este primer encuentro nos reuniésemos todas para formular nuestro lema que inspiraría la línea de formación y el centro de nuestros esfuerzos como universitarias; es decir, como una luz que iluminara nuestro camino como mujeres jóvenes schoenstattianas, estudiantes, hijas, amigas, novias, hermanas, etc. Sin embargo, este año fue un poco diferente. Cada grupo de vida hizo con anterioridad un taller de las voces del ser, del alma y del tiempo para obtener palabras claves que las militantes de la Rama, con la ayuda del Espíritu Santo, usarían para formular un lema que representara el anhelo de todas y que revelarían en la jornada. Así fue como surgió: “Hijas del Santuario, Instrumentos de tu Amor.”

El santuario es nuestra fuente de vida

En la palabra hijas, Dios nos recuerda que muchos de nuestros problemas del mundo de hoy nacen por una falta de sentirnos amadas, de sentirnos sus hijas. Queremos cultivar la filialidad, dejarnos amar en nuestra fragilidad y pequeñez como hijas de Dios llamadas a una misión especial y original. Hace cuatro años, en la jornada de inicio del 2017, vísperas de la bendición de nuestro santuario Familia de Esperanza, el fuego de la Juventud Femenina estaba desbordante como resultado de que finalmente se contaría con santuario. En ese momento, el Espíritu Santo regaló el lema: “Hijas del Santuario, luz para el mundo”. Hoy, se nos vuelve a regalar este inicio, “hijas del santuario…” queremos volver al santuario, a nuestras bases, reconquistarlo. Sabemos que ese lugar santo lleno de gracias es nuestra fuente de vida. ¡Queremos ser Santuarios Vivos!

Comprometernos con el destino de otros

De la intimidad con Dios y la unidad que nace desde el santuario Familia de Esperanza, tenemos el anhelo de salir al encuentro y comprometernos con el destino de otros. Deseamos ser instrumentos del amor de Dios y convertir nuestros corazones cada vez más. Ser hijas, y por lo tanto, querer hacer siempre lo que le agrada al Padre como sus instrumentos. Retornamos a la sed de Dios en nuestro corazón para recibirlo todo de Él y poder darlo a los demás.

 

Mujeres incómodas

Por otro lado, Maricruz García, la nueva asesora de la Juventud Femenina, se estrenó con su charla: “Mujeres in-cómodas, como María” sobre la importancia de salir de nuestra zona de confort hacia la zona de aprendizaje para decirle SÍ a la voluntad del Padre Dios, como María. Compartió cómo el miedo es uno de los principales enemigos de la libertad porque nos distorsiona la realidad y nos incapacita para ser instrumentos del amor de Dios. A partir de esta reflexión, iniciamos un taller personal desde las voces del ser-tiempo-alma y de las puertas abiertas, para cuestionarnos: qué haríamos si no tuviéramos tales miedos. ¿Qué nos propone Dios y no nos atrevemos a emprenderlo?

Hasta los confines de la tierra

Se concluyó al atardecer, con una oración comunitaria en los jardines de la casa en torno al nuevo lema, acompañando con cantos entonados por algunas de las chicas. Entremedio, se reservó un tiempo especial para el cambio de jefas de la Rama para el año 2021. Felicitamos el compromiso y la entrega de Sofia Brenes y de Ana Lucía Piza en un tiempo de grandes retos, pero de mucha fecundidad. Agradecimos el SÍ de las nuevas jefas: Gloriana Figueroa (jefa de Cartago), Mariana Ramos (jefa del Este) y Giuliana Lanzoni (jefa del Oeste). Termino con una frase del padre fundador para resumir todo lo que vivimos… “Que los muros del Santuario se extiendan hasta los confines de la tierra”.

 

Las corrientes surgen, no se planifican

El P. José Luis Correa quien no pudo participar en el encuentro, les escribió una carta:

En todo caso, como dijo el padre Kentenich una vez a la Juventud Femenina en Argentina, “no es la organización exterior lo que las hará hijas de Schoenstatt. La organización sólo es esqueleto: ciertamente tiene su razón de ser, pero al esqueleto hay que agregarle ‘carne’”, o sea, vida. La estructura está al servicio de la vida y no debe asfixiarla, sino encauzarla, ‘ordenarla’ en lo que sea necesario y conveniente. Lo más importante es, repito, la vida, y ésta se juega en lo local, en cada grupo y en cada Rama diocesana/local. Si surgen corrientes de vida más macro, como en parte ocurrió en plena pandemia con la conquista y bendición de muchos Santuarios Habitación de ustedes (¡y las felicito por ello!), bienvenidas sean. Éstas surgen, no se planifican, no se inventan artificialmente ni imponen autoritariamente.

Salir de la comodidad

Como les dijo (dirá) Maricruz, es hora de salir de cierto letargo anímico en que se puede caer al instalarse en la zona de confort, donde es más cómodo elegir a la carta lo que me sirve y me gusta, y quedarse (a veces esconderse) detrás de las pantallas. Quizá la rutina de estos meses pandémicos haya enfriado (ojalá no apagado) nuestro fervor. A la ley de gravedad hay que (o)ponerle un nuevo impulso hacia lo alto, hacia lo más noble y santo.

Salir de la comodidad (y mediocridad) para incomodar ‘haciendo lío’ como pidió el Papa Francisco. No para destruir (cuidado con adherir y hacerse cómplices, directa o indirectamente, de actos vandálicos y consignas blasfemas en el día internacional de la mujer. ¡Eso no va con nosotros!)

Nosotros participamos en la revolución de la ternura a la que convoca el Papa.

Termino citando una vez más las palabras proféticas de nuestro padre fundador:

“En el Santuario de Schoenstatt, la Santísima Virgen nos brinda la gracia de aprender a amar. Por eso, acudan a este lugar si quieren llegar a ser una auténtica Juventud Femenina de Schoenstatt (…) Sólo deben venir aquí las personas que quieren dejarse educar (…) no queremos aquí masas (…) quizá lleguen a serlo más adelante, cuando desde aquí la Santísima Virgen forme suficientes apóstoles capaces de educar y guiar esas ‘masas’.

Schoenstatt es un movimiento de educación y renovación. Schoenstatt no es un pasatiempo, una ‘actividad’ más entre otras.

“Yo no querría que una schoenstattiana se conformase con ‘vivir al día’”, decía el padre Kentenich. Jamás, pues en la vida, el que no avanza no se estanca (y eso se pudre) sino que retrocede.

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