Publicado el 2013-07-25 In Francisco - iniciativas y gestos

Tres sencillas actitudes: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría

JMJ-BRASIL, mda. El Papa Francisco puso hoy bajo el amparo de Nuestra Señora de Aparecida “la vida del pueblo latinoamericano” y el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que hasta el domingo se realiza en Río de Janeiro con la participación de 2 millones de jóvenes. Y exhortó a pastores, padres y educadores a ayudar a los jóvenes a construir un mundo “más justo, solidario y fraterno”. Al presidir la misa en el santuario mariano, ubicado a 250 kilómetros de Río, el Papa dijo que para lograrlo se necesitan “tres sencillas actitudes: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría”. Asimismo, sostuvo que los jóvenes necesitan que se les propongan valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo, esos que pueden leerse en este santuario: “espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, alegría, son valores que encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana”.

A raíz de las condiciones climáticas, Francisco viajó hacia Aparecida desde Río en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña que aterrizó en el aeropuerto de San José dos Campos, y desde allí fue transportado en un helicóptero Super Puma junto a la comitiva vaticana hasta el santuario, donde se subió al papamóvil. Cantando y aplaudiendo bajo la lluvia, la gente le saludó… y Francisco saludó a su gente.

Madre Aparecida, pongo en tus manos y llevo al Padre a nuestros y tus jóvenes

Antes de la celebración eucarística, Francisco se dirigió a la capilla de los Doce Apóstoles donde se resguarda la imagen original de Nuestra Señora de Aparecida encontrada en 1717 por pescadores, y rezó por varios minutos en silencio ante ella.

Tras ingresar al templo – saludando, bendiciendo – el arzobispo local y presidente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil, cardenal Raymundo Damasceno Assis, le dio la bienvenida y le obsequió una imagen réplica de la Virgen negra.

“¡Qué alegría venir a la casa de la Madre de todo brasileño, el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida!”, comenzó su predica en la Misa en el Santuario. “Al día siguiente de mi elección como Obispo de Roma fui a la Basílica de Santa María Mayor, en Roma, con el fin de encomendar a la Virgen mi ministerio como Sucesor de Pedro. Hoy he querido venir aquí para pedir a María, nuestra Madre, el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud, y poner a sus pies la vida del pueblo latinoamericano”.

El Documento de Aparecida nació precisamente de esta urdimbre entre el trabajo de los pastores y la fe sencilla de los peregrinos, bajo la protección materna de María

Tras recordar que en 2007 estuvo aquí en el marco de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, consideró que aquella reunión continental fue “un gran momento de Iglesia”.

Destacó que en aquella oportunidad “pudo constatar personalmente cómo los obispos se sentían alentados, acompañados y en cierto sentido inspirados por los miles de peregrinos que acudían cada día a confiar su vida a la Virgen”.

“En efecto, puede decirse que el Documento de Aparecida nació precisamente de esta urdimbre entre el trabajo de los pastores y la fe sencilla de los peregrinos, bajo la protección materna de María”, aseveró.

Los obispos contaron que mientras estuvieron discutiendo escucharon las oraciones y canciones de los peregrinos en el Santuario… y día por día, celebraron la misa en el Santuario, no solos sino con los peregrinos. Una iglesia del pueblo… una iglesia de peregrinos, iglesia peregrina… cultura de alianza entre obispos y peregrinos.

Hablando sobre esta experiencia de Aparecida, el P. Alexandre Awi – hoy acompañando al Santo Padre al lugar donde juntos trabajaron en el documento de Aparecidea – , dijo en su predica en la Conferencia 2014: “ Jesús transformó a sus discípulos en misioneros! Esto fue también lo que el Papa (Benedicto) y nuestros obispos latinoamericanos nos pidieron en Aparecida: ¡que seamos una Iglesia de discípulos-misioneros del Señor! El Jubileo quiere ser para Schoenstatt también un momento como éste. No basta con ser discípulos, ¡tenemos que ser misioneros del Señor y de la Señora!”.

“¡Qué maravilla, todo el tiempo se lo ve al P. Alexandre. Hasta le llevó el cáliz que regaló Bergoglio!”, comenta una misionera de Argentina. “¿Sabes qué pensaba? Que esta es la corriente de retorno de la que habló el Padre, o que profetizó…”.

Ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor

El Papa animó a “no perder nunca la esperanza” pese a las dificultades y advirtió que “el dragón, el mal, existe en la historia, pero no es el más fuerte”. “El más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza”, subrayó.

“Seamos luces de esperanza, tengamos una visión positiva de la realidad. Demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes; ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y la sociedad”, agregó.

Voy a hablar en español. Perdón

Este Papa no se cansa de sorprendernos. Pese a la lluvia, pese al cansancio, y pese a que no estaba previsto, Francisco ha querido detenerse ante los fieles -casi 300.000- que esperaban en la explanada del Santuario de Aparecida. Pidió un micrófono, y sin soltar la imagen de la Virgen que le habían regalado, e improvisando en castellano, anunció que regresará al santuario en 2017. Es la primera vez que se anuncia un viaje con tanta antelación, y que el que lo hace es el propio Papa.
“Hermanos y hermanas: Yo no hablo brasilero, perdónenme, voy a hablar en español. Perdón. Y con una pronunciación lenta y clara para ser entendido por todos los jóvenes presentes, dijo: “Muchas gracias, obrigado, por estar aquí, muchas gracias con todo mi corazón y le pido a la Virgen, a Nuestra Señora de Aparecida, que los bendiga, que bendiga a sus familias, que bendiga a sus hijos, que bendiga a sus padres, que bendiga a toda la patria.

Luego, dudando un poco de ser entendido, dijo: “A ver, ahora me voy a dar cuenta si me entienden. Les hago una pregunta: ¿Una madre se olvida de sus hijos?

Tras un sonoro y prolongado NO como respuesta de la juvenil multitud, Francisco completó: “Ella no se olvida de nosotros, ella nos quiere y nos cuida. Y ahora le vamos a pedir la bendición. Y tomando en sus manos la negra imagen de Nuestra Señora Aparecida, bendijo a la multitud: “La bendición de Dios Padre todopoderoso, del Hijo y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre”.

Casi se iba a ir, pero se detuvo. Y soltó el bombazo: «Les pido un favor: recen por mí, recen por mí. Lo necesito. Que Dios los bendiga, que Nuestra Señora de Aparecida les reciba, ¡y hasta 2017, que voy a volver! Adiós». Y se fue, en mitad de la ovación, que parecía que no iba a terminar. Todo concluyó con un atronador grito de ¡Francisco, Francisco!

“Dios guarda lo mejor para nosotros.
Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor,
que acojamos sus sorpresas.”

 

Consagración del Papa Francisco a la Virgen de Aparecida

Madre Aparecida, como tú un día,
así me siento hoy delante de ti y de Dios,
que nos propone una misión para la vida
cuyos contornos y límites no conocemos,
cuyas exigencias apenas entrevemos.
Pero en tu fe, gracias a la cual
«nada es imposible para Dios»
tú, oh Madre, no has flaqueado
y yo no puedo flaquear.

Aquí está la Servidora del Señor,
que se haga en mí según tu Palabra

Así, oh tú, o como tú,
yo abrazo mi misión
en tus manos pongo mi vida
y vamos, tu-Madre y yo-hijo,
a caminar juntos, a creer juntos,
a luchar juntos, a vencer juntos,
como siempre juntos caminaron tú y tu Hijo.

¡Mujer, aquí está tu hijo!
¡hijo, aquí está tu Madre!

Madre Aparecida,
un día llevaste tu Hijo
al Templo para consagrarlo al Padre
para que fuera totalmente disponible a la misión.
Llévame hoy al mismo Padre,
conságrame a Él
con todo aquello que soy
y con todo aquello que tengo.

¡Estoy aquí! ¡Envíame!

Madre Aparecida,
pongo en tus manos
y llevo al Padre a nuestros y tus jóvenes,
la Jornada Mundial de la Juventud:
Cuánta fuerza, cuánta vida,
y cuánto dinamismo que germina y florece
y que puede estar al servicio de la vida
y de la humanidad.

¡Acoge y santifica, oh Padre, a Tu Juventud!

 

Con material de AICA, Religión Digital, Radio Vaticana, agencias.

SANTA MISA EN LA BASÍLICA DEL SANTUARIO DE
NUESTRA SEÑORA DE APARECIDA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Miércoles 24 de julio de 2013

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JMJ-BRASIL, mda. El Papa Francisco puso hoy bajo el amparo de Nuestra Señora de Aparecida “la vida del pueblo latinoamericano” y el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que hasta el domingo se realiza en Río de Janeiro con la participación de 2 millones de jóvenes. Y exhortó a pastores, padres y educadores a ayudar a los jóvenes a construir un mundo “más justo, solidario y fraterno”. Al presidir la misa en el santuario mariano, ubicado a 250 kilómetros de Río, el Papa dijo que para lograrlo se necesitan “tres sencillas actitudes: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría”. Asimismo, sostuvo que los jóvenes necesitan que se les propongan valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo, esos que pueden leerse en este santuario: “espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, alegría, son valores que encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana”.

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