El martes 14 de abril concluyó el 3er Seminario Internacional de Comunicación de la Iglesia: «Comunicando en una cultura de incertidumbre» que se realizó en la capital chilena. El encuentro, organizado por la Conferencia Episcopal de Chile en conjunto con la Pontificia Universidad Católica y DuocUC, (http://www.duoc.cl/ y http://www.duoc.cl/secom-iglesia-2015) debatió sobre la gestión de la comunicación de la Iglesia en un contexto cultural en transformación.
En el acto inaugural, el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Cardenal Ricardo Ezzati, destacó la importancia de la comunicación en la misión de la Iglesia. De igual manera, el secretario general de la CECh, Mons. Cristián Contreras V., al referirse a la temática de este seminario, señaló que la «incertidumbre puede significar muchas cosas. Puede significar perplejidad ante los nuevos tiempos, ante la celeridad de las noticias. Pero también, un escenario de sospechas y de desconfianzas, como las que vivimos en Chile hoy. Entonces, queremos vernos cómo estamos nosotros al interior de la Iglesia, pero también queremos, con mucha sencillez, ser una ayuda y un aporte para que la convivencia nacional sea más humanizante».
La Iglesia se mueve en un contexto de testimonio personal
A su vez, el Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio María Celli, en el mensaje dirigido a los participantes del Seminario, remarcó que en momentos de dificultades como las que vive la Iglesia chilena, el desafío es el de «dar testimonio de Jesucristo», teniendo presente el concepto planteado por Pablo VI, que ha sido retomado por el Papa Francisco, que «la Iglesia, en el contexto de la comunicación, no se mueve por la publicidad, con anuncios comerciales. La Iglesia se comunica, se propaga, se manifiesta, por contagio», que significa que todo «se mueve en un contexto de testimonio personal».
Según explicó, el desafío más grande en el camino de la comunicación en «un momento difícil para el mundo» caracterizado por «un momento de pensamiento débil» es que «la Iglesia debe jugar un papel de gran servicio».
Para Mons. Celli, los comunicadores deben también desarrollar una actitud de servicio, recordando el ejemplo dejado por Jesús, que en el jueves santo se puso a «lavar los pies a sus discípulos», lo que «nos dice de una manera tan clara que si Él, el maestro, ha hecho esto, nosotros los discípulos tenemos que hacer lo mismo en el mundo de hoy».
Insistió en que en «el mundo de hoy la Iglesia debe jugar un papel de diakonía profunda; una diakonía de la cultura, donde una vez más se pone al hombre y a la mujer de hoy en el centro, y la Iglesia debe dejarse llevar por este sentimiento».
En la comunicación la Iglesia vive una dimensión del buen samaritano
Recordó un fragmento del mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2014, cuando remarcaba que «en la comunicación la Iglesia vive una dimensión del buen samaritano» e insistió en que esa actitud debe caracterizar a los comunicadores, que deben mantenerse siempre atentos «de los más humildes, de los más pobres, de los últimos» y que «en esta promoción de una cultura del encuentro, la Iglesia debe jugar este papel de servicio».
«Yo creo, amigos míos, que en toda nuestra dimensión comunicativa tenemos que redescubrir qué significa para nosotros vivir la espiritualidad del buen samaritano. Ir al encuentro para responsabilizarse de los últimos, de los hombres y de las mujeres de hoy, hacia los cuales tenemos que mostrar este rostro maternal de la Iglesia, una Iglesia que se acerca, una Iglesia que acompaña el camino de los hombres y de las mujeres de hoy con una gran simpatía», remarcó Mons. Celli.
