PANAMÁ, P. José Luis Correa / Maria Fischer •
La semana pasada, en el contexto de su visita al creciente Movimiento de Schoenstatt en Panamá, el P. José Luis Correa se reunió con sacerdotes diocesanos cercanos a Schoenstatt. —
Schoenstatt en Panamá se debe al servicio incondicional de un sacerdote diocesano: el P. Rómulo Aguilar.
El selló su alianza de amor con la Mater en el Santuario de Bellavista (Santiago de Chile) hace algunos años, en una de las jornadas para el clero diocesano que allí se ofrecía año tras año.
En el mes de mayo de 2011, visitó por primera vez, junto a un grupo de peregrinos de Panamá, el Santuario Original. El 2014 encabezó la delegación de Schoenstatt panameño en las celebraciones del centenario del Movimiento en Alemania. En enero de 2019, ya muy delicado de salud, pudo ver a cientos de jóvenes de Schoenstatt celebrando la alianza de amor en torna a la ermita de su parroquia, San Francisco de la Caleta, en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud.
El P. Rómulo conoció Schoenstatt en la década del noventa a través de un encuentro con el P. Esteban Uriburu durante una visita de éste a Panamá, en la que difundió la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt. Cuando el P. Esteban percibió la apertura del P. Rómulo para el carisma de Schoenstatt, lo invitó a Buenos Aires para conocer la Campaña “desde cerca”. Esta visita se realizó cuando el P. Esteban estaba ya muy enfermo. “Le pidió a Monina Crivelli, su `mano derecha’, organizar esta visita para mí, para experimentar todo lo que hace falta para entender el espíritu de la Campaña y poder llevarla a mi país”, comentó el P. Rómulo. “Aún recuerdo todos los detalles de esta visita, fue una experiencia profunda que ha marcado a mi vida”.
P. Rómulo Aguilar
Una visita que ha marcado las vidas de muchos
“He tenido el honor de recibirlo en casa, el día de 6 de septiembre de 1998, recién llegado a la Argentina, como vicario del arzobispo de Panamá, para interesarse en el desarrollo de la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt, conocida en Panamá a través de los viajes del padre Esteban Uriburu, quien estando ya muy enfermo, le aconsejó que viajara a Corrientes, ciudad del noreste de la República Argentina, donde se vivía el comienzo y desarrollo de esta Campaña”, comenta Martha Liotti, de Corrientes.
“El más grato de los recuerdos – desde Corrientes- para esta ilustre visita, que tuvimos la bendición de alojar en nuestro hogar. Su mirada hacia la MTA en el Santuario Hogar, aunaba su especial alegría casi de niño y con los ricos fundamentos de su profunda formación religiosa. Atento oyente – dirigía lúcidas preguntas y descubría experiencias personales de los integrantes de la Familia. El P. Esteban – pionero de la difusión de la Mater y de la Campaña del Rosario en el Noreste de Argentina nos anunció telefónicamente que enviaba un amigo sacerdote, que quería abrevar sobre la Campaña del Rosario. Recuerdo que le preguntamos al P. Esteban «¿Qué debemos mostrarle?»… y él nos respondió «Muestren todo lo que hacen y tal cual lo hacen». Recorrimos ermitas, capillas, fue recibido por el arzobispo Mons. Domingo Castagna, se reunió con misioneros de distintas comunidades. Conoció misioneritos y visitó escuelas. También fue agasajado especialmente en la ermita Nuevo Belén. Con él cruzamos hacia Chaco y visitó las ciudades de Resistencia y Barranqueras. Creo que los coordinadores de la Campaña de Rosario en ese momento eran Raúl y Rosita Prieto, activos colaboradores en aquellos años de la parroquia Inmaculado Corazón de María, quienes gentilmente se pusieron a total disposición del padre Rómulo, quien durante mucho tiempo siguió enviando saludos epistolares”.
La entrega y el servicio del P. Rómulo marcan la vida de Schoenstatt Panamá, pues fundó Schoenstatt en sus parroquias, un Schoenstatt muy parroquial y fuertemente comprometido con la vida de las parroquias y diócesis hasta su muerte el 13 de octubre de 2021.
Encuentros que dejan huellas
En el encuentro mencionado, estaban los padres Luis Vergara, S.V.D., que apoya a la rama de señoras en Panamá, el padre Efraín, vicario general de pastoral de la arquidiócesis de Panamá y el padre Juan Olarte, vicario general de la diócesis de Colón, donde el Movimiento de Schoenstatt celebró el 32° aniversario de su fundación el 31 de mayo pasado.
El padre Juan Olarte estuvo en la bendición del Santuario en Costa Rica, en 2017.
Hay también otros sacerdotes cercanos al Movimiento o que conocen algo de Schoenstatt en Panamá, por ejemplo, el vicario parroquial de San Francisco de La Caleta, padre Luis, y el padre Fernando Fontane, que participó en una jornada para sacerdotes diocesanos en Chile (junto al Santuario de Bellavista) con el padre Rómulo Aguilar. Estos últimos dos no pudieron estar en ese encuentro.
«Tengo la convicción – no la opinión, sino la convicción – de que el trabajo con los sacerdotes diocesanos es decisivo para Schoenstatt, porque nuestro Padre lo hizo así en las décadas del ‘20 y del ‘30, y porque si no, el Movimiento no crece. Nuestro Movimiento vive en la Iglesia, no al lado ni afuera. Es un movimiento que está comprometido en la pastoral normal, y la pastoral más normal es la de la parroquia. La mayoría de los sacerdotes diocesanos son párrocos. Si se ve que el movimiento funciona bien en la parroquia, entonces se aceptará a Schoenstatt en los círculos eclesiales. Un Movimiento que funciona en la parroquia es aceptado en la Iglesia», expresaba el P. José Luis Correa ya en el año 2006, cuando comenzó a difundir la espiritualidad de Schoenstatt para el clero diocesano y formar grupos de sacerdotes diocesanos, primero en Chile y luego en toda América Latina.
Colaboración: Claudia Echenique
