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Publicado el 2022-10-30 In Temas - Opiniones

¿Qué tan viejo se siente un movimiento de renovación de 110 años?

P. Elmar Busse para el 27 de octubre de 2022 •

En octubre de este año, la Rama de Hombres de Schoenstatt recuerda sus 110 años de historia. Aunque el fundador vio en su charla del 18 de octubre de 1914 la hora del nacimiento del movimiento de Schoenstatt, la Juventud Masculina de Schoenstatt vio sus comienzos en la conferencia inaugural del nuevo padre espiritual frente los alumnos de la casa de estudios el 27 de octubre de 1912. ¡Ese fue el comienzo de todo! Y no en vano, el Padre Kentenich le dio a esta «Declaración de gobierno» el título de “Acta de Pre-Fundación”. —

Una y otra vez el fundador volvió sobre el hecho de que una característica esencial del trabajo grupal de Schoenstatt debía ser el intercambio de experiencias, es decir, el «lenguaje del corazón», y no tanto el intercambio de opiniones. ¿Qué ha sido de este enfoque? ¿Hasta qué punto los impulsos de renovación del padre Kentenich dieron forma al estilo de la pastoral de la iglesia en Alemania? ¿Qué tan joven o qué tan viejo se siente un movimiento que dice ser un movimiento de renovación y no de preservación?

Para responder a esta pregunta, podemos basarnos en un enfoque desarrollado por Martin F. Saarinen:

El modelo Saarinen

¿Qué diferencia a las empresas que tienen éxito durante largos periodos de tiempo de las que desaparecen del mercado o pierden importancia? Las primeras, cuando han alcanzado la cúspide de su desarrollo, se atreven a dar un «salto» con el que abarcan un nuevo marco de desarrollo. Se reinventan a tiempo, pero al hacerlo se basan en experiencias anteriores. En la ciencia de las organizaciones existen varios modelos que describen el devenir, la madurez, el paso y las posibilidades de desarrollo de las organizaciones.

En los años 80, el investigador de organizaciones finlandés-estadounidense Martin F. Saarinen presentó un concepto en el que relacionaba el proceso de desarrollo organizativo de las comunidades o movimientos religiosos con el ciclo vital evolutivo-biológico (Saarinen, 1986): El ciclo de vida de una congregación. Saarinen era un religioso cristiano y observaba el ciclo de vida en su propia organización. Hay comunidades cristianas que han desaparecido con el paso del tiempo, pero también comunidades que han logrado transformarse incluso después de las mayores crisis, como el ave fénix que renace de las cenizas.

Ejemplos históricos

  • Los cistercienses son una orden benedictina reformada que, después de su fundación (1075 por Roberto de Molesme – estatutos definitivos aprobados por el Papa el 23/12/1119), han desarrollado un dinamismo fabuloso y han fundado muchos monasterios. Al final del período de expansión, alrededor de 1300, la Orden estaba presente en todos los principales países de Europa, con un total de 742 filiales.
  • Teresa de Ávila reformó la Orden de las Carmelitas. Ella fundó 17 monasterios de reforma. (+4/10/1582)
  • Juan de la Cruz reformó la Orden de los Carmelitas (+14/12/1591)
  • La Orden Franciscana, de 800 años de antigüedad, experimentó una «alimentación de visión» por parte del movimiento ecologista; Francisco se convirtió en el «patrón» de los Verdes.

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Al principio está el visionario que luego reúne a su alrededor una comunidad con la que desarrolla un programa y finalmente depende de una administración a medida que la comunidad crece y el programa se realiza. 

En la economía se encuentran visionarios conocidos:

  • Steve Jobs (+5/10/2011), el fundador de Apple
  • Elon Musk (*1971), el empresario de origen sudafricano que está instalando su fábrica de coches eléctricos en Brandenburgo, dijo una vez: «Nuestra existencia no puede consistir únicamente en resolver un miserable problema tras otro. Debe haber razones para vivir».

Pastor Martin Luther King – un visionario típico

I Have a Dream (“Tengo un sueño“) es el título de un famoso discurso pronunciado por Martin Luther King el 28 de agosto de 1963 en la Marcha hacia Washington por el empleo y la libertad ante más de 250.000 personas en el Lincoln Memorial de Washington, D.C.

El discurso resumía las demandas más importantes del movimiento por los derechos civiles en aquel momento, en relación con la igualdad social, económica, política y jurídica de los afroamericanos, en forma de una visión del futuro de Estados Unidos. Expresaba la esperanza de King de que en el futuro hubiera congruencia entre la Constitución estadounidense, especialmente su principio de igualdad y la realidad social, ampliamente caracterizada por la segregación y el racismo. La frase repetida como un estribillo, improvisada espontáneamente, I have a dream del pasaje final se convirtió en el título del discurso. Éste se convirtió en uno de los discursos más citados de King, que representa su visión del Sueño Americano de manera ejemplar.

Escepticismo ante las visiones

«Los que tienen visiones deberían ir al médico», dijo Helmut Schmidt una vez sobre las visiones de Willy Brandt en la campaña electoral federal de 1980. 

¿Qué es una visión?

La palabra “visión“ tiene varios significados:

En el Antiguo Testamento podemos leer:
Donde no hay visión, el pueblo se extravía; ¡dichosos los que son obedientes a la ley!“ (Proverbios 29,18)

En la Biblia, visión significa una revelación de Dios o sus planes para el futuro. Los sueños de José, las visiones de los profetas Ezequiel, Isaías, Daniel, el Apocalipsis de Juan están llenos de visiones.

En el lenguaje cotidiano, la palabra «visión» se utiliza cuando se describe un sueño futuro que parece muy poco realista en este momento: por ejemplo, el túnel que atraviesa el Canal de la Mancha. Ya en tiempos de Napoleón se soñaba con un túnel bajo el Canal de la Mancha. Sin embargo, no fue hasta 1994 cuando se abrió el túnel de 50 kilómetros de largo. La realización de este sueño costó 12.500 millones de euros.
Martin Saarinen utiliza la palabra «visión» en este sentido más general.

¿Cuál es la visión en los comienzos de Schoenstatt?

En 1951 el padre Kentenich escribió desde Suiza un texto al Cardenal Bea, que entonces trabajaba en el Santo Oficio. Le llamó “Claves para entender Schoenstatt”. Kentenich no habló en ese momento de “visión” sino que de una “idea directriz”.

<strong>Vision de Schoenstatt</strong>
La IDEA DIRECTRIZ implica:
(1.) un sello intemporal y
(2.) un sello temporal.

Dice así:

1. El hombre nuevo en la nueva comunidad con un toque apostólico universal

Este tipo de ideal es eternamente viejo y eternamente nuevo. Eternamente viejo porque todos los siglos se han esforzado por ello; siempre nuevo, porque la naturaleza, marcada por el pecado original, siempre hace concesiones y quiere descansar en la saciedad burguesa y contentarse con mediocridad niveladora.

El «hombre nuevo» al que aquí se refiere es el hombre espiritual e idealista, alejado de toda esclavitud de las formas prestablecidas.

La «nueva comunidad» se libera -sin ser indeterminada- de todo formalismo desalmado, de la convivencia mecánica meramente externa; lucha por una vinculación profunda de alma: por una vinculación espiritual responsable de los unos por los otros que esté anclada en Dios, que sea siempre eficaz, que empuja al individuo y a la comunidad hacia el camino del apostolado universal y les permite ser fecundos.

en «Claves para comprender Schoenstatt»

El padre Kentenich escribe en otra parte que esta idea del hombre nuevo era una «idea innata» para él. No pudo recordar cuándo se agregó eso a su biografía.

El escribió: “Una de ellas es la completa soledad interior y la consiguiente falta de contacto vinculada con este mundo y su significado. Sin duda, hay muchas personas cuyos años de desarrollo están marcados de manera similar. Sin embargo, creo que después de un examen adecuado, puedo decir que el grado, el alcance y la duración, medidos por comparaciones accesibles, han asumido proporciones extraordinarias. Posteriormente, el significado de esto debería ser fácil de entender. El alma debe permanecer lo más intacta posible a influencias ajenas, especialmente de naturaleza personal, para permanecer abierta con todas las fibras para la verdadera maestra de mi vida y su poder formativo y sabiduría educativa. Aquí me refiero a la Santísima Virgen”.

Ya en la «Santidad de la vida diaria» de 1937 se perfiló el giro copernicano en la historia de la espiritualidad. La definición de la santidad de la vida diaria es: «es la armonía piadosa entre la vinculación afectuosa a Dios, al trabajo y a las personas en todos los aspectos de la vida». [A. Nailis, Santidad de la vida diaria, Vallendar-Schönstatt 1974]

Lo nuevo fue el enfoque de la vinculación en lugar del desprendimiento.

El camino clásico de la santidad era a través del desprendimiento: así se canta aún hoy en el libro de canciones de los países de habla alemana: ¡Síganme, dice Cristo, nuestro héroe, síganme, cristianos todos! Niéguense a sí mismos, abandonen el mundo, sigan mi llamada… La canción fue escrita por Angelus Silesius en 1668.

Reformulación de la visión de Schoenstatt 2010

En Pentecostés del 2010, los participantes del 3er Congreso Europeo de la Familia reformularon la visión de Schoenstatt para el futuro, ahí se lee:
“Según el padre José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt, el cultivo de una variedad de vínculos estables es una competencia fundamental para el éxito de la existencia humana:
• A pesar de la alegría de la movilidad – ¡vincúlate a lugares!
• A pesar de la alegría de la individualidad – ¡vincúlate a personas!
• A pesar de la alegría a la tolerancia – ¡vincúlate a valores!
• A pesar de la alegría de dar forma al mundo – ¡vincúlate a Dios!
„Vinculados a ti en el amor“ – nuestro lema del congreso resume cómo queremos construir la casa común de Europa.

Reformulación de la visión de Schoenstatt 2014

En el marco del jubileo de los 100 años, se reformuló la visión en un círculo del Movimiento de Schoenstatt alemán:

1.Elegimos el camino de la santidad.
2. Vivimos vinculaciones auténticas y fuertes.
3.Tomamos una decisión misionera – Schoenstatt está en marcha.

La visión de Schoenstatt como respuesta a una necesidad de los tiempos

La periodista y política católica Diana Kinnert ha escrito un grueso libro (¡447 páginas!) sobre la nueva soledad. No se trata de los jubilados viudos que viven solos, sino de la generación actual de 20 a 35 años.

En 2016, los jóvenes de 20 a 50 años recibieron la etiqueta de «generación incapaz de relacionarse»: el bloguero Michael Nast fue elogiado por este diagnóstico y ha escrito libros al respecto.

Ya en 2013, el problema del «miedo a las relaciones» llegó a la portada de la conocida revista alemana «STERN».

Desde hace varios años, los libros de la terapeuta de parejas Stefanie Stahl están en la lista de los más vendidos en Alemania.

Con este trasfondo, esta necesidad de los tiempos adquiere un nuevo brillo con la visión de futuro del hombre nuevo que se define por su capacidad de relacionarse.

Podemos entender a Schoenstatt como una escuela y espacio de formación para la capacidad de relacionarnos.

Desde 2014, la palabra clave para esto ha sido:
Ayudamos a construir una cultura de alianza. 

Volvamos a la curva del siclo vital de Saarinen

Al principio está la visión de Kentenich sobre el futuro del hombre nuevo, al que define como animado espiritualmente y vinculado idealmente, lejos de la esclavitud de la forma y de lo informe. En 1912 se convirtió en director espiritual del Seminario Menor da los Palotinos. En su «declaración de gobierno» ya resuena esta visión de futuro, al igual que partes del programa. Les dice a los chicos:

«Ya no debe ocurrir que dominemos varias lenguas extranjeras según el objetivo de clase, pero que, en el conocimiento, en la comprensión de la lengua de nuestro corazón seamos los más puros torpes…. Sobre todo, debemos conocernos y acostumbrarnos a una conversación libre y recíproca que corresponda a nuestro nivel educativo. Y esta competencia comunicativa se sitúa en el amplio horizonte de la autoeducación para llegar a ser una personalidad libre, para llegar a ser «caracteres firmes, libres, sacerdotales». – Esa fue la formulación juvenil de entonces para el hombre nuevo en la nueva comunidad. Por lo tanto, no se trata de discutir algo, sino de aprender a comunicarse uno mismo. Ese es un estilo de comunicación muy especial.

Se trata de compartir experiencias, no de intercambiar opiniones. Esta es la adquisición de una cualificación clave en el contexto de nuestro trabajo con la juventud de Schoenstatt. Y también en las ramas de adultos de Schoenstatt se trata de este estilo de comunicación: del «lenguaje del corazón“. Y aquellos que han aprendido esto pueden usarlo más adelante en su carrera y en su elección de pareja.

Recuerdo perfectamente un intercambio en una jornada de Matrimonios en la que las parejas relataron cómo se conocieron y por qué se eligieron el uno al otro. Una mujer dijo sobre su marido: «Ese fue el primer chico que no quiso acostarse inmediatamente conmigo, sino que primero quiso hablar conmigo.»

Lo contrario lo lamentó una peregrina en la Iglesia de Peregrinos: «Mi marido fue camionero de largas distancias durante 30 años. Ahora está jubilado, se sienta en casa, pero no es capaz de abrir la boca. Eso es peor que cuando estaba antes ausente».

Otro ejemplo: cuando el huracán Lothar azotó la Selva Negra el 26 de diciembre de 1999, derribó miles de árboles. Toda la administración forestal de Baden-Württemberg fue enviada a los bosques para realizar operaciones de emergencia, entre ellos estaba un graduado de la escuela forestal. Al final de las maniobras, el jefe de operaciones elogió al graduado y dijo: “Nunca había visto a un graduado dirigir a los trabajadores forestales que se le asignaron de manera tan cuidadosa, práctica y responsable. Algo debe haber cambiado en la universidad.” – El graduado aceptó el elogio con una sonrisa y pensó para sí mismo: No aprendí eso durante mis estudios, pero me ayudaron mucho los muchos años de experiencia como jefe de un campamento.

Pastoral de eventos y proyectos

No solo retrospectivamente se puede apreciar el valor del compromiso con la Juventud Masculina de Schoenstatt. Echemos un vistazo a los anteriores festivales de la juventud en Alemania en los diferentes centros de Schoenstatt y en la Noche del Santuario, que después de la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia en 2005 forma parte del programa anual fijo de la Juventud de Schoenstatt y que se ha convertido en un éxito seguro. Se trata claramente de una experiencia pastoral, de un acontecimiento. Y como alrededor de un tercio de los participantes trabajan de alguna manera en la preparación y ejecución, el formato es también una pastoral de proyectos: «¡Esto lo hemos desarrollado y logrado! Sólo la pastoral de eventos podría formar a los consumidores exigentes. Es la mezcla de pastoral de proyectos y pastoral de eventos lo que se transmite a los participantes: esto también puede ser iglesia.
Cuando participé por primera vez en la Fiesta de Familias en Graz (Austria) en el verano de 1992, también se presentó una mujer del consejo laico diocesano. No solo quería información de segunda mano sobre Schoenstatt, sino que quería conocer Schoenstatt. Al final del día volvimos a hablar. Ella había preguntado a muchas parejas qué hacían y por qué participaban en Schoenstatt. La respuesta más común que obtuvo fue: “Sí, en Schoenstatt nos dejan hacer cosas”. Schoenstatt atrae a personas que se alegran de ser dueños de proyectos y no sólo ejecutores de las ideas y decisiones de otros.

Fomentar la propia iniciativa

Esto encaja también con el estilo con el que el padre Kentenich educó a la primera generación. José Engling, un schoenstattiano de la primera hora, fue reclutado como soldado en la Primera Guerra Mundial. Llegó a su cuartel y feliz le escribió al padre Kentenich que había conseguido organizar que el párroco les diera charlas a los soldados católicos en el cuartel. La respuesta del padre Kentenich debe haberle parecido como un balde de agua fría. En efecto, el 2/3/1917 escribió: José Engling, un schoenstattiano de la primera hora, fue reclutado como soldado en la Primera Guerra Mundial. Llegó a su cuartel y feliz le escribió al padre Kentenich que había conseguido organizar que el párroco les diera charlas a los soldados católicos en el cuartel. La respuesta del padre Kentenich debe haberle parecido como un balde de agua fría. En efecto, el 2/3/1917 escribió:

«Tal vez ya te hayas dado cuenta de hasta qué punto nuestras instalaciones de la congregación están en sintonía con la naturaleza humana. Cualquier divergencia significativa se puede vengar amargamente. Sin duda es digno de reconocimiento que el párroco les dé charlas especiales. Pero, esto no estimulará vuestra actividad. Esa es una desventaja muy, muy grande y, sin duda, también una razón por la que no os acercáis profundamente el uno al otro. El párroco conseguirá así justamente lo contrario de lo que pretende. Destruye más de lo que ayuda. -Después de todo, tu tarea debería ser, con sabiduría y tacto, eliminar las influencias obstaculizadoras que has reconocido, o hacerlas lo más ineficaces posible. Lo aprendiste como prefecto. Sin embargo, lo que no se puede cambiar hay que soportarlo con paciencia”. También aquí se pone de manifiesto hasta qué punto el padre Kentenich se preocupaba por promover la independencia.

Una frase común durante los años 20 y 30: «Donde estoy yo, debe crecer Schoenstatt». «Yo soy Schoenstatt». – La mentalidad expresada en este lema se describiría hoy en día como «autocapacitación».

Ejemplo: Programa de la Juventud Masculina de Schoenstatt

El programa de la Juventud Masculina de Schoenstatt de Alemania se formuló en la Nochevieja 1999/Año Nuevo 2000 en los «cinco pilares”:

  • Comunidad
  • Escuela de vida
  • Alianza de amor
  • Ser del varón
  • Ser del apóstol

En octubre de 2012 se develaron los pilares de basalto junto al Santuario Tabor en Schoenstatt, en las que se grabaron estos conceptos centrales.

La administración del Movimiento de Schoenstatt

La administración de la organización del Movimiento de Schoenstatt es (idealmente) mínima. No hay (casi) bastiones de oficinas como los que han crecido en las ciudades episcopales de Alemania. Se trata principalmente de ordenadores portátiles, impresoras y teléfonos inteligentes de los jefes diocesanos y de grupo y de los Padres y Hermanas. Si comparamos eso con los baluartes de las sedes episcopales, entonces realmente podemos decir: “small is beautiful” (lo pequeño es hermoso).

La estructura federal de Schoenstat también hace posible que en general prevalezca un estilo de apostolado que se ha popularizado negativamente por las actividades de la red terrorista Al Qaeda. Sociológicamente está estructurado de la misma manera: nos une la espiritualidad común, pero hay muchos grupos que actúan de forma independiente.

Sin embargo, siempre existe la tentación de que los jefes diocesanos (y otros) cambien esto en sus respectivas ramas (o áreas) y establezcan estructuras jerárquicas y cadenas de mando.

Schoenstatt – no es una tercera orden

Incluso los miembros de los institutos y federaciones que trabajan a tiempo completo en el movimiento, es decir, los llamados «trabajadores en las centrales», no son automáticamente los reyes sin corona en términos de estructura y estatutos. Ese era el modelo clásico de las terceras órdenes.

En Schoenstatt, en cambio, los líderes laicos tienen la última palabra. Por ejemplo, si un padre en una diócesis parece ser aburrido o polariza demasiado, los jefes laicos tienen el derecho de enviarlo a casa.

En este contexto puedo recomendar encarecidamente la lectura del libro «El secreto de vida de Schoenstatt, volumen 1: Espíritu y forma». En ella el P. Kentenich escribe en 1952: «Es mucho más fácil poner en marcha una máquina organizativa y mantenerla en términos artesanales [= lo que Saarinen llama «administración»] que promover el espíritu y la vida. Esto implica una especial maestría que debe ser dada como un carisma por Dios y o adquirida a través de la oración, el estudio diligente y años de experiencia.» «Lo que dio a Schoenstatt su existencia, lo que lo hizo ser fructífero y llegara con gran dinamismo a los círculos más amplios, fue la corriente desbordante de espíritu y vida, no el llamamiento a la ley y a la forma, a la organización y al destino».

Saarinen escribe: A medida que se avanza en la edad, puede ser que la visión vaya desapareciendo más y más y al final quede sólo la administración. Un replanteamiento de la visión o con una nueva visión, puede ocurrir un rejuvenecimiento de la comunidad.

Algo práctico: si en un campamento las cosas se ponen difíciles, entonces como jefe de grupo o de campamento puedes caer en la trampa de la autocompasión y preguntarte: «¿Por qué me hago la vida tan difícil, de enojarme con los hijos de extraños? Mi compañero de colegio está en estos momentos con unos amigos en la costa mediterránea turca, en un hotel con todo incluido, divirtiéndose en la piscina». – O cuando, bajo la presión del tiempo, tienes que perseguir los certificados policiales de buena conducta extendidos para los futuros jefes de grupo porque los chicos los han perdido. Pero este proceso forma parte del concepto de protección institucional para evitar los abusos. O cuando el artículo prometido no se entrega en el plazo de redacción y todo el calendario se desordena.

Hay mucha arena en el engranaje y se necesita una dosis de sagrada testarudez para continuar después de todo. Pero las habilidades sociales y de comunicación que ha adquirido a lo largo de los años en ese entrenamiento, a menudo solo se pueden apreciar años después, por ejemplo, cuando conversa con compañeros de colegio que nunca se han ofrecido como voluntarios y que tienen una vida muy por debajo de su potencial.

El hombre nuevo en la comunidad nueva es una visión fascinante y necesaria para hoy. Vale la pena entregar la vida por otros durante unos minutos, horas o días en pos de este objetivo. Uno ganará la vida, es decir, el sentido de la vida.

Aunque el Movimiento de Hombres de Schoenstatt tenga 110 años a sus espaldas y algunos interpreten las vocales del alfabeto alemán con un toque de autoironía como A-E-I-O-U (Alte Esel jubilieren ohne Unterlass), los burros viejos celebran jubileos sin cesar, siempre puede tener lugar un nuevo proceso de rejuvenecimiento mediante el recuerdo o la reformulación de la visión de una «Iglesia en la nueva orilla».

Te atreves a tu sí y experimentas el significado. Repites tu sí y todo cobra sentido. Cuando todo tiene sentido, ¿cómo se puede vivir de otra manera que no sea un sí.?
Dag Hammarskjöld

Original: alemán 27/10/2022. Traducción: Tita Andras, Viena, Austria

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