URUGUAY, Hna. Clara María Bercetche, vía www.schoenstatt.org.uy •
Cuando el Papa Francisco era obispo en la ciudad de Buenos Aires, ideó un pesebre móvil que recorría las grandes avenidas de la ciudad. —
Esta iniciativa inspiró un “pesebre en salida” en la ciudad de Nueva Helvecia. Lo organizamos colegio y parroquia.
El domingo 19, la camioneta que portaba a la Sagrada Familia y a los Reyes Magos partió desde nuestro santuario. Había sido adornada como una carroza campestre con detalles navideños. Los Reyes Magos portaban cajas con bolsitas para repartir en el camino, que contenían caramelos y una oración para bendecir la mesa navideña.
La camioneta avanzaba con un sistema de sonido propio que anunciaba la próxima Navidad, expresaba brevemente el contenido de la fiesta y alternaba con villancicos. Recorrió las principales avenidas de la ciudad y entró a los hogares de ancianos y a algunos barrios carenciados, hasta llegar a la plaza central.
La plaza se llenó de pastores y ángeles…
Allí se ofreció un espectáculo de baile interpretado por el ballet folklórico de Cufré y luego la representación del pesebre viviente. Habíamos invitado por radio a que todos los niños de la ciudad pudiesen participar vestidos de pastores o de ángeles. Así fue como la plaza de llenó de niños felices, acompañados por sus padres y abuelos.
Cuando llegó el momento culminante del nacimiento de Jesús, la niña que representaba a María lo levantó en alto y toda la plaza prorrumpió en un único aplauso.
No faltó el espacio para los Reyes Magos. Cuando aparecieron entre los árboles los niños con sus trajes multicolores y los que se habían arrimado por la curiosidad que no estaban en “el elenco”, corrieron a su encuentro. Luego quisieron sacarse fotos con ellos, junto al gran árbol de Navidad.
El mismo Niño Jesús salió esta vez, en compañía de su Madre, de san José y los Reyes, a buscar a la humanidad que lo necesita. Y fueron cientos y cientos los que agradecieron su paso, su bendición, su mensaje de esperanza.
