EUROPA, Maria Fischer •
La noticia casi se pierde entre la Eurocopa, la ola de calor, la variante Delta del Covid19 y la visita canónica a la arquidiócesis de Colonia: el 19 de junio, el Papa autorizó la promulgación del decreto de reconocimiento de la virtud heroica del estadista francés Robert Schuman. Uno de los padres fundadores de la Unión Europea, uno de los pioneros de la amistad entre los pueblos tras dos devastadoras guerras mundiales que redujeron Europa a escombros y costaron la vida, la salud y los bienes a millones de personas. Una de las «estrellas» de toda una (mi) generación de jóvenes cuyos padres y abuelos habían quedado marcados por la guerra y aprendieron a duras penas que la reconciliación, la unidad y la amistad entre los pueblos europeos eran posibles. —
Robert Schuman nació en Clausen, Luxemburgo, de padre lorenés y madre luxemburguesa. Schuman creció bilingüe y recibió la misma influencia de la cultura y la religiosidad francesa y alemana. Como Ministro de Asuntos Exteriores francés, fue corresponsable de la reconciliación con Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. También defendió la amistad franco-alemana. Como ministro de Asuntos Exteriores de su país, allanó el camino para la creación de la llamada Comunidad del Carbón y del Acero. Para él, la gestión conjunta de los materiales centrales de la industria armamentística por parte de los antiguos enemigos ancestrales era esencialmente política de paz. Este instrumento, que también estaba abierto a la adhesión de otros países, iba a convertirse en el núcleo de la unificación europea.
El Plan Schuman sentó las bases de la actual Unión Europea. Más tarde, Schuman fue también Presidente del Parlamento Europeo. Su compromiso estuvo marcado en gran medida por su personal fe católica.
El compromiso de Schuman en política y por una Europa unida no podía separarse de su fe católica, según se puede leer en muchas biografías del político. A partir de los años 20, Schuman, católico convencido, estableció una estrecha red de contactos con políticos democristianos de toda Europa, como Konrad Adenauer o el italiano Alcide de Gasperi. Estas relaciones darían sus frutos después de 1945.
Su común fe católica fue la base del encuentro entre Alcide De Gaspari, Konrad Adenauer y Robert Schuman, cuando se trataba de construir una Europa en la que no hubiera más guerras. También se considera obra suya el Convenio de Estrasburgo sobre Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de 1950.
Primero una solidaridad de acción
El Papa Francisco se refiere repetidamente a Robert Schuman cuando hace declaraciones sobre política. En el Regina Coeli del 10 de mayo de 2020, por ejemplo, Francisco se refirió a la declaración de Schuman del 9 de mayo de 1950, que se considera la «partida de nacimiento» de la Unión Europea. «Sentó las bases de la Unión Europea y, tras la Segunda Guerra Mundial, dio paso a la reconciliación de los pueblos y al largo período de estabilidad y paz que hoy disfrutamos», dijo entonces el Papa Francisco. Ante la crisis del Coronavirus, los valores que Schuman propuso en su momento deberían ser una «inspiración para todos los que tienen responsabilidades en la Unión Europea y están llamados a gestionar las consecuencias sociales y económicas de la pandemia con un espíritu de armonía y cooperación». Robert Schuman, en su declaración de mayo de 1950, había recordado el papel de Europa en la paz, subrayando que «Europa no puede hacerse de un solo golpe, ni puede hacerse por un simple resumen: se hará por hechos concretos que creen primero una solidaridad de acción». El 9 de mayo, día de la Declaración Schuman, se sigue celebrando hoy como «Día de Europa» por decisión del Consejo Europeo de 1985.
El Padre José Kentenich rezó en una pequeña ermita en Suiza en octubre de 1946:
Por tu parte, sella una perfecta alianza de amor con el mayor número posible de personas, sí, con todos los pueblos, especialmente con sus dirigentes y líderes. Dales una fe providencial viva que vea a Dios detrás de los destinos de la vida y responda a ellos a través de la vida práctica de la santidad de la vida diaria, y dales una fe misionera eficaz».
Original: Alemán, 20.06.2021. Traducción: Juan Eduardo Villarraza, Paraná. Argentina
