PARAGUAY, por Mima y Juan Carlos Cardona •
«Bienvenidos todos a la fiesta de la Eucaristía: en este día nos reunimos llenos de alegría y de buenos deseos porque nuestra comunidad está de fiesta. Amparados bajo la mirada maternal de la Virgen de Schoenstatt estamos conmemorando los 25 años de la bendición de la Ermita en nuestra ciudad.
Como discípulos misioneros comprometidos, imploramos la intercesión de nuestra Madre y la bendición de Dios Padre para que podamos llevar adelante los desafíos que nos propone nuestra Madre Iglesia”.
Con esta monición comenzó la Santa Misa que se celebró el 16 de diciembre en la misma Ermita, ubicada en la entrada de la ciudad de San Juan Bautista. Presidió la ceremonia el P. Carlos Galeano, asesor espiritual de la Campaña de la Virgen Peregrina de esa diócesis, agregó que el obispo estaba al tanto del aniversario y que enviaba bendiciones y saludos.
El silencio de María
En la homilía, el P. Carlos resaltó la presencia de María y la entrega de las misioneras, recordando la visitación de María a su prima Santa Isabel. La Virgen sale presurosa para acompañarla, sin cuestionamientos y en silencio, lo comparó con el estilo de las misioneras, que realizan su misión de la misma forma.
Con la visita que realiza a las familias, Ella va conquistando y transformando en forma silenciosa el corazón de sus hijos, creando en el hogar un ambiente de paz y de amor, de respeto y unidad familiar. De esta forma se vive el “Nada sin Ti, Nada sin Nosotros”.
El P. Carlos comentó con mucha alegría que surge la Pastoral Juvenil en la Diócesis como fruto del ejemplo de las misioneras, lo que permite esperar una continuidad de la evangelización, un gran aporte para la Iglesia.
Coronación de la Mater en la ermita
La Ermita, por su ubicación, es un prisma de tres caras. La Mater mira tres veces a la ciudad y a los que pasan, mira a sus hijos. Nada se pierde a su mirada. Y por ello recibió tres coronas, que fueron bendecidas por el sacerdote y luego entregadas a una de las primeras misioneras: Doña Apolinaria, que convocó a tres misioneras para la coronación.
Reina de la vida Consagrada, coronó Doña Ana
Reina de la Familia, coronó Ubaldina, hija de Doña Teresa, una de las primeras misioneras.
Reina de la Comunidad, coronó Agustina.
Bajo la mirada del Padre
Llegaron Leti y Martín Pereira con un hermoso regalo para este acontecimiento: “el símbolo del Padre”, hecho en un trozo de pizarra del techo del Santuario Original que les habían regalado en su viaje a Alemania. Un artesano lo diseñó y lo destinaron a la ermita.
Llega la Navidad
A pocos días del nacimiento del Niño Dios, pidamos que nos regale un corazón humilde como el de María para ser verdaderos misioneros como Ella. Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt: cobíjanos en tu corazón maternal, transfórmanos en hombres nuevos, y envíanos a proclamar el evangelio.
