Publicado el 2013-12-27 In Schoenstatt en salida

La Nochebuena de los más necesitados

ESPAÑA, P. Jaime  Vivancos. Un año más los jóvenes del Movimiento de Schoenstatt en Madrid quisieron llevar desde el Santuario un rayo de esperanza a familias y personas que realmente lo necesiten; lo hicieron a través de la campaña solidaria navideña en Móstoles,  que llevan haciendo los Pioneros y las Escolares de Madrid desde la navidad del 2002 con la colaboración de las familias en torno a los santuarios de Schoenstatt de Pozuelo y Serrano y del colegio Monte Tabor. Se recogieron  algunos testimonios para compartir en schoenstatt.org y hacerlos partícipes de  “Móstoles 2013”.

Más de 300 cajas de comida y 500 pollos

El comedor de San Simón Rojas en Móstoles se ha convertido en el salvavidas de muchas familias. Cada día, este centro ayuda a 700 personas y en la Nochebuena muchas familias cenaron gracias a las cestas que los voluntarios del comedor habían preparado.

“En agradecimiento a los jóvenes del Movimiento de Schoenstatt y a la colaboración del Padre Jaime y la Hermana María por la iniciativa que tuvieron un año más con la organización de  la campaña de navidad.

Nos ilusionó a todos ver cómo disfrutaron los más de 650 usuarios que forman San Simón de Rojas con las más de 300 cajas de comida que repartieron el 14 de diciembre y con los 500 pollos que entregamos el 24 de diciembre por la mañana, día en que además, salimos en televisión.

Gracias y que Dios les bendiga.”

Sole – Voluntaria del Comedor San Simón de Rojas

…porque ayudará a cada una de las personas que vayan

El pasado 15 de diciembre los Pioneros y Escolares de Madrid nos dirigimos a repartir cajas, juguetes y más a un comedor social en Móstoles. Para nosotros fue una experiencia muy hermosa, de la que se pudo aprender muchas cosas, desde saber en dónde está Móstoles, en donde no todo el mundo tiene tanta suerte como nosotros de tener un techo para dormir, comida y mucho más y que está cerca de nuestras casas. A cada familia del comedor social le regalábamos una caja de comida armada por diferentes familias de Schoenstatt y un pollo para la cena de Nochebuena. Además de esto, se realizó una merienda para niños en la que se interpretó una obra de teatro. También escucharon música en el comedor, donde se vio disfrutar mucho a los niños. Ha sido una experiencia muy bonita y me gustaría dar las gracias a todas las familias que han ayudado especialmente con las cajas y los pollos, también al Padre Jaime y a las Hermanas Lucía y María por habernos aguantado, a los responsables del comedor social y muy especialmente a la Mater por habernos regalado esta bonita experiencia. Espero que se repita la mayor cantidad de años posibles porque ayudará a cada una de las personas que vayan.

Paco Martín-Gil – Pionero de Schoenstatt Juventud de Madrid

“MÓSTOLES, UNA NAVIDAD ADELANTADA”

Poder organizar Móstoles junto al Padre Jaime y a las escolares y pioneros de Schoenstatt fue para mí toda una experiencia muy bonita y positiva, religiosa, que se hizo con dedicación y  esfuerzo.

Desde un primer momento acompañamos esta “empresa” con la oración diaria para que la gente nos respondiera y pudiéramos entregar nuevamente cajas de alimentos y una rica merienda a los niños de comedor.

Cual no sería mi sorpresa al ver la respuesta de todas las personas que asistieron a misa los domingos tanto en Serrano como en Pozuelo. La mayoría de ellos querían apadrinar con ricas cajas de alimentos a familias, y luego cuando éstas se nos acabaron, seguimos con las personas individuales. También recibimos donativos en dinero que nos permitieron regalar pollos y preparar la merienda a los niños del comedor.

Para las escolares y pioneros ir al comedor de Móstoles y trabajar durante todo un día sirviendo y ayudando a la gente más necesitada es un apostolado muy atractivo que todos quieren realizar y para el cual debemos poner cupos limitados. Sin embargo, para mí era un gran interrogante que nuestra juventud “se peleara” por asistir a este apostolado tan desinteresado. Y descubrí que cuando nuestros chicos y chicas se unen por un fin común forman una “combinación mágica” de fuerza y entusiasmo juvenil para actuar sin timidez (disfrazándose de reyes magos), para servir con dedicación colocando la merienda (preparando el  chocolate caliente),  para ayudar con abnegación a los que necesitaban ayuda (ayudando a trasladar cajas pesadas a las señoras que no podían), conversar y compartir con los niños, con los jóvenes y  con los adultos, salir de sí mismos y entregarse sin parar con toda su simpatía, animando, cantando y bailando, contagiando a todos con su alegría.

Móstoles fue una gran fiesta donde nuestros chicos nos regalaron vivir por adelantado la venida del Niño Jesús, con  regalos concretos como fueron los juguetes para los niños, las cajas de alimentos para los adultos pero lo más importante es que trajeron alegría a los corazones pues ya el Niño Dios estaba entre nosotros.

Hna M. Lucía Jofré – Asesora de la Juventud Femenina de Madrid

Ayudando en Móstoles

Conocí al Padre Jaime a través de una compañera de trabajo a la que le conté que quería ayudar en algo y me comentó que en Schoenstatt organizaban una merienda todos los años en un comedor social de Móstoles. Después de un par de encuentros con el Padre, le pareció interesante que presenciara la organización de este evento y luego contara a través de mi perspectiva mis impresiones e hiciera pública su labor.

Me presento: soy una chica madrileña de 26 años de una familia favorecida económicamente. Soy licenciada en Sociología y no comparto la fe católica. Sin embargo, desde el primer momento noté que teníamos un objetivo común, independiente de la orientación religiosa: hacer el bien y ayudar a los más necesitados.

Debido a la crisis económica que ha dado lugar a importantes recortes que han mermado sobre todo las ayudas sociales, se hace muy necesario que existan iniciativas de este tipo para contrarrestar aunque sea mínimamente los efectos de la enorme tasa de paro presente en España. En estas fechas navideñas suele haber más actividad caritativa y a la gente se le hace más evidente la desigualdad que caracteriza nuestras sociedades e intenta ayudar con este tipo de iniciativas.

Una organización que da un sello personal a la ayuda

Liderados por el Padre Jaime, los niños del Movimiento Apostólico Schoenstatt promueven y organizan desde hace años una merienda en el comedor San Simón de Rojas en Móstoles para los niños necesitados. Luego reparten cajas llenas de comida para los que suelen acudir a este comedor. El objetivo es hacer pasar a los niños una tarde agradable y divertida en torno a la música y la comida y proporcionar alimentos a los que no tienen recursos. El Padre Jaime y las hermanas Lucía y María me acogieron con una sonrisa en la cara y con gran entusiasmo, al igual que los niños, encantados de incorporar a una persona nueva en sus actividades y emocionados con lo que estaban organizando.

Estuve presente en casi todo el proceso de organización de las cajas mientras los niños iban rellenándolas pensando en a quien iban dirigidas. Con los años, han desarrollado un sistema para distribuir las cajas, asignando un número a cada persona o familia al que va dirigido y teniendo una información básica para adaptar el contenido. Por ejemplo la orientación religiosa, el número de miembros de la familia y si hay niños y de qué edad. Este año además han incluido productos más especiales como bebidas alcohólicas y dulces navideños, pensando en lo que a sus familias les gustaría tomar en estas fechas.

Despertar sonrisas

Los jóvenes voluntarios escribieron mensajes cariñosos para transmitir ilusión y alegría a los destinatarios. Parece una tontería, pero creo que es un detalle importante, ya que envía energía positiva y seguramente consigue provocar alguna sonrisa, que es al final de lo que se trata y la mejor recompensa que se puede recibir.

Para amenizar la merienda compuesta por dulces navideños, chocolate caliente, bollos y chuches, los niños de Schoenstatt organizaron un show animando a los pequeños a participar, los que acabaron cantando villancicos, contando chistes y aprendiendo a tocar instrumentos.

Además, el grupo de jóvenes y las familias donaron gran cantidad de juguetes para repartir entre los más de 100 niños que acudieron a la merienda. Era duro repartir los regalos, ya que muchos se peleaban entre sí o querían un juguete diferente por lo que acabó convirtiendo en un pequeño caos el momento de repartir los juguetes. Sin embargo, con gran entusiasmo y dedicación los niños de Schoenstatt se organizaron para elegir (de entre muchas cajas divididas por edades y por sexo) un juguete que pudiera gustarle a los niños que iban conociendo en el comedor. A pesar de las lágrimas de alguno no contento con su regalo, el comedor se llenó de sonrisas y de ilusión.

La posibilidad de ver el lado positivo de la iglesia

Los niños que han promovido esta iniciativa provienen, por lo general, de clases favorecidas con suficientes recursos y esta ocasión les brinda la oportunidad de valorar lo que tienen y observar los efectos de un reparto desigual de los recursos. Tuve una conversación con unos chicos de Schoenstatt de 17 años que viven casi todos en barrios de clases más altas de Madrid y se sentían inseguros en Móstoles, pero lo que más les chocó fue el perfil de las personas que acuden al comedor. Pensaban en un estereotipo de indigente que vemos en las películas, pero sin embargo, el comedor estaba lleno de ‘gente normal’ cuyo único defecto (si se puede llamar así) es el haber nacido en un entorno social más desfavorable. Es muy importante que las generaciones venideras aprendan este tipo de cosas y vivan experiencias de este tipo para que se sensibilicen.

Esta experiencia me ha dado la oportunidad de ver el lado bueno de la Iglesia, que ayuda a las personas a sentirse integradas en la sociedad y a sentir que forman parte de algo. En contraposición a la cara más difundida por los medios que se centra en las instancias de poder más que en las pequeñas organizaciones que son las que de verdad conforman la Iglesia y representan la esencia del cristianismo.

La naturaleza humana necesita de guías para canalizar el bien y no dejarse conquistar por la avaricia o la envidia.  La Iglesia siempre ha desarrollado una función social importantísima, y con esta experiencia he sido capaz de poner esto en valor a través de las reacciones de la gente al recibir ayuda, que tanto cuesta pedir y admitir que se necesita. A pesar de la injusticia social en la que estamos inmersos, en cuanto a repartición de la riqueza se refiere, es muy positivo destacar el poder que pequeñas iniciativas a nivel local tienen para mejorar la comunidad. No solo se construyen vínculos de afecto entre los ayudados y ayudantes sino que se aprende una lección fundamental, no es el dinero lo que hace a las personas. Como seres humanos hay mucho más que nos une que lo contrario y debemos centrarnos en esto.

Marta López – Socióloga

El último testimonio…

Os mandamos el material que hemos recopilado de la campaña de navidad en Móstoles con idea de compartirlo en schoenstatt.org .Un abrazo y muchas gracias por animarme a compartir esta experiencia.

P. Jaime Vivancos

 

Video


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La Nochebuena de los más necesitados

ESPAÑA, P. Jaime  Vivancos. Un año más los jóvenes del Movimiento de Schoenstatt en Madrid quisieron llevar desde el Santuario un rayo de esperanza a familias y personas que realmente lo necesiten; lo hicieron a través de la campaña solidaria navideña en Móstoles,  que llevan haciendo los Pioneros y las Escolares de Madrid desde la navidad del 2002 con la colaboración de las familias en torno a los santuarios de Schoenstatt de Pozuelo y Serrano y del colegio Monte Tabor. Se recogieron  algunos testimonios para compartir en schoenstatt.org y hacerlos partícipes de  “Móstoles 2013”.

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1 Responses

  1. Maite dice:

    Hemos leído de arriba abajo todos los testimonios, hemos visto el vídeo un par de veces y sólo queríamos daros las gracias porque a las familias nos gusta y nos hace ilusión ver "aterrizar" las cajas que con tanta ilusión han llenado nuestros hijos pequeños, acompañándonos a la compra y llenando el carro en el super para esa familia "desconocida, pero necesitada", incluso con sus pequeños ahorros; los pollos, los regalos; veros a cada uno, reconocer al P. Jaime, a las Hermanas, a algunos de los jóvenes…. El fruto de la oración se nos hace visible y palpable gracias a vosotros una vez más que compartís con generosidad vuestra actividad contándonosla de diversas maneras.
    Muchas gracias por vuestro esfuerzo, entrega, en definitiva, por vivir la caridad y compartirla con los que os acompañamos de una u otra manera. ¡Gracias por escribirnos y contarnos, nos ha chiflado!!!

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