Carlos Ricciardi, Argentina •
En este mundo, en el que estamos conectados en forma inmediata con lo que pasa en todas partes, donde recibimos numerosos mensajes, avisos, circulares, notificaciones, promociones, spam, etc., y donde nosotros también nos comunicamos con nuestras páginas preferidas o necesarias para nuestra actividad laboral, social, familiar, deportiva, religiosa, comercial y demás me pregunto y te pregunto (como dice mi párroco Guillermo en sus prédicas) ¿Es eficiente y responsable mi comunicación y uso de los medios informáticos actuales? —
… aparecía alguien diciendo ¡Feliz cumple!
Con el uso masivo de WhatsApp, especialmente para grupos, noté que mi vida cambiaba de una manera brusca e intempestiva… empezaba a recibir una gran cantidad de mensajes de todo tipo de información en los que se mezclaban las respuestas, y en medio de esas respuestas aparecía otra información que no tenía nada que ver con lo anterior. Cuando creía (después de un buen rato) haber encontrado el hilo de las ideas de los temas presentados, aparecía alguien diciendo “¡Feliz cumple!”, y partir de ahí se cambiaba el curso y el camino de la información original y terminábamos todos festejando el cumpleaños. Vaya que es bueno festejar y celebrar los cumpleaños, pero se pierde el sentido de comunicarnos, informarnos e intercambiar ideas.
Reconozco y valoro el avance en los medios de comunicación, que nos permite estar comunicados con todos de una forma efectiva y rápida, que permite llegar y comunicar a gente que está aislada o sola (siempre y cuando tengan señal…), que ha salvado vidas y, fundamentalmente en este período de pandemia, ha permitido a muchos trabajar a distancia y a otros sobrellevar este largo encierro y cuidado al cual debemos someternos para no caer en las manos del COVID.
Cómo usar estas herramientas de comunicación
Así y todo, considero que debemos tener un aprendizaje de cómo usar estas nuevas herramientas de comunicación para que no nos afecten en nuestra vida espiritual, física, familiar, social… Son conocidas las mesas familiares donde sus integrantes están usando sus celulares mientras comen… ¡Quizás se están comunicando por WhatsApp entre ellos! o en reuniones sociales o en un diálogo personal donde las interrupciones de los celulares no permiten dialogar…
En Schoenstatt.org, como en otros medios de difusión, las noticias son informadas semanalmente los lunes a través de un boletín. Cada suscriptor recibe por correo electrónico una lista de los artículos, actividades, informaciones, que ocurrieron la semana anterior, además de ser publicadas al día en la página. Esto a mí me permite un ordenamiento en la recepción de la información, salvo que se tenga que informar una noticia urgente.
Este ejemplo se puede aplicar al uso de los WhatsApp grupales, en lugar de estar mandando información a toda hora y momento del día que, como decíamos antes, se pierde en la mezcla de comentarios e informaciones. Hoy parece que todos los días se debe publicar algo, quizás con el ánimo de informar, pero, en mi opinión, lo que hace es confundir y llenar de informaciones, quejas, reclamos, propagandas, etc. que producen un cansancio, fastidio e indiferencia. Y esto ocurre no solo en los grupos de WhatsApp sino también con los gobiernos, los políticos, medios de comunicación y con la Iglesia misma.
Parecería que estoy en contra de estos nuevos medios de comunicación, fundamentalmente de los celulares, pero no es así. Considero que los debemos usar de una manera ordenada y que no nos afecte nuestra calidad de vida. Para lograrlo debemos aprender a usarlos, valorarlos y respetarlos. Como no soy un especialista en el tema lo dejo como inquietud.
La comunicación de diálogo de a dos
Por último, y quizás debería ser lo primero, quiero resaltar la comunicación persona a persona, que para mí es la más efectiva y la que más llegada tiene, en especial en forma presencial. Pero debido por un lado a la pandemia, y por otro lado a la imposibilidad de poder estar en todos lados, destaco la importancia de la comunicación por celular. Hace unos días publicamos un pedido de oraciones para las Misiones Familiares en forma grupal, también en el grupo de schoenstatt.org. La respuesta fue de algunos pocos. Ante esta circunstancia buscamos los celulares de gente conocida y de los grupos de Schoenstatt y le enviamos un mensaje personal a cada uno… ¡Hola Juan! ¿Cómo estás? y a continuación el mensaje que habíamos enviado en forma grupal. La respuesta fue inmediata, la gente se adhirió a las oraciones y además se generó un interesante intercambio de cómo estaban y lo que vivían en ese momento. En algunos casos terminamos nosotros rezando por ellos.
Por eso destacamos la personalización en el mensaje, en la ida y vuelta, en el diálogo de a dos (no monólogos de a dos, donde uno habla y el otro escucha). La mayor sorpresa fue cuando, debido al aumento de casos de COVID en la Argentina, se decidió la suspensión de las Misiones Familiares y avisamos a todos, pero uno a uno, en forma personal. Recibimos la respuesta de agradecimiento por haberles avisado y algún otro comentario que permitió la continuidad del diálogo y una mejor comunicación.