Publicado el 2010-07-03 In schoenstattianos

El confesor de la sonrisa se ha ido al hogar eterno

P. Johannes Weikamp +Padre Peter Nöthen/mkf. Muchos lo conocieron y lo recuerdan con gratitud como su confesor. Una pareja lo llamó espontáneamente «nuestro confesor sonriente» cuando se enteraron de su fallecimiento. El Padre Johannes Andreas Weikamp murió el domingo 27 de junio de este año y su funeral se celebrará el sábado 3 de julio a las 10:30 h. en la Iglesia de Peregrinos en Vallendar-Schoenstatt, donde él pasó sus últimos años como confesor, mediando el amor y la misericordia de Dios a gran cantidad de personas.

 

 


P. Johannes Weikamp +El Padre Weikamp hablaba a menudo de su vida a sus hermanos. Gustosamente empleaba las fechas especiales para celebrarlas con su comunidad. No se trataba de una manifestación de vanidad, sino de la ingenua alegría de una vida feliz rodeada del cariño de las personas y, en definitiva, de la benevolencia de la Divina Providencia. El expresaba su gratitud en su permanente y maravillosa sonrisa.

Una niñez protegida

Su vida puede enmarcarse en cuatro períodos bien marcados. Hijo de Bernhard y Josefine Weikamp, cuando nace en Bocholt el 29 de noviembre de 1926 y es bautizado al día siguiente en la iglesia parroquial de Nuestra Señora, la familia había participado a menudo en el sacramento del bautismo. Antes de Johannes, su madre había traído 10 niños al mundo, aunque tres de ellos no sobrevivieron a la infancia en los últimos días de la Primera Guerra Mundial y el tiempo que le siguió. Junto a su hermana Maria, dos años mayor, y su hermano Willi, diez años mayor, creció como un niño rodeado de cariño. Nunca le faltó el amor, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial, período en el cual terminó sus estudios y se matriculó en 1945 en el Gimnasio de Bocholt. Incluso, visto de otra manera, este tiempo difícil sirvió de sólido fundamento para su trabajo posterior. No fue llamado al servicio militar antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Vocación

En 1945, cuando tenía que tomar una decisión sobre su futuro, el Padre Heinrich Struth, Sacerdote de Schoenstatt, le habló sobre Schoenstatt y los Padres Pallotinos. Luego de un viaje pleno de aventuras a Schoenstatt, se encontró con el Padre Alex Menningen. Décadas más tarde el Padre Wiekamp se reía alegremente de la forma en que el Padre Menningen empleó información errada: él pensó que Johannes quería postular al Noviciado Pallotino. Aún cuando a Johannes la idea no le había pasado por la mente, siguió el plan y así comenzó el segundo período de su vida (1947-48) en el Noviciado Pallotino de Olpe.

Siguieron sus estudios en el Colegio Pallotino de Schoenstatt, donde Johannes asimiló las materias de estudio, pero sobre todo la espiritualidad mariana de Schoenstatt. El tomaba conscientemente como un regalo de la Providencia de Dios el hecho de haber sido conducido a un lugar de gracias mariano. Con gran sentido del humor le gustaba contar un encuentro con el Padre Kentenich, quien le preguntó sobre el avance de sus estudios. Cuando Johannes le respondió que pronto sería ordenado sacerdote, el Padre Kentenich se mostró sorprendido por su juventud y bromeó con él al respecto. El Padre Weikamp resumía la experiencia de su vida con una profunda observación: «Yo siempre fui joven y siempre mi vida fue conducida hacia su meta; yo sólo tuve que decir «sí», al igual que la Santísima Virgen en la Anunciación». A lo largo de su vida continuó agradecido y muy unido a la comunidad pallotina a la que debía sus estudios. Incluso durante sus últimos años y afectado por problemas de salud, jamás dejó de viajar desde Schoenstatt a Limburg para asistir al funeral de un hermano de comunidad.

Sudáfrica

El Padre Johannes fue ordenado sacerdote el 27 de julio de 1952 por el Obispo Bernhard Stein, de Trier. En mayo de 1853 viajó a las misiones en Sudáfrica. Le fue fácil aprender inglés y su dialecto de origen (él venía del Norte del Rhin) le ayudó a dominar rápidamente el Afrikaaan. Con esta preparación pasó la primera época de su fecundo sacerdocio desde 1955 a 1970 en Hot Spring. Hasta su muerte, aprovechó cada oportunidad para comparar sus experiencias recientes con esos quince años y sacar sus propias conclusiones. Su interés se centró en dos grupos muy diferentes: como un misionero clásico, trabajando junto a los hermanos pallotinos, y como sacerdote entregado a los problemas de su pueblo – él se ocupó también de los asuntos matrimoniales – amó a los afrikaans y a los negros con afecto y sinceridad.

Junto a la Hermana Laetitia, una Hermana de María de Schoenstatt, su dedicación y cariño lo entregó a una comunidad de Hermanas fundada por el Obispo Bruno Hippel SAC, que quería asimilarlas a las Hermanas de María. En 1965, cuando fue se fundó la Comunidad de los Padres de Schoenstatt, supo inmediatamente dónde estaba su vocación. Pese a todo, en una conversación con el Padre Kentenich en Schoenstatt, le prometió permanecer junto a las Hermanas de Sudáfrica hasta que el Padre solucionara su problema visitando nuevamente Sudáfrica. Sin embargo, el Obispo Manfred Gottschalk SAC, sucesor de Monseñor Piel, terminó inesperadamente con el experimento de las Hermanas locales. Esto, sumado a la muerte del Padre Kentenich en 1968, significó un brusco cambio en la vida del Padre Weikamp. Consideró finalizada su labor en Sudáfrica (dos de las hermanas de la comunidad local habían ingresado a las Hermanas de María) y regresó a Schoenstatt donde se unió a la nueva comunidad de los Padres de Schoenstatt.

Confesor en Schoenstatt

La cuarta y más prolongada época de la vida del Padre Weikamp la vivió en Schoenstatt trabajando allí con los Padres de Schoenstatt. Por más de 30 años se dedicó casi exclusivamente a los peregrinos ejerciendo la pastoral de la confesión. Por años se le podía ver en Schoenstatt en su bicicleta, sonriendo y saludado a todo el mundo en su camino al confesionario, o desde allí al Santuario Original, que visitaba todos los días. Sólo cuando tenía casi ochenta años y sus fuerzas empezaron a fallar, tuvo que renunciar a su trabajo de consejo y perdón en el nombre de nuestro Señor. El resto de su vida terrena lo dedicó al apostolado de la correspondencia, recibiendo todas las peticiones a nuestra Señora en el Santuario de Sión.

En sus últimos años tuvo que enfrentar discapacidades físicas y en parte también un deterioro mental. Se sorprendía y no lograba entender por qué no podía hacer bien muchas cosas. Poco a poco fue comprendiendo que médicamente no había formas de ayudarlo. Se fue debilitando y en diciembre fue necesario trasladarlo a un asilo de ancianos. Gracias a Dios fue posible encontrar en Schoenstatt un lugar para él, lo que hizo menos difícil el aceptar el traslado. Nuestro más sincero agradecimiento a cada una de las personas que lo ayudó en esta, la última parte de su jornada.

El sábado 26 de junio hubo que llamar a los servicios de emergencia porque estaba con dificultades respiratorias y tuvo que ser trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Militar de Coblenza. Allí le fue diagnosticada una parálisis intestinal, probablemente provocada por el mal de Parkinson. Se realizó una operación de emergencia, pero estaba demasiado débil y falleció en el quirófano.

Que el Padre Celestial reciba con una sonrisa al Padre Johannes Weikamp y le permita compartir, con su alegría de niño, celebrar las glorias del cielo.

Traducción: Carmen Rogers, Santiago, Chile

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