Publicado el 2017-06-03 In Vida en alianza

El Rosario organizado por la Juventud Femenina en Roma, en el mes dedicado a la Mater

ITALIA, Virginia Cosola •

Cada día de mayo es un día de fiesta, ¡un día de María!». Estimuladas por esta frase del Padre Kentenich, las jóvenes de la Juventud Femenina de Roma han querido honrar a María, el miércoles 24 de mayo del 2017, animando un rosario muy sugestivo.

Cada miércoles, en el Santuario “Cor Ecclesiae” de Roma, los jóvenes del Movimiento de Schoenstatt, se reúnen para rezar juntos el rosario y confiar a la Mater sus propias intenciones y la semana siguiente.

El miércoles 24 de mayo, justamente porque mayo es el mes de María, el mes en que cada uno de nosotros siente que quiere profundizar mas su vínculo con la Virgen, también a través de las oraciones, jaculatorias y letanías, se ha ofrecido a la Virgen un rosario particular, más intenso y sugestivo, totalmente animado por las jóvenes de la Juventud Femenina (JF) de Schoenstatt de Roma.

La intención de la JF era de organizar algo especial, que involucrara a todos los presentes. Con este espíritu, inspiradas también en las enseñanzas del héroe de Schoenstatt José Engling, decidimos ofrecer a María nuestras oraciones de intercesión y de agradecimiento bajo la forma de flores: antes de recitar cada decena, un ramo de flores diferente, con un significado y un valor diverso, sería puesto a los pies de la MTA, para llegar así a adornar enteramente el Santuario y la imagen de la Virgen.

La noche

El horario estaba fijado para las 19:30 h, pero la Juventud Femenina estaba ya en el Santuario desde la tarde temprano, con el acompañamiento de la incansable guía de la Hna. Julia, para arreglarlo, para prepararnos a recibir a los invitados y para ensayar los cantos. Nuestro entusiasmo ha contagiado a muchas personas, que de hecho aceptaron la invitación: allí estaban universitarios, jóvenes, trabajadores, las familias de Schoenstatt, misioneros paraguayos, los responsables de la juventud del Movimiento – el Padre Facundo Bernabei y el Padre Beltrán Gómez – como así también una representación de al menos diez jóvenes de la Guardia Suiza del Pontífice, con el capellán P. Thomas.

Así, a las 19:45 h, ha comenzado nuestro Rosario. Lo hemos iniciado con un breve discurso introductorio de bienvenida y una invitación a observar un minuto de silencio para recoger internamente nuestras intenciones, nuestras preocupaciones y todas las personas que llevábamos en el corazón, para poder regalarlo todo a María.

Las primeras flores ofrecidas a la Mater fueron, después de la contemplación del primer misterio gozoso, los lirios de la pureza, acompañados de la oración a María para que nos ayude a ser puros y limpios como Ella; seguidamente, los claveles de la fidelidad, esa misma fidelidad de la Madre de Dios a su Hijo, que la ha caracterizado desde la Concepción hasta la Cruz, incondicionalmente. Con el tercer misterio han sido ofrecidas rosas rojas, las rosas del amor y del afecto, simbolizando que, como la rosa es la reina de las flores, María es la reina de nuestro corazón. Ha sido, después, el turno de la violeta de la humildad, con la intención de ser siempre y sin reservas humildes servidores del Señor, como lo ha estado la Mater; finalmente con el quinto misterio, hemos ofrecido las campanillas de la esperanza y de la perseverancia como símbolo de nuestro Capital de Gracias y de cómo en nuestro pequeño o gran sacrificio de ofrecimiento podemos ver el amor del Padre por nosotros.

Al centro, entre estos cinco ramos de flores, hemos encendido una única vela, emblema del hecho de que, si bien cada uno de nosotros es diferente, original e irrepetible, estamos todos mancomunados y unidos en una única fe.

Una última reflexión antes de cenar todos juntos

Concluido el rosario y los cantos – muchos – que han contribuido a hacer especial la noche del miércoles, decidimos regalarle a cada uno de los presentes un último pequeño pensamiento. Hemos distribuido reflexiones de nuestro fundador, el P. Kentenich, respecto a mayo y la Virgen, para ofrecerle a cada uno, no sólo un bello recuerdo de esta jornada, sino también un tema diario de reflexión.

A continuación pudimos, gracias a la infaltable hospitalidad de las Hermanas de María, compartir un alegre momento a base de pizzas, bebidas y helado en la bellísima terraza que mira sobre el jardín del Santuario, de manera de cerrar con belleza una magnifica noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Original: Italiano, 29.05.2017. Traducción: Ana María Ghiggi, Santa Fe, Argentina

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