Synodaler Weg

Publicado el 2020-12-01 In Dilexit ecclesiam, Iglesia - Francisco - Movimientos

Crisis de Kentenich – Crisis de la Iglesia (2)

P. Kurt Faulhaber, Alemania •

 “La crisis del P. Kentenich y la crisis de la Iglesia, al mismo tiempo. ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro en las intenciones de Dios? Dos acontecimientos que mueven nuestros corazones de una manera extraordinaria. Como dos ondas que convergen, se cambian mutuamente, se amplifican.” – Así comenzaba una charla del sacerdote Kurt Faulhaber, del Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, hace más de un mes, en la jornada de delegados del Movimiento de Schoenstatt de Alemania. Una charla apropiada justamente para ese momento y para la situación en Alemania. Pero allí había alguien que no lo dejaba en paz y que siempre lamentaba que había demasiado poco tiempo para la discusión y que estas propuestas realmente deberían ser divulgadas más ampliamente y ojalá también discutidas. Con permiso del ponente publicamos la pasada semana la primera parte de esa charla, sobre “crisis de Kentenich” y añadimos ahora la parte sobre el camino sinodal de la Iglesia alemana.

Una aclaración previa: ¿Por qué un tema “alemán” en una página web internacional?

¿Corresponde un tema específicamente alemán como el camino sinodal (y la misma pregunta se plantea exactamente igual para temas específicamente chilenos o burundeses) en una página web de Schoenstatt con una marcada orientación internacional? Esto también nos lo hemos preguntado en la redacción y nuestra respuesta en este (como en algunos otros casos) ha sido afirmativa. Porque es un tema de la Iglesia y la Iglesia es, igual que Schoenstatt como parte de ella, universal, mundial. Y lo que atañe a un miembro, atañe al todo.

En el caso concreto del camino sinodal nos mueven además dos cosas más.

  • Por una parte, las graves informaciones falsas sobre el camino sinodal de la Iglesia en Alemania y sobre la Iglesia alemana en general en algunos medios de comunicación conservadores de derecha, de habla inglesa y española, que, en todo caso (¿asombrosamente?) son medios de referencia para muchos schoenstattianos, y algunos de los cuales evocan el hundimiento de occidente (y que quieren rescatar a Alemania del peligroso diálogo intraeclesial, en parte con burdas corrientes de retorno).
  • Por otra, porque la imagen eclesial (de hecho ampliamente desconocida) de un Josef Kentenich es marcadamente sinodal. Igual que la del Papa Francisco.

El P. Kurt Faulhaber es un magnífico referente sobre el tema como sacerdote diocesano alemán. Aquí ofrecemos su exposición, que no da recetas, sino que llama a pensar y a tomar posición.

 

Conferencia de las regiones del camino sinodal del 4 de septiembre de 2020 en Frankfurt. Foto: Synodaler Weg

Camino sinodal

En esta charla se me encomendó la tarea de decir algo sobre las cuestiones que inquietan actualmente a nuestra Iglesia alemana (bajo la expresión camino sinodal) y cómo nos posicionamos nosotros como schoenstattianos y cómo podemos abordarlo. Esto es una “patata caliente”.

Quiero anticipar que yo no voy a dar aquí ningún juicio sobre las cuestiones controvertidas. Menos aún quiero influirles a ustedes sobre ellas. Lo que menos necesitan ustedes es intentar entresacar de mis palabras lo que piensa sobre el asunto el obispo de Fulda (N.R.: el obispo Dr. Michael Gerber, miembro del Instituto de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt).

En el camino sinodal chocan y parecen insuperables las diferencias existentes desde hace mucho tiempo. ¿Qué “principios” del P. Kentenich podrían sernos de ayuda en esto?

Con el modelo de la triple voz, voces del ser, voces del tiempo y voces del alma, se podría valorar las “posiciones” en nuestra Iglesia así:

Quien solo atiende a las voces del tiempo, sin escuchar la voz de Dios, son arrastrados en el remolque del espíritu negativo del tiempo.

Quien solo escucha las voces del ser, no le hace justicia a la vida. Esto podría caracterizar nuestros aportes: escuchar en toda voz de Dios el equilibrio entre estas tres voces.

Y poner en juego las voces del alma.

Es evidente que solo puedo hacer un par de observaciones sobre los temas de los que se ocupa todo un camino sinodal.

Vamos a abordarlos de acuerdo a los cuatro foros sinodales:

1 Foro sinodal: “Poder y separación de poderes – participación e implicación comunes en la misión”

Hace casi 40 años el P. Kentenich defendió una “fuerte y adecuada limitación o privación en lo organizativo-jurídico de poder, unida a una rica plenitud de poderes en lo vital” y denominó esto como la “ley fundamental de construcción” de Schoenstatt por antonomasia.” [1] ¿Qué podemos aportar de aquí al camino sinodal? Y cuando añade al respecto que “en lo que siempre nos fijamos y nos preocupó fue la poderosa corriente que fluye”, entonces lo esencial es, sobre todo, la corriente de vida espiritual en comunidad.

El que la Instrucción de Roma [2] chocara con una oposición tan fuerte, tiene que ver con que los laicos son contemplados desde la perspectiva de los sacerdotes, incluso como posibles competidores. En lugar de desde su propia vocación bautismal. Esto nos atañe especialmente como movimiento de laicos. Nuestro padre desarrolló una espiritualidad laica específica, leída y desarrollada paso a paso a partir de los carismas y vocaciones descubiertas en las almas. El ayudó a esa vida a plasmarse en formas vinculantes de una sociología laica y finalmente en un derecho laico con Roma.

 

2Foro sinodal: “Vivir en relaciones logradas – vivir el amor en la sexualidad y en pareja”

 

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Mons. Dr. Michael Gerber, Fulda. Foto: Synodaler Weg

Según nuestro fundador se trata de tomarse en serio la vida psíquica, especialmente la vida subconsciente y también la sexual, y la vida psíquica ajena, tanto sana, como enferma.

Dos observaciones: Si recuerdan las diferentes citas al respecto, ¿qué palabra falta? El no habla de la vida psíquica “ideal”. ¡A pesar de la pedagogía de ideales! Allí donde se trata de la persona concreta, no lo evalúa ni lo mide en función del ideal. En sus tres últimos años de vida aquí en Alemania nuestro padre habló con frecuencia y repetidamente de “hacer transparente todo lo creado y todo lo sexual”. Ambas cosas de una vez. Realmente ilógico, porque lo sexual pertenece a lo creado. Pero las circunstancias de la época requerían esa acentuación destacando lo sexual.

Lo decisivo al observar estas voces del alma es escucharlas como voces de Dios, por lo tanto, preguntarnos qué quiere decirnos Dios con ellas y qué deseos quiere transmitirnos. Naturalmente que los anhelos de los hombres no coinciden al 100 por 100 con los deseos de Dios. Pero quizás sí al 10 por 100.

El mayor anhelo de todos, el anhelo más profundo de todo corazón humano, lo veía nuestro padre en el anhelo de amar y de ser amado. Una forma elemental de expresión es el amor sexual, en palabras de nuestro padre el instinto hacia el cuerpo, el instinto hacia el alma y el instinto hacia el hijo. Estamos de acuerdo en que este instinto encuentra su auténtica realización natural en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Hasta aquí todo bien.

Pero esta fuerza del amor actúa igual en las personas que se han separado, en las que aún no se han casado y en las que aman a una persona del mismo sexo. Yo pienso que nuestro estilo es el mismo que el estilo de nuestro padre: escuchar a la persona involucrada y respetar su manera de amar. Sí, además escuchar la voz de Dios también en estas voces del alma.

Probablemente dirán ustedes: ¡Pero yo no puedo aprobarlo! No tienen ustedes que hacerlo. Según la imagen de nuestro padre, basta con buscar el “oro”, dicho con sus palabras: “No hallarán ustedes a nadie… en quien no haya una serie de perlas que debemos descubrir. Naturalmente, primero tengo que descubrirlo y reconocerlo. Naturalmente, tampoco encontrarán a nadie en quien esas perlas no estén mezcladas de lodo y escoria de todo tipo…”[3]

¡Pero esto es contrario a la doctrina de la Iglesia! Dejemos este problema a los teólogos. La misión de Schoenstatt es establecer el enlace [4] entre ciencia y vida. Por lo tanto, para la teología, pero también para las ciencias humanas. Nuestra especificidad es: ¿Cómo puede vivirse y desarrollarse la capacidad de amar en el alma de toda persona sin excepción? ¿Cómo puede convertirse su propio amor en puente hacia el amor de Dios?

Creo que de este modo estaremos siguiendo el camino de nuestro padre y no tenemos que polarizarnos entre nosotros, ni convertirnos desde Schoenstatt en parte de la polarización en el sínodo.

 

3Foro sinodal: “Forma de vida sacerdotal”

 

¿Sacerdotes casados? Escuchemos nuevamente las voces del alma. Están las muchas voces del alma de hombres jóvenes que cumplirían todas las condiciones para el sacerdocio y que podrían descubrir allí su vocación, y a los que cualquier rector de seminario consideraría aptos, pero ven claramente que están llamados al matrimonio. Para mí solo se trata de una cosa: Tomar en serio estas voces del alma y preguntar qué quiere decirnos Dios con esto.

Tengo que decirles lo siguiente: Cuando leo esto en la lucha hasta el límite del beato Karl Leisner entre sacerdocio y matrimonio, siempre tengo la impresión de que aquí uno vive intensamente una profunda vocación doble, al sacerdocio y al matrimonio. ¿Quizá tuvo él que sacrificar inevitablemente una vocación por el bien de la otra?

Dios habla ahora no solo a través del número cada vez mucho más reducido de sacerdotes. Y no se trata solo de la cuestión de cómo aumentar su número mediante viri probati. Más bien hay que escuchar hacia dónde va la llamada de Dios en las almas de aquellos que buscan su vocación.

 

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© Synodaler Weg/Jochen Reichwein

4 Camino sinodal: “Mujeres en los servicios y cargos de la Iglesia”

 

En la casa del obispo de Fulda hay una cesta llena de tejas rotas. Las mujeres de María 2.0 las han rotulado y las han entregado a la conferencia episcopal. Yo las leí con la suposición de que estarían escritas con la exigencia de la ordenación sacerdotal. De ninguna manera. El tema recurrente es cómo son valoradas y tratadas por los sacerdotes. Por ejemplo: “Nuestra entrega a Dios y nuestra preocupación por el prójimo son aprovechadas para fines clericales. ¿Qué soportamos por el bien de la causa de Jesús?” “Abuso de poder mediante humillación, exclusión y explotación, en lugar de estímulo, inclusión, ser un regalo”. “Falta empatía”. ¡Voces del alma!

La visión de que las mujeres asuman funciones de dirección de la Iglesia se ha impuesto desde el Vaticano hasta las parroquias, pasando por las sedes episcopales. Su realización solo está en sus inicios. En el jubileo de Hoerde de hace unos meses aquí en Schoenstatt, el obispo Gerber llamó la atención lo ampliamente que las mujeres asumen la dirección en el movimiento de Schoenstatt y no como colaboradoras o delegadas por los sacerdotes, ni siquiera en dependencia de ellos. Por eso deberíamos pensar que otros, con diferentes experiencias previas, lleguen a diferentes conclusiones.

¿Pero qué pasa con el sacerdocio? Escalemos aquí también con el padre Kentenich a las profundidades del alma de “mujeres nobles”. Hay mujeres en las que hay una tendencia fuerte al sacerdocio. Me llama la atención cuántas mujeres cuentan que, de niñas, de jóvenes y también de adultas, tenían el deseo de ser monaguillas y después sacerdotisas. Pero tuvieron que escuchar un “no”. ¿Por qué no? “Porque eres una niña“. Una desilusión, sí, una herida con repercusiones.

Nuestro padre fomentó la tendencia del alma al sacerdocio. En nuestro movimiento hay cursos de mujeres en los que lo sacerdotal forma parte de su ideal. Entre las seguidoras de la corriente del jardín de María había una corriente de diaconisas, querida por nuestro padre.

Cierto que de ahí nunca surgió la tendencia, ni siquiera la exigencia, del diaconado ni del sacerdocio. Permaneció en un nivel totalmente espiritual. Toda bautizada tiene la vocación bautismal a participar del sacerdocio de Cristo.

Esto ha cambiado y se abre paso con fuerza. Yo aquí no presento palabras a favor del acceso de las mujeres al sacerdocio. Pero con más razón hay que escuchar estas poderosas voces del alma y escuchar en ellas también la voz del Espíritu Santo.

Que aquí también se escuchan sonidos extraños y motivos cuestionables, es algo que el padre Kentenich consideró evidente también en su trato con mujeres. También las corrientes poderosas riegan a veces fuera del tiesto; la vida fuerte a veces también arrastra los diques.

Preguntemos pacientemente con el camino sinodal lo que el Espíritu de Dios quiere decirnos con esto:

– ¿Se trata de redescubrir nuevamente el sacerdocio espiritual de todos los bautizados y también en un modo marcadamente femenino?

– ¿O el Espíritu Santo hará surgir un nuevo “ministerio femenino” desarrollado y marcado por las mujeres? ¿Una alternativa al sacerdocio ministerial marcadamente masculino de dos mil años de antigüedad?  En este sentido, el Papa Francisco se pronunció el Papa Francisco en el documento del sínodo para la Amazonía, cuando mencionó el “surgimiento de otros servicios y carismas específicamente femeninos” [5].

Para mí se trata de lo siguiente: Dios actúa en las profundidades del alma y allí muestra sus deseos y prepara novedades para el futuro.

Nada de soluciones o recetas, sino experiencias

En todas estas cuestiones no tenemos soluciones que ofrecer desde Schoenstatt. Y esto es bueno; así podemos ayudar a buscar con honestidad. Pero tenemos (según las palabras del padre Kentenich) “principios” que podemos poner a disposición de la Iglesia. En todo caso no deberíamos poner nuestros principios encima de la mesa, sino introducir en las conversaciones nuestras experiencias en base a dichos principios.

Nosotros continuamos el camino del padre Kentenich. Pero no siguiéndolo a él, sino con él [6]. Su camino es nuestro camino. Nuestro camino es su camino. Esto puede regalarnos una cercanía espiritual más intensiva con él y entre nosotros. Un hermano de comunidad está muy conmovido con esto. El me escribió unas palabras y con ellas quiero terminar:

Es la época de formar una nueva comunidad de corazones con nuestro padre y fundador.

Padre, mi corazón en tu corazón.

Padre, tu corazón en mi corazón.

El corazón del padre late en mi corazón.

Escucho la voz del corazón y la expreso en palabras.

Mis palabras del corazón las pongo en juego, en mi vida, en mi comunidad, en mis relaciones, en la Iglesia.

 

 

[1] “Carta a José” en “El secreto de la vitalidad de Schoenstatt, parte 1, Espíritu y Forma”

[2] Instrucción de la Congregación para el clero: La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia (29.06.2020)

[3] Conferencia del 20 de abril de 1963 a un curso de los Padres de Schoenstatt. Citado por: King, Una presentación de su pensamiento en textos, tomo 3, “Comunidad de corazones“, págs. 60 a 69.

[4] El P. Kentenich habla de ser “oficial de enlace”.

[5] Querida Amazonía nº 102.

[6] En el lenguaje de Schoenstatt: no solo asemejamiento, sino también incorporación.

Original: alemán. Traducción: Rodolfo Monedero, Madrid, España

 

Crisis de Kentenich – Crisis de la Iglesia (1)

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1 Responses

  1. Felicitaciones por incluir el pensamiento de Alemania, con todo su peso. No basta la fuerza novedosa del retorno americano y africano,, necesitamos la fuerza moral y espiritual de Europa, en un modo sinodal. No sólo, especialmente, Alemania -también- Inglaterra, Francia, Italia y otros grandes portentos europeos. Esto en cuenta al comentario editorial.

    Respecto del texto del P. Kurt Faulhaber, me encantó su claridad y profundidad. Notable cómo se adentra en los instintos, sobrevivencia y sexual, dos ejes en los que se juega la fuente más primaria y antropológica de lo humano. Muy interesante su referencia que esto es esencial para nuestro Padre, porque allí se enraíza nuestro anhelo de amar y de ser amado. Maturana, famoso biólogo de neurociencia, señala que el bípedo se hizo humano cuando se hizo amoroso, decidió reemplazar la SOBREVIVENCIA por el AMOR y estuvo dispuesto a dar la vida por otro. Nuestro instinto de sobrevivencia mutó, lo mismo hizo nuestro instinto sexual que en todos los demás animales es estrictamente reproductivo y en nuestro caso mutó a un recurso para amar y ser amado. Quizás podemos hablar de reflejos más que de instintos, porque ambos funcionan con mecanismo distintos a los de los demás mamíferos que no tienen control alguno sobre su naturaleza. Ciertamente estos temas, que trae el P. Kurt son esenciales. Además nuestro Padre también trabajó pedagógicamente en las emociones, los afectos y las intuiciones; tres aspectos que la neurociencia ha ido develando y que nuestro Padre intuyó de manera notable. Las emociones -rápidas y pasajeras- se discute si es interacción del cuerpo con el medio o lo hacen los órganos de los sentidos, en cualquier caso en sus mecanismos hay productos biológicos en el flujo sanguíneo, especialmente adrenalina entre otras hormonas. Los afectos -tienen una decisión y son mucho más estables y permanentes en el tiempo- y aunque se anclan en emociones en ellos interviene la voluntad. Las intuiciones son un sistema de memoria de experiencias, que permiten que más del 80% de las decisiones cotidianas que tomamos, nuestro Padre también recoge de manera singular. La carta perlonga leída en este contexto es muy interesante.

    Nada de esto se contrapone con el valor de la voluntad y la razón, dos recursos extraordinarios que, con la autoeducación permiten adquirir y desarrollar habilidades extraordinarias.

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