JMJ LISBOA 2023, María Fischer
“La Iglesia tiene espacio para todos”, dijo Francisco a los miles de jóvenes congregados en la tarde del jueves 3 de agosto. La bienvenida al Papa y a los jóvenes de todo el mundo tuvo lugar en el Parque Eduardo VII, en la llamada Colina do Encontró. Un entusiasmo compartido entre el Papa y los jóvenes. Se agitan las banderas, se ven lágrimas de alegría, se canta a plena voz. Una iglesia que canta no está muerta.
Es el momento culminante de un día lleno de encuentros, encuentros en el verdadero sentido de la palabra. Destacamos tres en este día lleno de encuentros.
Encuentro con jóvenes de Ucrania
Antes de abandonar la Nunciatura, el Papa Francisco se reunió con un grupo de quince jóvenes peregrinos de Ucrania acompañados por Denys Kolada, consultor para el Diálogo con las Organizaciones Religiosas del gobierno ucraniano. Es increíble, jóvenes de un país asaltado, bombardeado, un país con ciudades destruidas y tantas familias llorando la muerte de familiares, amigos, vecinos… Tras escuchar sus conmovedoras historias, el Papa dirigió a los jóvenes unas palabras y manifestó su cercanía en el dolor y la oración. El grupo ofreció a Francisco una bandera de Ucrania al final del encuentro, y el Papa y los jóvenes recitaron juntos el Padre Nuestro, con el pensamiento dirigido a la martirizada Ucrania.
Si la fe no genera estilos de vida convincentes, no hace fermentar la masa del mundo
Oasis. Expresión muy querida en nuestro Schoenstatt … y eliminada rigurosamente hace años en las publicaciones de schoenstatt.org. La vocación del schoenstattiano, como la de cada cristiano, es salir, es ir hacia las periferias… no buscar un oasis fuera de la realidad del mundo.
Es el mensaje que el Papa da a los estudiantes este día:
Exige, anima, motiva a los estudiantes – y a cada uno de nosotros, a todos que se identifican con una “Iglesia en salida”:
Jesús nunca cierra la puerta, nunca
Al final ha llegado el encuentro tan esperado: los jóvenes y el Papa, juntos. Entraron las banderas de los países de los diferentes jóvenes presentes. La Cruz Peregrina y el Ícono de Nuestra Señora Salus Populi Romani, símbolos de la JMJ, partieron del centro de la Colina do Encontro y subieron por los corredores centrales. Mientras la Cruz se dirigía hacia el altar, Tiago Bettencourt interpretó la canción «Viagem» (Viaje).
El Papa vuelve a pronunciar el mensaje de la Iglesia de todos, abierta a todos, que ya escuchamos en el Monasterio de los Jerónimos: el mensaje del “todos”, como escribe el P. Rafael Moto desde la Colina del Encuentro. El mensaje de un día en una palabra, el mensaje talvez de toda una Jornada Mundial de la Juventud, de todo un pontificado: Todos.
Amigos, quisiera ser claro con ustedes, que son alérgicos a la falsedad y a las palabras vacías: en la Iglesia hay espacio para todos. Para todos. En la Iglesia ninguno sobra. Ninguno está de más. Hay espacio para todos. Así como somos. Todos. Y eso Jesús lo dice claramente. Cuando manda a los apóstoles a llamar para el banquete de ese señor que lo había preparado, dice: «Vayan y traigan a todos», jóvenes y viejos, sanos, enfermos, justos y pecadores. ¡Todos, todos, todos! En la Iglesia hay lugar para todos. «Padre, pero yo soy un desgraciado, soy una desgraciada, ¿hay lugar para mí?». ¡Hay lugar para todos! Todos juntos, cada uno, en su lengua repita conmigo: Todos, todos, todos. No se oye, ¡otra vez! Todos. Todos. Todos. Y esa es la Iglesia, la Madre de todos. Hay lugar para todos. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos…”
Palabras que deberían estar puestos en las puertas de cada iglesia:
Palabras que deberían ser dichas a cada joven, a cada anciano, a cada enfermo, a cada persona que siente fracasos en su vida:
Gracias, Dios, por nuestro Papa Francisco de la Iglesia abierta a todos, de la Iglesia de brazos abiertos, de la Iglesia Madre.
DISCURSO DEL SANTO PADRE Todos los textos y videos – JMJ 2023 Lisboa