ALEMANIA/ITALIA, P. Peter Wolf •
Guiados por el P. Johann Schäfer y el P. Peter Wolf, el 11 de junio de 2018 unos 31 peregrinos de la archidiócesis de Friburgo partieron hacia Roma, pasando por Milán.
San Ambrosio y san Carlos Borromeo
Su primera meta era la interesante iglesia paleocristiana de San Ambrosio, allí se encontraron con un importante santo de la Iglesia, que vivió el cambio de las persecuciones al reconocimiento del cristianismo. En la catedral de Milán no sólo se interesaron por el edificio más grande e impresionante construido en mármol, sino también por la figura de san Carlos Borromeo, cardenal y arzobispo.
Papa Francisco
El segundo día, el grupo viajó desde Milán a Roma, donde fueron muy bien acogidos en el Centro internacional de Schoenstatt en Belmonte. Habían sido muchos los que habían seguido la larga historia de su construcción y se alegraron de encontrar el Centro terminado y de poder alojarse en él. Los peregrinos acudieron el miércoles por la mañana a la audiencia del Santo Padre. Estuvieron muy contentos al poder ocupar buenos puestos en los escalones de San Pedro, cerca del Papa, que saludó expresamente al grupo.
Francisco de Asís, Ignacio de Loyola
La segunda parte del día la dedicaron a seguir las huellas de San Francisco de Asís, con paradas en el Trastevere y Letrán. Su principal preocupación era entender el papel que el santo desempeñó en el tiempo convulso que vivió. Los lugares escogidos para el jueves estuvieron marcados por el encuentro con el fundador de los Jesuitas, Ignacio de Loyola. Por eso visitaron San Pablo Extramuros, donde prestaron juramento los primeros jesuitas y también visitaron Santa María la Mayor, donde San Ignacio celebró su primera misa y desde donde envió a los primeros jesuitas a Alemania, con una copia de imagen de María, que allí se conserva. El grupo pasó la tarde de tormenta en San Pedro, donde asistieron a una misa en italiano.
José Kentenich
Los peregrinos pasaron el viernes en Belmonte con el deseo de acercarse al P. Kentenich y a su imagen de la nueva Iglesia. Por la mañana el P. Egle, implicado en la construcción de Belmonte, les condujo través de todo el recinto por una ruta reveladora. Por la tarde, el P. Wolf dio una charla sobre los rasgos de la Iglesia, que ya anunciaba el P. Kentenich antes del concilio. Finalmente, por la noche se reunieron con representantes de la Familia de Schoenstatt en Roma para celebrar la eucaristía.
El sábado, por la mañana temprano, había que partir. El autocar, de la empresa Franz Huber, de Oppenau llevó al grupo sano y salvo de regreso a casa. Entre los peregrinos surgió un sentimiento de gratitud y el deseo de volver a realizar viajes semejantes en los próximos años, algo que los dos responsables de la peregrinación gustosamente harán posible.
Original: alemán, 21.6.2018. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España