Los momentos emocionantes en Casa Madre de Tupãrenda

PARAGUAY, Casa Madre de Tupãrenda, Maria Fischer con Ani Souberlich •

“En la panadería cada día surge algo nuevo”, me cuenta Ani Souberlich al enviarme una foto del producto más nuevo que los jóvenes de Casa Madre de Tupãrenda han hecho con creatividad y alegría en su trabajo. Esta foto y cada foto que recibo este día es una H3M, una historia de tres minutos, y al mismo tiempo, es parte de una historia de alianza solidaria entre la Madre de Tupãrenda y estos jóvenes, sus educadores y bienhechores. —

Con cuidado y delicadeza están preparando la masa, y con aun más cuidado y delicadeza ponen las rodajas de melocotón sobre la misma. Estas manos que hace un par de meses abrazaban las rejas de sus celdas, estas manos que antes de la cárcel robaban celulares y motos para sobrevivir en la calle, ahora están armando pasteles y tartas finas. En Schoenstatt a veces sufrimos de “milagritis”, pero esto sí es un pequeño milagro de transformación.

Una cama para mascotas

Alguien pidió dos camas para mascotas. Bueno, en Casa Madre de Tupãrenda no hay taller de carpintería, pero sí hay creatividad. Así fue como el grupo en “habilidades blandas” se transformó en carpintería, mientras que el grupo en “confección” hizo colchones y sábanas para Lili y Liza, dos mascotas queridas.

Y hablando de carpintería… uno de los jóvenes hizo un banco zapatero, lo llevó a su casa y así pudo ordenar su piecita.

Más colchones

Los jóvenes en confección se dedican a preparar colchones, pero también aprenden a coser pantalones y guantes para los pocos momentos de frio que hay en Paraguay. En las fotos se ven sillas con nuevas cubiertas hechas por los jóvenes. Todo sirve para que algún día puedan ganar su dinero con estas habilidades.

Son momentos, son imágenes instantáneas de un solo día, el 13 de julio de 2021, en Casa Madre de Tupãrenda, pero aún hay más…

La nueva alianza

Yo soy un pobre desdichado, Dios mío,
que tu ayuda me proteja:
Así alabaré con cantos el nombre de Dios,
y proclamaré su grandeza dando gracias;

que lo vean los humildes y se alegren,
que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres
y no desprecia a sus cautivos.

En toda la iglesia universal este 13 de julio se rezó este salmo 69; también en el altar del quincho frente al santuario de Tupãrenda, donde cada martes, el P. Pedro Kühlcke celebra la Santa Misa con los jóvenes de CMT. Allí, con cuatro de ellos vestidos de blanco, sirviendo con orgullo como monaguillos en esta misa sencilla y solemne, este salmo fue proclamado y se hizo carne en cada uno de estos jóvenes en esta celebración de la Nueva Alianza.

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