PORTUGAL, Lena Castro Valente •
Este 13 de marzo se cumplen 10 años del pontificado de Francisco. Recuerdo exactamente dónde y con quién estaba en los larguísimos minutos que antecedieron a la llegada del nuevo Papa a la logia de la basílica de San Pedro. ¿Quién sería? ¿Quién habría resultado electo? Yo tenía una misa programada en mi parroquia para las 7 de la tarde, en memoria de mi querida madre. El nuevo Papa no aparecía, el tiempo fue pasando y pronto me di cuenta de que no iba a llegar a tiempo a misa. Finalmente, “Annuntio vobis gaudium magnum. Habemos Papam”: Jorge Mario Bergoglio, que sería conocido simplemente como Francisco, porque los sufijos I, II o III son para los reyes. —
El solo nombre que escogió anunciaba ya toda una declaración de intenciones. Este nuevo Papa se presentó a sí mismo como obispo de Roma y pidió humildemente que rezáramos por él y nos deseó una buena cena. Intuí que estaba llegando un nuevo amanecer a la Iglesia. Por supuesto, llegué tarde a misa, pero fuimos mi esposo y yo los que anunciamos al párroco y a la comunidad la identidad del nuevo sucesor de Pedro.
Los tres pilares fundamentales del ministerio de Francisco
En estos diez años hemos presenciado la implementación sustancial del Concilio Vaticano II en la vida de la Iglesia y una consiguiente renovación que, como una barca (como al P. Kentenich le gustaba decir) se ha dejado henchir sus velas por el viento fuerte del Espíritu Santo, con un excelente timonel – Francisco, que no tiene miedo de arriesgar y la conduce hacia lo alto o mar adentro (Duc in Altum), dejando atrás las aguas menos profundas y más conocidas, abandonando la navegación de cabotaje para conducirla a las nuevas playas. El Papa de la sinodalidad no va solo en la barca, no le gusta caminar solo sino con todos: que él los considera hermanos y amigos, pero nunca adversarios. Nuestro fundador también profesaba la misma actitud.
Podemos decir, de una forma simplificada, que este pontificado se asienta en tres pilares fundamentales: los pobres, la paz y la Creación.
Audiencia jubilar 2014
“No te olvides de los pobres”
Estas palabras del cardenal brasileño D. Claudio Hummes, dichas en el momento en que lo abrazó para felicitarlo por la elección – fue el primero – tuvieron un fuerte impacto en Jorge Bergoglio y lo llevaron a la singular elección del nombre con el que quería ser conocido (no olvidemos que Bergoglio es Jesuita), el nombre del Pobrecillo de Asís.
El misterio de la misericordia impregnó a toda la Iglesia con obras y señales concretas…
“…el amor y la misericordia infinita de Dios para con sus hijos son tal vez el mayor punto de encuentro entre el Papa Francisco y nuestro padre fundador. Los dos tienen el mismo deseo, la misma convicción: que este mensaje de misericordia llegue al hombre de hoy, que tanto la necesita” (Palabras del P. João Pablo Catoggio en el 22 aniversario del santuario de Sion en 2016).
“Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado”. (Misericordiae Vultus – 11/4/2015)
Con esta bula, Francisco anunció un Jubileo Extraordinario de la Misericordia que transcurrió del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016. El Papa quiso, por medio de varios gestos concretos, que la Iglesia llegase a todos, de manera que pudiesen experimentar actos de ternura, interés y cuidado. “Una segunda perspectiva estará dada por algunos signos que el Papa Francisco realizará en forma simbólica dirigiéndose a algunas “periferias” existenciales para testimoniar de persona la cercanía y la atención a los pobres, a los que sufren, a los marginados y a cuantos tienen necesidad de ternura”. (Conferencia de presentación del Año Santo de la Misericordia)
Navidad en el campamento de migrantes en San Felipe, Chile
El Papa sin fronteras existenciales
Hablar de Francisco es hablar de la Iglesia en salida, es hablar del cuidado para con las periferias existenciales, es hablar de la Iglesia como un hospital de campaña, donde todos son acogidos sin preguntas, sin prejuicios, sin distinciones de credo… Hablar de Francisco es hablar de obras de misericordia concretas, que llegan como capilares a los tejidos más recónditos del organismo social.
Hablar de Francisco es hablar de un Papa que abre y bendice una puerta santa de la Caridad en un refugio de Cáritas en Roma, con lo que la hizo tan santa como la puerta de la Basílica de San Pedro. “Francisco abrió la Puerta Santa de la Caridad en ocasión del Jubileo de la Misericordia en el refugio de Cáritas ‘Don Luigi Di Liegro’ adyacente a la estación ferroviaria de Termini, en el centro de la capital italiana”. Una cafetería para los que no tienen nada qué comer y que también están sedientos de amor y ternura. Ahí celebró la Eucaristía el Papa como lo hubiera hecho en San Pedro.
Hablar de Francisco es hablar de su preocupación por los sintecho de la Plaza de San Pedro. Para que pudiesen también tener acceso a cuidados de salud, abrió una clínica junto a las instalaciones sanitarias y a la peluquería. La afirmación de nuestra dignidad pasa también por los cuidados de higiene básicos que damos a nuestro cuerpo.
Hablar de Francisco es hablar de los Viernes de Misericordia, en los que, frecuentemente por sorpresa, visitaba a aquellos a los que nadie recuerda visitar porque no tienen estatus y con los que incluso sería mejor mantener la distancia.
Hablar de Francisco es hablar del Papa de los Jueves Santos en las prisiones, celebrando lejos de las miradas públicas, para preservar el derecho a la intimidad de los detenidos, y donde el credo que se profese no implica exclusión, sino un acto de servicio que viene del Papa mismo.
Hablar de Francisco es hablar de la Jornada Mundial de los Pobres, lanzada por él y cuya primera edición, en 2017, tenía como lema: “No amemos con palabras, sino con obras”.
Hablar de Francisco es hablar de su preocupación y defensa de los migrantes, siendo Iglesia en salida y exhortando a acogerlos y dando él mismo el ejemplo, clamando Urbi et Orbi para que los gobiernos y los gobernantes atiendan este problema social y ayuden a resolverlo. Desde el inicio de su pontificado esta Jornada Mundial del Migrante y de los Refugiados se destaca para que no lo olvidemos. Con ese propósito, el Papa Francisco presentó este domingo 29 de septiembre, Jornada Mundial del Refugiado, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, una gran escultura de bronce que representa una barca con migrantes y refugiados de todos los pueblos y épocas.
Hablar de Francisco es hablar de un transparente de la misericordia de Dios.
100 casas solidarias
Alianza solidaria de los schoenstattianos con el Papa Francisco
Desde el primer momento de su pontificado, Francisco ocupó las páginas de schoenstatt.org y el corazón de los schoenstattianos. Algunos incluso lo conocían personalmente o habían tenido contacto con personas cercanas a él. No fue, por lo tanto, una sorpresa para ellos este Papa con olor a ovejas, que no se limitaba a peinarlas, sino que participaba de su vida y dificultades. Francisco es el arzobispo de las Villas, el arzobispo que andaba en los transportes públicos, que vivía en una habitación en la catedral para estar más cerca de todos. Francisco es el Papa que llama “madre” a María: “Ella es mi madre”.
Por todo esto, dicho de una forma breve: ¡parecia tan “schoenstattiano”. El centro de nuestra espiritualidad es la alianza de amor con María, y él seguía pidiendo que rezáramos por él, lo que en realidad es como un leitmotiv suyo. ¿Y si reforzamos las oraciones con una alianza solidaria con él? También porque el camino emprendido comenzaba a estar plagado de espinas.
Así se concretó la alianza solidaria de los miembros de schoenstatt.org con Francisco el 31 de mayo de 2013 y que se renueva todos los años en la misma fecha: 31 de mayo. El Tercer Marco Histórico de Schoenstatt – la misión. Schoenstatt en salida.
¿Qué gesto concreto podríamos asociar a esta alianza solidaria? ¡Tendría que ser una obra de misericordia!
Así nació el proyecto de las 100 casas para familias extremadamente necesitadas en Paraguay.
“En medio de una reunión de trabajo, una reportera – perteneciente al Movimiento de los Focolares– me preguntó de repente: ‘Ustedes en Schoenstatt ¿qué hacen en concreto en el Año de la Misericordia?’ ‘Construimos 100 casas para familias pobres’, respondí. Se hizo un silencio y después comentó: ‘Qué concreto’”.
“En la vida real nos preguntan: ¿Qué hace Schoenstatt? ¿Qué hace por nosotros? … “tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser alimentados, vestidos, alojados, visitados”. Eso es lo que Jesús nos preguntará en aquel día y le diremos: “Jesús, construimos casas para tus preferidos, para 200 familias tuyas… Construimos casas para ti”. (María Fischer)
Y es que las casas no se quedaron solo en 100, sino que llegaron a 217, en alianza solidaria con Francisco.
Cien casas solidarias
Original: portugués. 7.2.2023. Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México
Pequeña aclaración: el «sufijo» (como lo llama la autora) I, II, etc. que sigue al nombre del Papa, de un rey o de un hijo homónimo a su padre (o a sus abuelos…) no indica realeza.No se usa para el primero que lleve el nombre mientras no haya un homónimo. (caso de Juan Pablo II). Excelente relato. Recemos por el Papa.
HMA , gracias por la aclaración….pero quién lo dijo fue el mismísimo Francisco cuando fue preguntado por el nombre y alguién ha dicho Francisco I…no, no, eso es para los reyes. Francisco a secas.