Publicado el 2014-06-25 In Temas - Opiniones

“Esto es la quintaesencia de Schoenstatt”

EN POCAS PALABRAS, P. Joaquín Alliende Luco. El Fundador y Günter Boll visitaban una casa de la comunidad sacerdotal del Verbo Divino. Son recibidos cordialmente y, en el recorrido de la casona, les van también explicando el sentido de algunas representaciones religiosas. Ya en el camino de vuelta, nuestro padre le comenta a Günter: “Hemos visto un gran número de imágenes del Espíritu Santo”. Y agregó: “En nuestras casas no pondríamos tantas representaciones de una de las Tres Personas. Nosotros podemos acentuar, por algún tiempo, el vínculo a una de Ellas, pero siempre en relación al dinamismo continuo de Dios Uno en Tres”.

Günter, ya entonces lúcido teólogo, no olvidó nunca esta observación, muy actual al celebrar el centenario, puesto que nuestra forma específica de contemplar y vivir el misterio trinitario, estará en  el centro de las próximas grandes celebraciones en Schoenstatt y en Roma. En ambos lugares recibiremos la llamada cruz de la misión. Éste será signo de nuestro carisma identificante al servicio del pueblo de Dios.

En el metal de este crucifijo aparecen el ojo simbólico del Padre, el cuerpo muerto-resucitado de Cristo y el Espíritu Santo que brota de la herida del lanzazo, según el texto de san Juan: “Y al instante salió sangre y agua” (Jn 19,34). María, con el cáliz alzado, es un ícono personal de su  propio misterio y es un ícono esponsal de la Iglesia, nueva Eva junto al nuevo Adán. Entonces, el memorial misionero de nuestro centenario, será una hermosa imagen trinitaria, patrocéntrica, crística, espiritífera de la Iglesia marianamente corredentora del mundo.

Claro que Schoenstatt es cristocéntrico, pero preferimos decir: “Schoenstatt es cristomístico”, acentuando y manifestando nuestro vivir injertados hondo en la Persona de Cristo Jesús, girando siempre en torno a la Persona Centro, que es el Padre. Nos movemos en este Infinito Círculo en la Persona del Hijo, somos “hijos en el Hijo”, impelidos por el aliento de alma y fuego del Espíritu Santo.

Desde el 18 de Octubre de 1914,  Schoenstatt, al ser kentenijiano, pronuncia su identidad carismática, orando con dos versículos que el Fundador llamó “quintaesencia de nuestra espiritualidad”: “Únenos en santa tri-unidad, y así caminaremos en el Espíritu Santo hacia el Padre” (HP 172).

P. Joaquín Alliende L.

La Cruz de la Unidad, la cruz de Schoenstatt

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“Esto es la quintaesencia de Schoenstatt”

EN POCAS PALABRAS, P. Joaquín Alliende Luco. El Fundador y Günter Boll visitaban una casa de la comunidad sacerdotal del Verbo Divino. Son recibidos cordialmente y, en el recorrido de la casona, les van también explicando el sentido de algunas representaciones religiosas. Ya en el camino de vuelta, nuestro padre le comenta a Günter: “Hemos visto un gran número de imágenes del Espíritu Santo”. Y agregó: “En nuestras casas no pondríamos tantas representaciones de una de las Tres Personas. Nosotros podemos acentuar, por algún tiempo, el vínculo a una de Ellas, pero siempre en relación al dinamismo continuo de Dios Uno en Tres”.

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