PARAGUAY, Ani Souberlich. Son las 21:41 hs aquí en Paraguay y la temperatura aún es de 34º C. Así que se pueden imaginar el calor que tuvimos hoy durante todo el día… 38º C con una sensación térmica de 42º C, ¡un calor que rajaba la tierra! El buen Dios organizó todo perfectamente pues normalmente hoy, 23 de diciembre, es un día laboral normal. Pero SU conducción fue perfecta y hoy tuve el día libre en el trabajo ¡y las personas que colaboran también! Desde hace un mes surgió la idea de poder regalar 100 bolsitas de Navidad a 100 Familias de escasos recursos.
En un principio, habíamos pensado en las Familias que tienen el regalo de formar parte de «100 techos de Alianza Solidaria» pero luego decidimos ir y salir al encuentro del que necesita como lo anuncia tan hermosamente nuestro Papa Francisco… y así lo hicimos!
La alegría en los rostros
La alegría en los rostros de las personas fue indescriptible, la gratitud y el asombro en sus miradas… ¡ni que hablar!
De corazón agradecemos a todas las personas que hicieron posible llenar estas 100 Bolsitas Solidarias. Gracias al equipo colaborador que con alegría regalaron su tiempo para llenar las bolsitas, para repartirlas bajo un sol abrasador y sobre todo por regalar un abrazo, una sonrisa a cada persona con una única frase «BENDECIDA NAVIDAD, QUE DIOS NAZCA EN SUS CORAZONES Y EN SU HOGAR».
No sé si Dios regala más alegría a aquellos que las reciben o a todas las personas que con tanta generosidad dan de lo que tienen o a veces también de lo que no tienen!!
Un moto para ir al trabajo
Una pequeña historia: una persona nos donó una moto casi destruida. Un colaborador puso su conocimiento de mecánica al servicio, la reparó y pudimos entregársela a Porfirio, un joven que cada día debe caminar 2 kilómetros con su máquina desmalezadora de pasto a cuestas, buscando trabajo para mantener a sus 3 hermanitas y a su madre. Porfirio hoy tiene cómo movilizarse para trabajar.
Creo que no hay mucho más que decir. Simplemente un GRACIAS PADRE porque revelas estas cosas a los pequeños.
Pidamos de corazón, que no hagamos oído omiso al clamor de tanta gente que nos necesita no sólo aquí en Paraguay sino en el mundo entero.
