ARGENTINA, Hna. M. Esther y Cecilia Mata •
El 8 de diciembre se reabrió el oratorio del hospital que está cerca del Santuario de Belgrano. Allí está la imagen de la Mater y la Cruz de la Unidad junto a Jesús Misericordioso.
Un poco de historia
El oratorio/capilla del Hospital Pirovano nació de la mano de las Voluntarias de María, y como fruto maduro del jubileo del 20 de enero de 1992.
A principios de ese año, la dirigente y fundadora de las Voluntarias de María, Sra. Raquel Sáenz Valiente, le pide a Mery Lenon que se ocupe del Hospital Pirovano. Allí no existía el voluntariado, y las Hermanas Hijas de María Inmaculada no daban abasto con todas las tareas pastorales y de atención a los pacientes y familiares internos. En el corazón de Belgrano R, y a cinco cuadras del Santuario Tabor de María, comenzaron a trabajar. Enseguida se dieron cuenta de lo esencial: “¡los enfermos no tienen dónde ir a rezar!” La Capilla de las hermanas no tenía acceso a ellos dados los desmanes y robos a la que era sometida, incluso usada muchas veces de vivienda transitoria.
Mery Lenon habló con el Director del hospital y, gracias a una generosa donación, construyeron un pequeño anexo junto al pasillo central. Después de un gran trabajo de evangelización y con el aporte al Capital de Gracias de los enfermos, las hermanas y los familiares, se bendijo el oratorio el 30 de noviembre de 1992 bajo la advocación de Nuestra Señora Madre y Reina tres veces Admirable, salud de los enfermos y consuelo de los afligidos. Posteriormente se recibió la autorización del ordinario del lugar para tener el Santísimo Sacramento.
Capital de gracias
Actualmente -después de 23 años- el Capellán, Padre Santiago Aduriz, tuvo la inquietud de reponer la imagen ya algo desteñida y arreglar el oratorio que comenzaba a tener filtraciones desde el exterior. La pastoral del Santuario hizo suya esta inquietud: se pintó interior y exteriormente, se renovó el altar donde una vez por semana se celebra la Santa Misa, se colocó la cruz de la unidad (por iniciativa del Padre Santiago y donada y conquistada por la rama de hombres), y se colocó una hermosa mayólica con la oración “Oh Señora mía…”. También fue colocada una imagen de Jesús Misericordioso y la bendición del Papa Francisco que expresamente otorga a los que ingresan en ese lugar santo. Las misioneras de la Mater peregrina y personas particulares, junto con las voluntarias, aunaron esfuerzos SOBRE TODO de un intenso Capital de Gracias.
Santa Misa y bendición del oratorio
El pasado 8 de diciembre, el obispo Mons. Alejandro Georgi, concelebró la Santa Misa junto al Capellán, Padre Santiago Aduriz, en la Capilla de las hermanas que está precisamente dedicada a la Inmaculada Concepción de María.
Mons. Georgi bromeó al comienzo cuando dijo: “Tengo una mala noticia para darles…” y, ante el estupor de todos los presentes, agregó “…¡la Virgen me persigue!”, haciendo referencia a su trayectoria desde que fue ordenado sacerdote ya que siempre fue destinado a parroquias dedicadas a la Inmaculada Concepción, incluso fue rector del Seminario Mayor Metropolitano de ¡la «Inmaculada Concepción»!
En consonancia con el comienzo del Año Santo de la Misericordia, y recordando el lema para este año “Misericordiosos como el Padre”, realizó dos pedidos especiales: uno en el momento en que oramos por nuestros difuntos, instó a orar para que durante este año se vacíe de almas el Purgatorio; el segundo pedido fue en el momento del saludo de la paz: que se tomara de la mano a la persona que estaba al lado y se pidiera para ella, “la esperanza, la compasión, la comprensión, la misericordia, la ternura y el perdón de Jesús”, como lo reiteró el Padre Aduriz más adelante.
Otro momento destacado fue cuando mencionó el sacramento de la reconciliación y recordó las palabras de uno de sus confesores: cuando confesamos nuestros pecados los entregamos, ya no son más nuestros, son de Jesús que dio su vida por nosotros.
Finalizada la Misa, se realizó una procesión rumbo al oratorio acompañada con cánticos y llevando las imágenes de las Peregrinas. Se volvió a bendecir el lugar y a invitar a que sea un refugio de paz para todos aquellos que recurran a María y a su Hijo en este Año de la Misericordia. Luego de la consagración a nuestra Madre, el obispo impartió la bendición a los presentes y pidió que se la llevara a todas las personas allegadas.
Por supuesto, en todo momento, los enfermos tuvieron un lugar privilegiado.
Video: Claudia Echenique, Buenos Aires. Fotos: Cecilia Mata, Buenos Aires.
