Publicado el 2010-05-07 In Temas - Opiniones

Es hora de ser santos en la vida diaria

8 de mayo, Santuario OriginalDiego Asili. Si nos ponemos a buscar los inicios de las discrepancias entre políticos e Iglesia, seguramente nos remontaremos hacia los siglos XI o XII en donde Gregorio VII o Urbano II decidieron tomar posturas firmes, al momento en que los jefes políticos de ese entonces, los reyes, que eran también autoridades eclesiásticas, se estaban tomando atribuciones no correspondientes. Según mandato divino ellos querían nombrar y disponer obispos arbitrariamente a fin de obtener beneficios personales.


La Iglesia, una institución de más de 2000 años, siempre ha sufrido todo tipo de ataques, desde dentro y desde fuera. De parte de altos clérigos y de oportunistas idóneos. La mayor quizá, o la que más estamos sintiendo actualmente, fue la crisis protestante, pero no hay que olvidar al mahometismo, el maniqueísmo, arrianismo, entre otras. Lo que el protestantismo logró fue separar a la Iglesia en dos fracciones, desprestigiando la universalidad y quitando credibilidad en la institución. Secularizando el mundo.

Ante cada una de estas crisis la Iglesia salió adelante, la Iglesia pudo continuar, y por lo general, más fuerte de lo que era. «Lo que no te mata te fortalece». Sin dudas que la Iglesia estuvo muchas veces a punto de padecer, pero tocó fondo y resurgió.

Motivos no faltan: Cristo es la Verdad. La Revelación nos da las pautas para lograr la felicidad, algo tan extraordinario no puede morir jamás. Pero en cada uno de esos momentos fue necesario que la Iglesia, es decir los sacerdotes y laicos carguen con sus errores, los enmienden y avancen, expongan sus vidas por lo que creen, amen a más no poder. Se esfuercen.

En cada crisis aparecen nuevos santos

Se dice que en cada crisis aparecen nuevos santos. Estamos en crisis. ¿Qué esperamos para luchar por lograr la santidad? ¿Qué esperamos para poder aportar todo nuestro amor por el bien de la Iglesia? ¿Por instaurar el reino de Dios?… Los hombres somos extraños, nos ofrecen la felicidad eterna, y dudamos. Nos ofrecen un auto a buen precio y somos capaces de hipotecar nuestras vidas.

Si cada hombre de los pocos católicos que van a misa todos los domingos viviera testimonialmente su vida cristiana, la delincuencia comenzaría a disminuir, la pobreza se erradicaría y las Iglesias estarían llenas a más no poder. La posibilidad de lograr esto está en nuestras manos. En las manos de los laicos. Dejémosle de exigir a las altas autoridades eclesiásticas cuando nosotros no hacemos lo que debemos hacer para salvar a nuestra sociedad de la muerte. Porque un mundo sin Dios es la muerte.

Es hora de una cultura de la Alianza

Esta mañana me desperté con la aprobación por parte de la cámara de diputados del matrimonio homosexual. ¿Qué hicimos los católicos para salvar los valores del ser hombre y ser mujer? ¿Qué hicimos para que se decida porque sí cambiar el modelo de la Sagrada Familia por dos hombres o dos mujeres? ¿Qué hicimos los laicos argentinos para pedir que esta ley se anule? Cada día abro mi correo electrónico y recibo e-mails para mandar a los diputados para que voten en contra de alguna ley que estropea al medio ambiente o esas cosas. En estos momentos en la Argentina se está atentando contra las familias. ¿Qué hacemos al respecto?

Es hora de abrir los ojos, de ser inteligentes, de dar nuestra vida al amor y en amor de Cristo. Es hora de ser santos en la vida diaria. Es hora de ser santos en el trabajo, en la escuela o la institución que nos corresponda. Es hora de ser santos en la familia, en el noviazgo y en todo tipo de vínculo al que estamos inmersos. Es hora de que los laicos nos involucremos en la política, es hora de que nos involucremos en la justicia, es hora de que ocupemos el lugar que abandonamos quien sabe por qué hace mucho tiempo. Quizá sea hora de que dejemos de pensar cómodamente y empecemos a actuar pensando en nuestra Patria, la Patria que queremos dejar a nuestros hijos, y la Patria que queremos para nosotros.

2 Responses

  1. Alejandro dice:

    Diego, me sorprende lo que has crecido, y el pensamiento de sentirte iglesia en todolo bueno pero tambien en lo otro , nuesta querida iglesia esta pasando una dura prueba,seguramente el buen Dios nos quiera enseñar algo ,no se quizas no seamos buenos alumnos,pero te aseguro que vamos a triunfar solamente si nos unimos todos bajo el manto de nuestra Santa Madre ya que nada sin ti ni nada sin nosotros.Te quiero Papa.

  2. Cristina dice:

    Estimado Diego, siempre es hora de ser santos y en cada pequeño detalle de la vida cotidiana. Adhiero vivamente a sus palabras, pero también pido oraciones por nuestra Iglesia y sus pastores, particularmente por los locales, para que cumplan valiente y virilmente su deber, y hablen claro, porque "la mayor caridad es la Verdad", y entre los católicos hoy reina la confusión. Y si deseamos una Argentina para todos, para que nadie quede excluido, lo primero es no excluir a nadie de la Verdad, que es la Verdad católica. Cada laico tiene sus obligaciones, pero cada pastor también tiene las suyas. Recemos pues, por los sacerdotes y obispos de nuestra Argentina, para que en este año sacerdotal se conviertan y liberen su corazón de los falsos respetos humanos que les hacen hablar tan ambiguamente muchas veces. Pero recemos mucho por ellos, porque a pesar de todas sus limitaciones, es mucha y muy pesada la carga que llevan es sus espaldas. Dános, Mater, sacerdotes santos.

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