ARGENTINA, P. Guillermo Mario Cassone. Estamos culminando el año de la corriente del Santuario y comenzando el año de la corriente misionera. Si miramos hacia atrás tenemos tanto para agradecer ya que realmente hemos vivido con entusiasmo y esfuerzo una corriente de vínculos con los Santuarios, Ermitas y Santuarios del hogar. Nos hemos arraigado en ellos, aportando al Capital de gracias, peregrinando y vinculando a muchos peregrinos a estos lugares de gracias.
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Ahora nos toca mirar al futuro y partir del Santuario con la gracia del envío misionero, siempre caminando en Alianza, en las huellas del Padre y unidos solidariamente como Familia.
Vivir con una mística misionera
Ante todo precisamos vivir con una mística misionera, que es una actitud del corazón cultivada concientemente en la oración y aplicada en la vida diaria a través de la autoeducación. Aquí cuenta también la conciencia de misión y de ser instrumentos en manos de María, Madre y Reina que nos educa y envía.
Iniciativas misioneras
De esa actitud surgirán iniciativas misioneras de todo tipo según el Espíritu Santo nos inspire y dejándonos conducir por la fe práctica en la Providencia. Iniciativas personales en las que nuestra creatividad se manifieste, otras comunitarias sumándonos a los hermanos que compartan las mismas tareas.
Algunas serán menos visibles y otras tendrán mayor exposición, pero eso es secundario, lo importante es realizarlas.
Modelos misioneros
El encuadre nos lo marcan los modelos misioneros, comenzando por el gran misionero enviado por el Padre Dios que es Jesús. Junto a Él está María, a quien llamamos la gran misionera.
Y luego los apóstoles y discípulos que parten del Cenáculo.
Toda la historia de la Iglesia nos regala grandes santos que misionaron en su tiempo y cultura, cuyo listado sería enorme.
En nuestro carisma propio, el gran modelo es el Padre y Fundador, que desde ese 18 de octubre de 1914 nunca dejó de misionar hasta el 15 de septiembre de 1968, cuando partió a la Casa del Padre. No solo misionaba, sino que creó una familia que es misionera por definición e identidad.
Dentro de los miembros de Schoenstatt cito un solo ejemplo de los miles que se podrían nombrar y es Don João Pozzobon, que con una gran fidelidad y creatividad se entregó con todas sus fuerzas a llevar la Imagen peregrina a todas partes, consciente que es María la que actúa.
¿Qué más puedo hacer?
Resumiendo, quiero destacar que cada uno de nosotros debe preguntarse que más puedo hacer o como puedo mejorar lo que ya estoy haciendo, para que el año de la corriente misionera signifique un cambio real en mis actitudes y en los actos misioneros, vividos en Alianza con María y con la gracia del envío.
¡Dios nos bendiga para contagiar a todos el fuego misionero!
