ROMA, Maria Dolores Congiu. No ha sido tan simple estar presente en San Pedro para la Vigilia de Oración convocada por el Papa, justamente en el Aniversario de Bendición del Santuario de Belmonte, en Roma. No era cuestión de programar sino más bien de improvisar.
Antonieta, una conocida mía, siempre está dispuesta a participar de estas celebraciones en Belmonte. Como va con su auto yo también puedo participar. Esto es para mí una enorme ventaja, porque de otro modo tendría que calcular dos horas de viaje más la dificultad de no poder tomar el tren de retorno después de cierta hora. Cuando le sugerí ir a San Pedro, después de la fiesta del Santuario, me respondió que sería mejor participar de una sola cosa pero bien. En el fondo tenía razón…
La fiesta en el Santuario comenzaba a las 16.30 hs., la Santa Misa a las 18.30 hs. Los otros años la Misa fue celebrada generalmente a las 17 o 17.30 hs. ¿por qué este año fue tan tarde? Preguntamos a la gente que estaba allí si alguno tenía un lugar en el auto, pero todos respondían que venían de los alrededores y estaban a pié. Las Hermanas de María no tenían más lugar (menos mal, porque partieron más tarde). Lo mismo las Hermanas de la casa donde vivo (menos mal porque el chofer se olvidó de ir a buscarlas). Finalmente encontramos la solución: enseguida después de la Comunión (era cerca de las 19.30 hs.) Antonieta me llevó en auto hasta la parada más cercana. El viaje del micro hacia la ciudad fue rapidísimo y cerca de las 20 hs. solo me quedaba caminar el último tramo hacia San Pedro.
TODO EL VIAJE FUE VIGILIA DE ORACIÓN
De todos modos, ya desde las 19 hs. me había unido espiritualmente a la Vigilia, y el viaje atravesando toda Roma ( de norte a oeste) hacia el Vaticano era para mí ya participación. Yendo hacia San Pedro veía muchas personas regresando a sus casas, eran probablemente aquellos que habían estado allá, toda la tarde. Eso significaba que pronto llegaría a la Columnata. Después de pocos minutos la policía nos invitó a entrar a la Plaza. No podía creer que tenía el obelisco a mi derecha, y que podía seguir desde cualquier lugar de ese espacio abierto, la celebración.
Mientras tanto se habían hecho las 20.30 hs. He podido participar de la Oración una hora entera, fue muy sugestivo y emocionante poder ver las llamas que se encendían y se elevaban del incensario. Más no podía quedarme porque debía llegar a tiempo para tomar el último tren.
Antonieta pensando en los 15 Km, sin tren, vino a buscarme. También el viaje de regreso fue en unión espiritual con el Papa Francisco.
Antonieta me dijo con ánimo sincero que Dios comprende que no pudimos hacer todo, a lo que respondí que los traductores y todos los del Team de schoenstatt.org, que hicieron tanto para motivar la participación en esta Vigilia estarían muy contentos de saber que una de nosotras estuvo presente por todos en San Pedro, “live”….
Original: Italiano. Traducción: Rosita Ciola, El Palomar, Argentina
